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Tehilim Diario

Capítulos 97-103

El Tehilím constituye un diálogo franco entre el hombre mortal y su Padre Celestial.

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Costumbre especial para el mes de Elul y las Altas Fiestas
El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos adicionales de Salmos cada día, desde el primero de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando así todo el libro de Salmos).
Vea a continuación los capítulos adicionales de hoy.
Capítulo 97

Cuando Adonái revele Su reinado, la tierra se alborozará; las multitudes de islas se regocijarán. Nubes y densa oscuridad Lo rodearán; justicia y misericordia serán el fundamento de Su trono. El fuego irá delante de El y consumirá a Sus enemigos en derredor. Sus relámpagos iluminarán al mundo; la tierra verá y temblará. Las montañas se derretirán cual cera ante Adonái, ante el Amo de toda la tierra. Los cielos declamarán Su justicia, y todas las naciones contemplarán Su gloria. Se avergonzarán todos aquellos que adoran imágenes talladas, que se vanaglorian en ídolos; todos los paganos se prosternarán ante El. Tzión escuchará y se regocijará, los pueblos de Iehudá se alborozarán, a causa de Tus juicios, Adonái. Pues tú, Adonái, trasciendes toda la tierra; eres sumamente ensalzado por sobre todos los seres supremos. Vosotros que amáis a Adonái, odiad el mal; El cuida las almas de Sus piadosos, El los salva de la mano de los malvados. Luz se siembra para el justo, y júbilo para los rectos de corazón. Alegraos, vosotros rectos, en Adonái, y ensalzad Su santo Nombre.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 98
Este Salmo describe cómo alabará Israel a Dios por la Redención.

Un Salmo: Cantad a Adonái un cántico nuevo, pues El ha obrado maravillas; Su diestra y sacro brazo han causado redención para El. Adonái ha difundido Su salvación; El ha revelado Su justicia ante los ojos de las naciones. El ha recordado Su bondad y Su fidelidad a la Casa de Israel; todos, desde los rincones más remotos de la tierra, fueron testigos de la redención de nuestro Dios. Alzad a Adonái vuestras voces en júbilo, toda la tierra; irrumpid en alegre cántico y melodía. Cantad a Adonái con arpa, con arpa y el sonido de canciones. Con trompetas y el sonido del shofar, regocijaos ante el Rey, Adonái. Bramará el mar y cuanto lo llena, la tierra y sus habitantes. Los ríos batirán palmas, las montañas cantarán al unísono. [Se regocijarán] ante Adonái pues El ha venido a juzgar la tierra; El juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con equidad.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 99
Un salmo referido a la guerra de Gog y Magog [que precede a la Redención].

Cuando Adonái revele Su reinado, temblarán las naciones; la tierra se estremecerá ante El que está entronado sobre los querubines, [ante] Adonái que está en Tzión, que es grande y ensalzado por sobre todos los pueblos. Alabarán Tu Nombre que es grande, reverencialmente temido y santo. Y [ensalzarán] el poder del rey que ama la justicia. Tú has establecido la equidad; Tú has hecho [leyes de] justicia y rectitud en Iaacov. Ensalzad a Adonái nuestro Dios, y prosternaos ante Su escabel; santo es El. Moshé y Aharón entre Sus sacerdotes y Shmuel entre aquellos que invocan Su Nombre, llamaban a Adonái y El les respondía. El les hablaba desde una columna de nube; ellos observaron Sus testimonios y los decretos que El les dio. Adonái nuestro Dios, Tú les has respondido; un Dios de perdón fuiste para ellos, si bien también retribuiste Sus acciones erradas. Ensalzad a Adonái nuestro Dios, y prosternaos ante Su santo monte, porque Adonái nuestro Dios es santo.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 100
Un Salmo para inspirar a quienes sufren. Aun así deben servir a Dios con alegría, pues todo es para su bien, al estilo de "A quien Dios ama, reprende". También alude a la Ofrenda de Gratitud, la única a presentarse en la Era Mesiánica.

Un Salmo para la ofrenda de agradecimiento: Cantad con júbilo a Adonái, toda la tierra. Servid a Adonái con alegría, venid ante El con regocijo. Sabed que Adonái es Dios; El nos ha hecho y somos Suyos, Su pueblo y el rebaño de Su pastoreo. Franquead Sus portales con gratitud, Sus atrios con alabanzas; dadle gracias a El, bendecid Su Nombre. Porque Adonái es bueno; Su bondad es eterna, y su fidelidad es por todas las generaciones.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 101
Este Salmo habla de cómo se aislaba David de la gente, y de su conducta virtuosa incluso en su propia casa.

Por David, un Salmo: Cantaré [Tu] bondad y justicia; (a Ti, Adonái, entonaré alabanza! Prestaré atención al camino de la integridad, )cuándo vendrá a mí? Marcharé con la inocencia de mi corazón [incluso] dentro de mi casa. No pondré cosa perversa ante mis ojos; odio los actos de los que descarrían, no se adhieren a mí. El corazón perverso se apartará de mí; no sabré de maldad. Aquel que difama a su semejante en secreto, a él cercenaré; al de ojos altivos y corazón lascivo, a él yo no tolero. Mis ojos están sobre los fieles de la tierra, que puedan morar conmigo; aquel que marcha en el camino de la integridad, él estará a mi servicio. El que practica la falacia no morará dentro de mi casa; quien habla mentiras no tendrá lugar ante mis ojos. Cada mañana segaré todos los malvados de la tierra, para cercenar a todos los malhechores de la ciudad de Adonái.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 102
Una imponente plegaria para quienes están en el exilio; apropiada para cualquiera en su momento de angustia.

Una plegaria del hombre pobre, cuando desfallece y derrama su relato [de aflicción] ante Adonái: (Adonái, oye mi plegaria, haz que mi clamor llegue a Ti! No ocultes Tu rostro de mí en el día de mi angustia; vuelve Tu oído hacia mí; el día en que Te llamo, (respóndeme rápidamente! Pues mis días se ha desvanecido en el humo; mis huesos, secos como en un fogón. Aplastado como el pasto y marchito está mi corazón, pues he olvidado comer mi pan. De la voz de mi suspiro, mi hueso se pega a mi carne. Soy como el pájaro del desierto; como la lechuza del yermo me he vuelto. Con celeridad huí; fui como un pájaro, solo sobre un tejado. Todo el día mis enemigos me humillan; quienes me ridiculizan maldicen usando mis nombre. Pues he comido cenizas como pan, y mezclado mi bebida con lágrimas, por causa de Tu enfado y Tu cólera, pues Tú me has alzado y [de allí] me has arrojado. Mis días son como la sombra efímera; me marchito como el pasto. Pero Tú, Adonái, serás entronizado por siempre, y el recuerdo de Ti es para todas las generaciones. Tú Te alzarás y Te compadecerás de Tzión, pues es tiempo de mostrarle gracia; ha llegado la hora señalada. Porque Tus servidores apreciaron sus piedras, y amaron su polvo. Entonces las naciones temerán el Nombre de Adonái, y todos los reyes de la tierra Tu gloria, cuando [ven que] Adonái ha construido Tzión, ha aparecido en Su gloria. El Se volvió a la plegaria del suplicante, y no despreció su ruego. Sea esto escrito para la última generación, para que la recién nacida nación alabe a Dios. Pues El contempló desde Su santa altura; desde el cielo, Adonái miró sobre la tierra para oír el clamor del aprisionado, para desatar a los condenados a morir, para que el Nombre de Adonái se declare en Tzión, y Su alabanza en Jerusalén, cuando naciones y reinos se reunirán juntos para servir a Adonái. El debilitó mi fortaleza en el camino; acortó mis días. Yo diré [suplicando]: "Mi Dios, no me quites en el medio de mis días, Tú, cuyos años perduran en el curso de todas las generaciones". Al principio sentaste los fundamentos de la tierra, y los cielos son obra de Tus manos. Ellos perecerán, pero Tú perdurarás; todos ellos se estropearán como un vestido; Tú los cambiarás como una prenda de vestir, y ellos se desvanecerán. Pero Tú perduras el Mismo; Tus años no terminarán. Los hijos de Tus servidores morarán [en su tierra]; su semilla se establecerá [permanente] ante Ti.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 103
Una plegaria de David estando enfermo. Apropiada para todo enfermo, especialmente si la recita él mismo mientras vive. Entonces podrá bendecir a Dios con cuerpo y alma, de sus profundidades. Léela, y hallarás solaz.

Por David: Bendice a Adonái, alma mía, y todo mi ser, Su santo Nombre. Alma mía, bendice a Adonái; no olvides todos Sus favores: Quien perdona todos tus pecados, quien sana todas tus enfermedades; Quien redime tu vida de la tumba, quien te corona con benevolencia y misericordia; Quien satisface tu boca con bondad; como el águila, tu juventud se renueva. Adonái obra justicia y equidad para todos los oprimidos. El hizo conocidas Sus sendas a Moshé, Sus actos a los Hijos de Israel. Adonái es compasivo y de gracia, lento para la ira y de inmensa bondad. El no lidiará para la eternidad, ni albergará rencor para siempre. El no nos ha tratado en proporción a nuestras transgresiones, ni retribuido según nuestros pecados. Pues como la altura de los cielos sobre la tierra, [así] intensificó Su benevolencia para quienes Le temen. Como la distancia entre este y oeste, alejó de nosotros nuestras transgresiones. Como se conmisera un padre de sus hijos, Adonái Se apiadó de quienes Le temen. Pues El conoce nuestro instinto, tiene presente que sólo somos polvo. En cuanto al hombre, sus días son como el pasto; como una flor del campo, así brota. Cuando un viento pasa sobre él, ya no está; su lugar ya no lo reconoce. Pero la bondad de Adonái es por siempre jamás sobre aquellos que Le temen, y Su rectitud es [asegurada] para hijos de hijos, a aquellos que cuidan Su pacto, y a quienes recuerdan Sus ordenanzas para hacerlas. Adonái ha establecido Su Trono en los cielos, y Su reinado domina sobre todo. Bendecid a Adonái, vosotros Sus ángeles, poderosos en fortaleza, quienes cumplen Su ordenanza para obedecer la voz de Su palabra. (Bendecid a Adonái todas Sus huestes, Sus servidores que cumplen Su voluntad! (Bendecid a Adonái, todas Sus obras en todos los sitios de Su dominio! (Bendice, alma mía, a Adonái!

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Tres capítulos adicionales
El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos adicionales de Salmos cada día, desde el primero de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando así todo el libro de Salmos).
Los salmos de hoy son 58, 59 y 60.
Capítulo 58
David expresa su angustia por Avner y sus demás enemigos, quienes justificaban su persecución por parte de Shaúl.

Para el Director del Coro, una súplica para ser salvado de la destrucción, por David, un Mijtám: ¿Es verdad que guardas silencio? ¡Justicia deberías hablar, juzgar a las personas con equidad! Incluso en tu corazón cometes males, pesa en la tierra la violencia de tus manos. Extraños son los perversos desde el útero, perdidos desde el nacimiento andan los habladores de falsedad. Su ponzoña es como el veneno de la serpiente, como una víbora sorda que cierra su oído, a fin de no escuchar la voz de los encantadores, de los oradores más habilidosos. Dios, arrasa sus dientes en sus bocas, fragmenta los molares de los leoncillos, Adonái. Que sean despreciables, tragados como en agua corriente. Apunte El sus flechas para derribarlo. Como el caracol que se derrite y desvanece, como un nacido prematuro de mujer que no ha visto el sol. Antes de que tus ollas sientan los espinos, sea con poder, sea con cólera, El lo asolará. El justo se regocija cuando ve retribución; sus pies él bañará en la sangre del perverso. Y el hombre dirá: "Realmente hay recompensa para el justo; en verdad, hay un Dios juzgando en la tierra.

Capítulo 59
Las plegarias y súplicas de David cuando, con grandes milagros, eludió el peligro huyendo por una ventana sin que los centinelas lo notaran.

Para el Director del Coro, una súplica para ser salvado de la destrucción, por David, un mijtám, cuando Shaúl despachó [hombres] para cuidar la casa [de David,] para [capturarlo y] matarlo: Rescátame, Dios mío, de mis enemigos; levántame por encima de quienes se alzan contra mí. Sálvame de los malhechores, de hombres sanguinarios líbrame. Pues mira, ellos acechan por mi alma, poderosos se reúnen contra mí, no a causa de mi pecado ni mi transgresión, Adonái. Sin iniquidad [de mi parte,] corren y se preparan. ¡Despierta hacia mí y mira! Y Tú, Adonái Dios de las huestes, Dios de Israel, despierta para recordar a todas las naciones; no concedas favor a ninguno de los inicuos traidores, jamás. Regresan hacia el atardecer, aúllan como el perro y merodean por la ciudad. He aquí que expresan con sus bocas, espadas hay en sus labios, pues [dicen:] "¿Quién oye?" Pero Tú, Adonái, Te ríes de [lo que dicen] ellos; Te mofas [ellos como] de todas las naciones. [A causa de] su poderío, a Ti aguardo, Dios es mi fortaleza. El Dios de mi bondad me adelantará [mi necesidad]; Dios me mostrará [la caída] de mis enemigos vigilantes. No los mates, no sea que mi nación olvide; condúcelos con Tu poder y empobrécelos — ¡Oh Escudo nuestro, mi Amo! — [por] el pecado de su boca, la palabra de sus labios; que los atrape su arrogancia. [La gente] hablará a la vista de su deterioro y maldito estado. Consúmelos en furia, consúmelos y no estarán más; y sabrán que Dios gobierna en Iaacov, hasta los confines de la tierra, sela. Regresarán hacia el atardecer, aúllan como el perro y merodean por la ciudad. Vagarán para [buscar qué] comer; cuando no se saciarán, gemirán. En cuanto a mí, cantaré de Su poder, y cantaré alegremente de Tu bondad hacia la mañana, has sido una fortaleza para mí, un refugio el día de mi angustia. [Tú eres] mi fuerza, a Ti cantaré, pues Dios es mi protección, el Dios de mi bondad.

Capítulo 60
Cuando el general Ioav llegó a Aram Naharáim, le dijeron: "¿No eres de los hijos de Iaacov? ¿Qué se hizo del pacto con Laván?" Sin saber responder, Ioav consultó al Sanhedrín. El Salmo incluye la plegaria de David por el éxito en la batalla.

Para el Director del Coro, sobre el [instrumento llamado] shushán eidut. Un mijtám por David, para enseñar, cuando libró batalla con [la gente de] Arám Naharáim y Arám Tzová, y Ioav regresó y golpeó a Edóm en el Valle de Sal, doce mil [hombres]: ¡Dios, nos abandonaste, nos has quebrantado! ¡Te enfureciste! ¡Regresa a nosotros! Hiciste temblar la tierra, la quebraste, ¡sana sus fragmentos, pues tambalea! Mostraste severidad a Tu nación, nos diste a beber vino que embota. [Ahora,] da a quienes Te temen un estandarte para alzarse, en aras de la verdad, por siempre. Para que Tus queridos puedan ser liberados, ayuda con Tu diestra y respóndeme. Dios dijo con Su Sagrado [Espíritu] que me alegraré; [que] dividiré [por sorteo] a Shejém, y mediré [en parcelas] el Valle de Sucot. Mío es Guilád, mío es Menashé, y Efráim será la protección de mi cabeza; Iehudá es mi príncipe. Moáv es [quien me trae] mi tazón de lavado, y sobre Edóm lanzaré mi calzado; por mí, filistea hará resonar [coronación]. ¿Quién me traerá dentro de la ciudad fortificada? ¿Quién me conducirá a Edóm? ¿No es acaso Tú, Dios, Quien [hasta ahora] nos ha abandonado, y no salió [adelante] con nuestras legiones? Bríndanos alivio del opresor; inútil es la salvación del hombre. Con [la fuerza de] Dios haremos valientemente, y El someterá a nuestros opresores.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

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