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Tehilim Diario

Capítulos 23-28

El Tehilím constituye un diálogo franco entre el hombre mortal y su Padre Celestial.

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Costumbre especial para el mes de Elul y las Altas Fiestas
El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos adicionales de Salmos cada día, desde el primero de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando así todo el libro de Salmos).
Vea a continuación los capítulos adicionales de hoy.
Capítulo 23
David lo compuso, describiendo su enorme confianza en Dios cuando estaba en el bosque de Jeret y casi murió de hambre, de no ser porque Dios le concedió un saboreo previo del Mundo Venidero.

Un Salmo por David: Adonái es mi pastor, nada me ha de faltar. En verdes praderas me hace recostar; me conduce junto a aguas tranquilas. El revive mi alma; me guía por sendas de rectitud en aras de Su Nombre. Aún si anduviere yo por el valle de la sombra de la muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado, ellos me consolarán. Tú prepararás una mesa para mí ante mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está colmada. Sólo bondad y misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y yo he de morar en la Casa de Adonái por muchos largos años.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 24
Si el cumplimiento de los ruegos generará la santificación del Nombre de Dios, se orará por que Dios lo haga por eso. También se invocará el mérito de los ancestros, pues "los justos son más grandes tras su muerte que en vida".

Por David, un Salmo: De Adonái es la tierra y cuanto ella contiene; el mundo y los que en él habitan. Porque sobre los mares El la fundó, y sobre los ríos la afirmó. ¿Quién podrá subir a la montaña de Adonái, y quién podrá estar en Su lugar santo? Aquel que tiene manos limpias y un corazón puro, que no haya usado Mi Nombre en vano ni jurado falsamente. Este recibirá una bendición de Adonái, y benevolencia de Dios, su salvador. Tal es la generación de quienes Lo buscan, [los hijos de] Iaacov que buscan Tu rostro siempre. Alzad, portales, vuestras cabezas, y sed alzadas, puertas eternas, para que el Rey glorioso pueda entrar. ¿Quién es el Rey glorioso? Adonái, fuerte y poderoso; Adonái, poderoso en batalla. Alzad vuestras cabezas, portales; alzadlas, puertas eternas, para que el Rey glorioso pueda entrar. ¿Quién es el Rey glorioso? Adonái de las huestes, El es el Rey glorioso por toda la eternidad.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 25
Sigue las letras del alfabeto hebreo, salvo la bet, vav y kuf cuyo valor numérico total equivale a Guehinóm (Purgatorio). Quien lo recita a diario se verá libre de éste.

Por David: A Ti, Adonái, elevo mi alma. Dios mío, en Ti he confiado; que no sea yo avergonzado, que no se regocijen mis enemigos por mi causa. En verdad, que todos los que confían en Ti no sean avergonzados; que sean avergonzados aquellos que actúan traicioneramente sin provocación. Adonái, hazme conocer Tus caminos; enséñame Tus sendas. Encamíname en Tu verdad y enséñame, pues Tú eres el Dios de mi salvación; a Ti anhelo todo el día. Adonái, recuerda Tus misericordias y Tus bondades pues ellas han existido desde siempre. No traigas a la memoria los pecados de mi juventud, ni mis transgresiones; recuérdame conforme a Tu benevolencia, en aras de Tu bondad, Adonái. Bueno y recto es Adonái, por eso instruye a los pecadores el camino [correcto]. Encamina a los humildes por la senda de la justicia, y enseña a los humildes Su camino. Todas las sendas de Adonái son bondad y verdad para aquellos que observan Su pacto y testimonio. En aras de Tu Nombre, Adonái, perdona mi iniquidad, pues ella es grande. A aquel que es hombre temeroso de Adonái, a él instruye el camino a escoger. Su alma morará en bienestar, y sus hijos heredarán la tierra. Los secretos de Adonái, El revela a quienes Le temen; hace que Su pacto sea conocido a ellos. Mis ojos están siempre dirigidos hacia Adonái, pues El libra mis pies de la trampa. Vuélvete a mí y sé benévolo conmigo, pues estoy solo y afligido. Los sufrimientos de mi corazón han aumentado, de mis tribulaciones líbrame. Contempla mi aflicción y mi sufrimiento, y perdona todos mis pecados. Mira cómo han aumentado mis enemigos; me odian con un odio violento. Cuida mi alma y sálvame; que no sea yo avergonzado, pues pongo mi fe en Ti. Que la integridad y la rectitud me protejan, pues en Ti está mi esperanza. Dios, redime a Israel de todas sus aflicciones.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 26
David desborda plegarias a Dios y actos piadosos; envidia a los espiritualmente superiores, y dice: "Si tan sólo yo estuviera en su nivel de devoción y virtud".

Por David: Júzgame, Adonái, pues he caminado en mi inocencia, y en Adonái confié, no vacilaré. Examíname, Adonái, ponme a prueba, refina mi intelecto y mi corazón. Pues Tu benevolencia está delante de mis ojos, he caminado en Tu verdad. No me senté con hombres falsos, ni me asocié a hipócritas. Odie la compañía de malhechores, y con malhechores no me sentaré. Lavaré mis manos en inocencia, para poder circular Tu altar, Adonái. Para dar voz al agradecimiento, y narrar todos Tus actos maravillosos. Adonái, amo la casa de Tu residencia, el lugar en que reside Tu gloria. No juntes mi alma con pecadores, ni mi vida con derramadores de sangre. En cuyas manos hay conspiración, cuya diestra está llena de soborno. En cuanto a mí, andaré en mi perfecta inocencia; redímeme y muéstrame favor. Mi pie está asentado en un lugar llano; en las asambleas, bendeciré a Adonái.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 27
David reconoce a Dios y Lo alaba, confiado en El de que vencerá en sus guerras. "Pero no las deseo; no me perfeccionan. Sólo imploro morar día y noche en el Beit HaMidrash estudiando Torá, para merecer el Mundo Venidero".

Por David: Adonái es mi luz y mi salvación — ¿a quién he de temer? Adonái es la fortaleza de mi vida — ¿de quién me he de espantar? Cuando se acercaron a mí malhechores para devorar mi carne, mis opresores y mis enemigos, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército me asediare, no temería mi corazón; aunque se desatare guerra contra mí, en esto confío. Una cosa he pedido a Adonái, esto procuro, que yo pueda morar en la Casa de Adonái todos los días de mi vida. Para contemplar la agradabilidad de Adonái, y para visitar Su Santuario. Pues El me ocultará en Su tabernáculo en un día de adversidad; me esconderá en lo recóndito de Su pabellón; El me elevará por sobre una roca. Y entonces mi cabeza se alzará por sobre mis enemigos en derredor, y ofrendaré en Su tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré a Adonái. Adonái, oye mi voz cuando clamo; apiádate de mí y respóndeme. Por Ti dice mi corazón: "Buscad Mi rostro"; Tu rostro, Adonái, procuro. No ocultes Tu rostro de mí; no apartes a Tu servidor airadamente; Tú has sido mi ayuda; no me abandones ni me deseches, Dios de mi salvación. Aunque mi padre y mi madre me han abandonado, Adonái me ha recogido. Adonái, enséñame Tu camino y guíame por la senda de la rectitud a causa de mis enemigos vigilantes. No me entregues a la voluntad de mis opresores, porque se han levantado contra mí falsos testigos y ellos hablan mal. [Me habrían aplastado] si yo no hubiera creído que vería la bondad de Adonái en la tierra de los vivientes. Confía en Adonái, sé fuerte y envalentona tu corazón, y confía en Adonái.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 28
Una plegaria para cada individuo, que Dios lo asista para marchar por el buen camino y le impida ir con malvados. Que retribuya a los justos y a los inicuos, cada cual conforme sus actos.

De David: Adonái, a Ti clamo, mi Roca, no enmudezcas por mí. Si Te me muestras indiferente, yo sería igual que aquellos que descendieron a la tumba. Oye el sonido de mi súplica cuando Te imploro ayuda, cuando alzo mis manos hacia Tu sagrado Santuario. No me atraigas a los perversos y a aquellos que cometen delitos. Aquellos que hablan pacíficamente con sus semejantes mientras el mal albergan en sus corazones. Dales de acuerdo a sus actos y conforme el mal de su maldad; según sus obras dales, devuélveles retribución. Pues ellos no comprenden las acciones de Adonái ni Su obra. Que los destruya y no los reconstruya. Bendito sea Adonái, pues oyó la voz de mi súplica. Adonái es mi fortaleza y mi escudo; mi corazón confía en El. Fui asistido y mi corazón se regocijó, con mi canto Le agradezco. Adonái es fuerza para ellos. El es la fortaleza de salvación para Su ungido. Salva a Tu pueblo, y bendice a Tu patrimonio; guárdalo y ensálzalo para siempre.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Tres capítulos adicionales
El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos adicionales de Salmos cada día, desde el primero de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando así todo el libro de Salmos).
Los salmos de hoy son 10, 11 y 12.
Capítulo 10
Cuenta de la prosperidad del malvado; cómo se vanagloria de ello, al grado de decir: "No hay ley ni juez. Dios no observa los actos de los mortales".

¿Por qué, Adonái, Te paras a distancia; por qué Te ocultas en momentos de tribulación? El malvado en su arrogancia persigue a los pobres que son atrapados por los ardides que ellos han ideado. Pues el malvado se vanagloria por [el logro del] deseo de su corazón, y el insolente ladrón se jacta de haberse burlado de Adonái. El malvado, en su insolencia, [piensa,] "El no sondea [nuestras acciones]"; todos sus pensamientos son: "No hay Dios [de retribución]". Sus sendas siempre triunfan; Tu retribución está muy lejos de él; él resopla a todos sus enemigos. Dice en su corazón: "No he de vacilar, por todas las generaciones ningún mal caerá sobre mí". Su boca está colmada de juramentos, engaño y malicia; bajo su lengua hay agravio e iniquidad. Aguarda en emboscada en las inmediaciones; en lugares secretos asesina al inocente; sus ojos acechan al desvalido. Acecha en un lugar secreto cual el león en su guarida; acecha para capturar al pobre, captura al pobre cuando extiende su red. [Finge estar] aplastado y encogido, los desvalidos caen presos de su poderío. En su corazón dice: "Dios ha olvidado, El oculta Su rostro, El nunca verá [mis iniquidades]". ¡Levántate, Adonái! ¡Dios, alza Tu mano! No olvides a los humildes. ¿Por qué se burla de Dios el malvado? Dice, en su corazón: "Tú no exigirás". ¡Sin embargo, Tú sí ves! Pues Tú contemplas agravio y enfado. Recompensar está en Tu poder; los indefensos depositan su confianza en Ti; Tú [siempre] has ayudado al huérfano. Rompe el poder de los malvados; luego busca la maldad del inicuo y no la has de hallar. Adonái reina por toda la eternidad; las naciones han desaparecido de Su tierra. Adonái, Tú has escuchado la ansiedad de los humildes; dirige sus corazones [a Ti], haz que Tu oído atienda [a sus plegarias]. Para hacer justicia con el huérfano y el oprimido, de modo que [el malvado] no pueda sembrar más el terror entre los hombres de la tierra.

Capítulo 11
Todas las aflicciones del justo son por su bien, para purificarlo de sus faltas, mientras que el éxito del malvado es a modo de "La riqueza perdura con su dueño, para su detrimento".

Para el Director del Coro, [un Salmo] por David: He depositado mi confianza en Adonái; ¿cómo podéis decirme que yo huyo de vuestra montaña como un pájaro? Pues observa, los malvados doblan el arco, ya han preparado su flecha sobre la cuerda, para disparar en la oscuridad al recto de corazón. En verdad, cuando los fundamentos se destruyen, ¿qué ha hecho el justo? Adonái está en Su sagrado Santuario, el trono de Adonái está en el cielo, [sin embargo] Sus ojos observan, Sus pupilas examinan [las acciones de] la humanidad. Adonái pone a prueba a los justos, mas a los malvados y al que ama la violencia El odia. El hará llover sobre el malvado ígneos carbones y azufre; un viento abrasador será su porción asignada. Pues Adonái es justo, El ama [al hombre de] actos justos; el recto contemplará Su semblante.

Capítulo 12
Un reproche a quienes difaman, calumnian y adulan.

Para el Director del Coro, sobre el instrumento musical de ocho cuerdas, sheminít, un Salmo por David: Adonái, ayúdanos, pues los piadosos ya no existen; pues los fieles se han esfumado de entre los hombres. Los hombres hablan falsedades unos a otros; hablan con labios lisonjeros, con duplicidad en el corazón. Que Adonái cercene a todos los labios lisonjeros, [a toda] lengua que habla con jactancia. Aquellos que han dicho: "Con nuestras lenguas hemos de dominar, nuestros labios están con nosotros, ¿quién es amo sobre nosotros?" "Por la violencia perpetrada contra los pobres, por los gemidos de los menesterosos, ¡ahora he de levantarme!", dice Adonái; "He de otorgarle salvación", El le dice. Las palabras de Adonái son palabras puras, como la plata refinada en el crisol de barro más fino, purificado siete veces. Que Tú, Adonái, los protejas; que Tú los guardes por siempre de esta [malvada] generación. Los inicuos caminan por todos lados; cuando son enaltecidos es una vergüenza para la humanidad.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

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