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Tehilim Diario

Capítulos 106-107

El Tehilím constituye un diálogo franco entre el hombre mortal y su Padre Celestial.

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Costumbre especial para el mes de Elul y las Altas Fiestas
El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos adicionales de Salmos cada día, desde el primero de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando así todo el libro de Salmos).
Vea a continuación los capítulos adicionales de hoy.
Capítulo 106
Continúa el tema del Salmo precedente, alabando a Dios por otros milagros aún no mencionados, pues "¿quién puede enumerar los portentos de Dios?" De intentarlo, no podríamos mencionarlos todos.

(Alabad a Dios! Alabad a Adonái pues El es bueno, pues Su bondad es eterna). Quién puede detallar los poderosos de Adonái, o proclamar todas Sus alabanzas? Afortunados son aquellos que preservan la justicia, que hacen actos de rectitud todo el tiempo. Recuérdame, Adonái, cuando halles favor en Tu pueblo; evócame con Tu salvación; para contemplar la prosperidad de Tu elegido, regocijarse en la alegría de Tu nación, glorificarse con Tu herencia. Hemos pecado como lo han hecho nuestros padres, hemos actuado con perversión y maldad. Nuestros padres en Egipto no reflexionaron en Tus maravillas, no recordaron Tus abundantes bondades, y se sublevaron junto al mar, en el Mar de los Juncos. Aún así, El los salvó en aras de Su Nombre, para hacer conocido Su poderío. Gritó al Mar de los Juncos y se secó; los condujo por las profundidades, como por un desierto. Los salvó de la mano del enemigo, y los redimió de la mano del opositor. Las aguas cubrieron a sus adversarios; uno de ellos no quedó. Entonces ellos creyeron en Sus palabras, cantaron Su alabanza. Rápidamente olvidaron Sus actos, no esperaron Su consejo; y desearon ansioso una apetencia en el desierto, probaron a Dios en el desierto. Y El les concedió su pedido, pero envió demacración en sus almas. Ellos encolerizaron a Moshé en el campamento, y a Aharón, el santo de Adonái. La tierra se abrió y engulló a Datán, y cubrió a la cofradía de Aviram; y un fuego ardió en su asamblea, una llama incendió a los malvados. Hicieron un becerro en Jorev, y se prosternaron a una imagen fundida. Cambiaron su Gloria por la semejanza de un buey que come pasto. Olvidaron a Dios, su salvador, quien había realizado actos grandiosos en Egipto, maravillas en la tierra de Jam, cosas imponentes en el Mar de los Juncos. El dijo que los destruiría, de no ser porque Moshé, Su elegido, se interpuso en la brecha ante El, para recomponer Su ira para destruir. Ellos aborrecieron la tierra preciada, no creyeron en Su palabra. Se quejaron en sus tiendas, no oyeron la voz de Adonái. Alzó El Su mano [en juramento] contra ellos, de derrumbarlos en el desierto, de hacer caer a su progenie entre las naciones, y esparcirlos entre las tierras. Ellos se unieron a [el ídolo] Baal Peor, y comieron de los sacrificios a los muertos; Lo provocaron con sus [malas] acciones y una plaga estalló en su medio. Entonces se alzó Pinjás y ejecutó juicio, y la plaga se detuvo; [esto] se le consideró un acto meritorio, para todas las generaciones, para siempre. Ellos Lo encolerizaron en las aguas de Merivá, y Moshé sufrió por su culpa; pues desafiaron Su espíritu, y El pronunció [un juramento] con Sus labios. Ellos no destruyeron a las naciones como Adonái les había instruido; más bien, se mezclaron con las naciones y aprendieron sus actos. Adoraron sus ídolos, y estos fueron una trampa para ellos. Sacrificaron a sus hijos e hijas a los demonios. Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas a quienes sacrificaron a los ídolos de Canaán; y la tierra resultó culpable con sangre. Se impurificaron con sus actos, y descarriaron con sus acciones. Y la cólera de Adonái se encendió contra Su pueblo, y El aborreció Su herencia; El los entregó en manos de naciones, y sus enemigos los gobernaron. Sus enemigos los oprimieron, y ellos fueron sometidos bajo su mano. Muchas veces El los salvó, y aún así fueron rebeldes en su consejo y empobrecidos por sus pecados. Pero El vio su angustia, cuando oyó su plegaria y recordó para ellos Su pacto y cedió, conforme Su abundante bondad, e hizo que fueran tratados misericordiosamente por todos sus captores. Sálvanos, Adonái nuestro Dios; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer Tu santo Nombre y glorificarnos en Tu alabanza. Bendito es Adonái, el Dios de Israel, por toda la eternidad. Y que todo el pueblo diga: "(Amén! (Alabad a Dios!"

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 107
Un Salmo que habla de los que, liberados de su aflicción, deben agradecer a Dios. Sufrieron a causa de sus faltas, y fueron salvados por bondad Divina. Es apropiado, entonces, que entonen alabanza y lo difundan.

Dad gracias a Adonái porque El es bueno, porque Su bondad es eterna. Así dirán los redimidos por Adonái, a quienes El ha redimido de la mano del opresor. El los reunió de las tierras — del este y del oeste, del norte y del mar. Anduvieron perdidos en el desierto, en el yermo; no hallaron ciudad habitada. Hambrientos, también sedientos, su alma desfallecía dentro de ellos. En su angustia clamaron a Adonái; El los libró de sus aflicciones. Los guió por el camino recto hasta llegar a una ciudad los redimidos por Adonái, a quienes El ha redimido de la mano del opresor. El los reunió de las tierras — del este y del oeste, del norte y del mar. Anduvieron perdidos en el desierto, en el yermo; no hallaron ciudad habitada. Hambrientos, también sedientos, su alma desfallecía dentro de ellos. En su angustia clamaron a Adonái; El los libró de sus aflicciones. Los guió por el camino recto hasta llegar a una ciudad habitada. Agradezcan ellos a Adonái Su bondad, y [proclamen] Sus maravillas para con los hijos del hombre. Pues El ha saciado un alma sedienta, y ha colmado de bien un alma hambrienta. Aquellos que moran en tinieblas y a la sombra de la muerte, aprisionados por la miseria y por cadenas de hierro, por haber desafiado las palabras de Dios y despreciado el consejo del Supremo — El humilló su corazón con el sufrimiento. Tropezaron y no hubo quien los ayudase. Clamaron a Adonái en su angustia; El los salvó de sus aflicciones. Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus ataduras. Agradezcan ellos a Adonái Su bondad y [proclamen] Sus maravillas para con los hijos del hombre. Pues El quebró las puertas de cobre y rompió las barras de hierro. Los pecadores insensatos están afligidos a causa de sus sendas pecaminosas y sus iniquidades. Su alma abomina todo alimento, y llegan a los portales de la muerte. En su angustia clamaron a Adonái; El los salvó de sus aflicciones. Envió Su orden y los curó; El los salvó de sus tumbas. Agradezcan ellos a Adonái Su bondad y [proclamen] Sus maravillas para con los hijos del hombre. Ofrenden sacrificios de gracias, y jubilosamente relaten Sus obras. Aquellos que bajan al mar en navíos, que cumplen tareas en aguas poderosas, ellos vieron las obras de Adonái y Sus maravillas en el fondo del mar. El habló e hizo levantarse el viento tormentoso que elevó las olas. Estas suben al cielo, a los abismos; sus almas se derriten en angustia. Se tambalean y tropiezan como un borracho, de nada les sirve su pericia. Clamaron a Adonái en su angustia, y El los sacó de sus aprietos. El transformó la tormenta en quietud, y las olas se acallaron. Ellos se alegraron cuando fueron sosegadas, y El los condujo a su destino. Agradezcan ellos a Adonái Su bondad, y [proclamen] Sus maravillas para con los hijos del hombre. Exáltenlo en la congregación del pueblo, y alábenlo en la asamblea de los ancianos. El convierte ríos en desiertos, manantiales en tierra reseca, una tierra fructífera en un saladar, a causa de la iniquidad de quienes la habitan. El convierte un desierto en un lago, la tierra árida en manantiales de agua. Asienta allí a los hambrientos, y ellos establecen una ciudad para habitar. Siembran campos y plantan viñas que dan fruto y trigo. El los bendice y ellos se multiplican abundantemente, y El no hace que disminuya su ganado. [Si pecan] son disminuidos y abatidos, con opresión, miseria y congoja. El vierte desprecio sobre hombres distinguidos, y hace que se pierdan en un desierto sin senda. El eleva al menesteroso del sufrimiento, y hace que sus familias aumenten como rebaños. Los justos observan esto y se alegran, y todos los inicuos cierran su boca. Que aquel que es sabio tenga esto presente, y entonces habrán de comprenderse los actos de bondad de Adonái.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Tres capítulos adicionales
El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos adicionales de Salmos cada día, desde el primero de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando así todo el libro de Salmos).
Los salmos de hoy son 64, 65 y 66.
Capítulo 64
Los Sabios interpretan este Salmo como alusión a Daniel, quien fue arrojado a los leones. David lo vio por profecía, y rezó por él, pues era su descendiente, como dijo [Dios a Jizkiahu]: "De tus hijos que tendrás, tomarán; serán ministros en el palacio del rey de Babilonia".

Para el Director del Coro, un Salmo de David: Dios, Oye mi voz como cuento [mis aflicciones]; conserva mi vida del miedo al enemigo. Protégeme de los planes de los malvados, de la conspiración de malhechores, quien afilaron su lengua cual espada, apuntaron su flecha —una palabra que hiere— para disparar a los inocente desde sitios ocultos; de repente le tiran, no temen. Incitan a sí mismos en una cosa perversa, hablan de tender trampas; dicen: "¿Quién las verá?" Buscaron pretextos; [y cuando] completaron una búsqueda diligente, cada hombre [guardó el complot] adentro, profundo en el corazón. Pero Dios les disparó; [como] una flecha súbita fueron los golpes de ellos. Sus propias lenguas los hicieron caer, todos los que los ven sacuden sus cabezas [con burla]. Entonces todos los hombres temieron, y narraron la obra de Dios; percibieron Su acto. Que el justo se alegre en Adonái y se cobije en El; y que todos los de corazón recto se enorgullezcan.

Capítulo 65
Este Salmo contine alabanzas gloriosas inspiradoras de temor reverente a Dios, y súplicas y plegarias por nuestros pecados. En síntesis: es imposible enumerar Su poderío, por lo que el silencio es Su alabanza.

Para el Director del Coro, un Salmo de David, una canción: El silencio es alabanza para Ti, Dios [que mora] en Tzión; y a Ti se pagarán los votos. Tú, que oyes la plegaria, a Ti toda carne viene. Las cuestiones de pecado me abruman; Tú expiarás nuestras transgresiones. Dichoso [el hombre] que Tú eliges y acercas para morar en Tus atrios; seamos saciados del bien de Tu Casa, la santidad de Tu Santuario. Respóndenos con actos imponentes como corresponde a Tu rectitud, Dios de nuestra salvación, amparo de todos [los que habitan] los fines de la tierra y mares distantes. Con Su fortaleza prepara El [lluvia para] las montañas; se ciñe poder. El aquieta el bramido de los mares, el bramido de sus olas y el tumulto de naciones. Quienes habitan los fines [de la tierra] temen [a Ti] por causa de Tus señales; el salir de la mañana y la tarde hacen cantar [alabanza al hombre]. Tú recuerdas la tierra y la riegas, la enriqueces abundantemente del arroyo de Dios lleno de agua. Tú preparas su grano, pues así lo preparas. Tú sacias sus surcos, gratificando sus legiones; con lluvias la suavizas y bendices su crecimiento. Tú coronas al año de Tu bondad [con lluvia], y Tus nubes gotean abundancia. Gotean sobre pasturas de desierto, y las colinas se ciñen de júbilo. Las praderas se visten de ovejas, y los valles se cubren con grano; resuenan, de hecho cantan.

Capítulo 66
Las alabanzas y plegarias inspiradoras de temor reverencial que ofreceremos a Dios por la Reunión de los Dispersos.

Para el Director del Coro, una canción, un Salmo: ¡Alzad voces en júbilo a Dios, toda la tierra! Cantad la gloria de Su Nombre; haced gloriosa Su alabanza. Decid a Dios: "¡Cuán imponentes son Tus actos!" Por Tu gran fortaleza, Tus enemigos [admitirán] su traición a Ti. Toda la tierra se prosternará a Ti, y Te cantará; ¡cantarán alabanza a Tu Nombre por siempre! Id y ved las obras de Dios, temible en Sus actos hacia la humanidad. El volvió el mar en tierra seca, y ellos cruzaron el río a pie; nos hemos regocijado en El allí. El rige el mundo con Su poder, y Sus ojos observan a las naciones; que los rebeldes no se enaltezcan a sí mismos, sela. Bendecid a nuestro Dios, naciones, y que se haga oír la voz de Su alabanza. El nos mantuvo vivos, y no permitió que nuestros pies vacilaran. Pues nos has sometido a prueba, Dios; nos refinaste como se refina la plata. Nos llevaste a prisión; colocaste una cadena sobre nuestras caderas. Montaste hombres [vulgares] sobre nuestra cabeza; pasamos por fuego y agua, y Tú nos sacaste a la abundancia. Vendré a Tu Casa con holocaustos, pagaré los votos que pronunciaron mis labios y mi boca dijo en mi angustia. Elevaré a Ti holocaustos grasos, con el humo de carneros; ofrendaré ganado con machos cabríos, sela. Venid, escuchad, todos los que temen a Dios, y contaré qué ha hecho El por mi alma. Llamé a El con mi boca, con exaltación bajo mi lengua. De haber visto yo iniquidad en mi corazón, mi Señor no habría escuchado. Pero en verdad, Dios oyó; atendió la voz de mi plegaria. Bendito es Dios, quien no apartó mi plegaria, ni Su bondad de mí.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.
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