Un canto, un Salmo por los hijos de Kóraj, para el Director del Coro, sobre el instrumento musical majalát leanót, un maskíl para Heimán el ezrajita: Adonái, Dios de mi salvación, de día clamé [a Ti], de noche [ofrezco mi plegaria] ante Ti. Que mi plegaria llegue ante Ti, vuelve Tu oído a mi súplica. Pues mi alma se ha empachado con aflicción, y mi vida ha llegado al sheól. Fui considerado junto a los que descienden al foso, fui cual hombre sin fuerza. [Se me considera] entre los muertos que están libres [de las preocupaciones mundanas], como cadáveres que yacen en la tumba a los que Tú aún no has recordado, los que aún siguen cercenados por Tu mano. Tú me has puesto en el foso más profundo; en los lugares más oscuros, en las profundidades. Tu ira ha pesado duramente sobre mí, y todas las olas [de Tu furia] me han afligido constantemente. Tú has alejado de mí a mis amigos, Tú me has hecho aborrecible ante ellos; estoy preso e imposibilitado de salir. Mi ojo se aflige a causa de la miseria, a Ti clamo, Adonái, cada día; he extendido mis manos [en plegaria] a Ti. ¿Por los difuntos haces milagros? ¿Se ponen de pie los muertos para ofrecerte alabanzas? Sela. ¿Se relata Tu benevolencia en la tumba, Tu fidelidad en el lugar de perdición? ¿Son conocidos Tus sorprendentes actos en la oscuridad [de la tumba], o Tu rectitud en la tierra del olvido? Mas yo, a Ti, Adonái, clamo; cada mañana mi plegaria llega ante Ti. ¿Por qué, Adonái, abandonas mi alma? ¿Por qué ocultas Tu semblante de mí? Desde mi juventud he estado afligido y aproximándome a la muerte, sin embargo he soportado el temor a Ti que está firmemente establecido dentro de mí. Tus furias han pasado sobre mí; Tus terrores me han cercenado. Me han rodeado como agua el día entero, todos juntos me han cercado. Tú has alejado de mí amante y amigo; he sido rechazado por mis conocidos.
Tehilim Diario
Capítulos 88-89
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.
Un maskíl por Eitán el ezrajita: He de cantar a la benevolencia de Adonái por siempre; a todas las generaciones haré conocer Tu fidelidad con mi boca. Pues he dicho: "El mundo está construido con benevolencia; allí, en los cielos, Tú estableces Tu fidelidad". He hecho un pacto con Mi elegido; Yo he jurado a David, Mi servidor: "Estableceré a tus descendientes para siempre; construiré tu trono para todas las generaciones". Sela. Entonces los cielos alabarán Tus maravillas, Adonái; Tu fidelidad, también, en la congregación de los sagrados. En verdad, ¡Quién en el cielo puede ser comparado con Adonái, quién entre los seres supremos puede ser asemejado a Adonái! El Todopoderoso es reverenciado en la gran asamblea de los santos, inspira temor a todos los que Lo rodean. ¡Adonái, Dios de las huestes, quién es poderoso como Tú, Dios! Tu fidelidad Te rodea. Tú dominas la amplitud del mar; cuando sus olas se elevan, Tú las aquietas. Tú aplastaste a Ráhav (Egipto) como a un cadáver; con Tu poderoso brazo Tú disipaste a Tus enemigos. Tuyos son los cielos, la tierra también es Tuya; el mundo y todo lo que lo llena — Tú los estableciste. El norte y el sur — Tú los creaste; Tabór y Jermón cantan acerca de [la grandeza de] Tu Nombre. Tuyo es el brazo que tiene el poderío; fortalece Tu mano, eleva en alto Tu diestra. La rectitud y la justicia son el fundamento de Tu trono; la bondad y la verdad andan delante de Tu semblante. Afortunado el pueblo que conoce el sonido del shofar; Adonái, caminan a la luz de Tu rostro. Se deleitan en Tu Nombre todo el día, y son ensalzados mediante Tu rectitud. Sin duda, Tú eres el esplendor de su poderío; y en Tu buena voluntad nuestra gloria es ensalzada. Pues nuestros protectores se vuelven a Adonái, y nuestro rey al Santo de Israel. Entonces Tú hablaste en una visión a Tus piadosos y dijiste: "Yo he otorgado ayuda a [David] el poderoso; he enaltecido al selecto de entre el pueblo. He hallado a David, Mi servidor; Yo lo he ungido con Mi sagrado aceite. Es a él a quien Mi mano estará pronta [a ayudar]. Mi brazo, también, ha de fortalecerlo. El enemigo no ha de prevalecer sobre él, ni la persona inicua ha de afligirlo. Y he de triturar a sus adversarios ante él, y mataré a aquellos que lo odian. En verdad, Mi lealtad y Mi bondad estarán con él, y por medio de Mi Nombre su gloria será ensalzada. He de poner su mano sobre el mar, su diestra sobre los ríos. El ha de clamar a Mí: "Tú eres mi Padre, mi Dios, la fuerza de mi salvación". También Yo he de hacerlo [Mi] primogénito, supremo sobre los reyes de la tierra. He de mantener Mi benevolencia para con él para siempre; Mi pacto ha de permanecer verdadero para él. Y he de otorgar el [reinado] a su simiente para siempre, y en su trono perdurará tanto como los cielos. Si sus hijos abandonaran Mi Torá y no siguieran Mis ordenanzas, si profanaran Mis estatutos y no observaran Mis mandamientos, entonces Yo he de castigar su transgresión con la vara y sus fechorías con plagas. Sin embargo, no he de retirar Mi bondad con él, ni de traicionar Mi lealtad. No he de anular Mi pacto ni de cambiar aquello que ha salido de Mis labios. Una cosa he jurado por Mi santidad: no he de causar desilusión a David. Su simiente perdurará para siempre y su trono será [resplandeciente] como el sol ante Mí. Al igual que la luna, quedará establecido para siempre; [la luna] es un fiel testigo en el cielo eternamente". Sin embargo, Tú has abandonado y aborrecido; Tú Te has enfurecido con Tu ungido. Tú has anulado el pacto con Tu servidor; Tú has profanado su corona [echándola] por tierra. Tú franqueaste todas sus cercas; Tú convertiste todas sus fortalezas en ruina. Todos los viajeros lo despojaron; él se ha convertido en desgracia para sus vecinos. Tú has levantado la diestra de sus adversarios; Tú has hecho regocijar a todos sus enemigos. Tú también hiciste retroceder el filo de su espada, y no lo sostuviste en la batalla. Anulaste su esplendor, su trono echaste por tierra. Cercenaste los días de su juventud; Tú lo has ataviado de oprobio perdurable. ¿Hasta cuándo, Adonái, has de ocultarte? ¿Para siempre? ¿[Hasta cuándo] Tu furia arderá cual fuego? ¡Recuerda cuán pocos son los días de mi vida! ¿Por qué en vano has creado a todos los hijos del hombre? ¿Qué hombre puede vivir y no ver la muerte, puede salvar su alma para siempre del abismo? ¿Dónde están Tus anteriores actos de bondad, mi Amo, que Tú juraste a David en Tu lealtad? Recuerda, mi Señor, el oprobio de Tus servidores que llevo en mi pecho de todas las muchas naciones; que Tus enemigos han avergonzado, Adonái, que han avergonzado las pisadas de Tu ungido. Bendito es Adonái para siempre. Amén y Amén.
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.
Para el Director del Coro, un Maskíl, por David, al llegar Doeg, el edomita, quien informó a Shaúl diciendo: "David vino a la casa de Avimélej": ¿Por qué te vanaglorias con el mal, poderoso [guerrero]? La benevolencia de Dios es todo el día. Tu lengua trama traición, cual lámina afilada haciendo falsedad. Amas el mal más que el bien, más la mentira que expresarte con honestidad, sela. Amas las palabras devoradoras, la lengua del fraude. De idéntica forma, Dios te destruirá para la eternidad; El te despedazará y apartará de la tienda, y te desarraigará de la tierra de la vida por siempre. Los justos lo vieron y temieron, y de él se rieron: "Es el hombre que no pone a Dios como su fortaleza; en cambio, se fió de su abundante riqueza, obteniendo fuerza de su traición". Más yo soy como una oliva siempre verde en la Casa de Dios; confío en la benevolencia de Dios por siempre jamás. Te agradeceré eternamente porque Tú lo hiciste, y deposito esperanza en Tu Nombre, pues Tú eres bueno con Tus devotos.
Para el Director del Coro de Majalat, un Maskíl por David: El desgraciado dice en su corazón: "¡No hay Dios alguno!" Se corrompieron y actuaron abominablemente por vías de la iniquidad. Ninguno de ellos hace el bien. Dios observó desde el cielo a los hombres para ver si hay alguien que reflexiona, alguien que procura a Dios. Cada uno de ellos es impuro, no hay quien haga el bien, no hay siquiera uno. ¿No saben, los hacedores de maldad, los que devoran a Mi pueblo como si comieran pan, los que no claman a Dios? Los acosará el miedo, un terror como jamás hubo. Pues Dios esparce los huesos de aquellos acampados contra ti, los avergonzaste pues Dios los aborreció. ¡Quién dará que de Tzión venga la salvación de Israel! Cuando Dios haga retornar a los cautivos de Su pueblo, Iaacov se alegrará, Israel se regocijará!
Para el Director del Coro, con música instrumental, un Maskíl por David. Cuando los habitantes de Zif vinieron y dijeron a Shaúl: ¿No se oculta David entre nosotros? Dios, por Tu Nombre sálvame, y por Tu poder defiéndeme. Dios, oye mi plegaria, presta oídos a las expresiones de mi boca. Pues extranjeros se irguieron en mi contra y hombres poderosos buscaron mi alma. No pusieron a Dios frente a sí, jamás. Es que Dios es quien me asiste, mi Dios está con los que sostienen mi alma. Que retribuya el mal de quienes me acechan; en virtud de Tu verdad, ¡abátelos! Con donativo ofrendaré a Ti, agradeceré a Tu Nombre, Adonái, pues es bueno. Pues de toda angustia El me libró, y mi ojo vio a mis enemigos.
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.