Una canción, un salmo de David: Mi corazón está firme, Dios; cantaré y entonaré alabanzas incluso con mi alma. Despierta, lira y arpa; yo despertaré al amanecer. Te agradeceré entre las naciones, Adonái; entonaré alabanzas a Ti entre los pueblos. De hecho, Tu bondad alcances de allende los cielos; Tu verdad llega a los cielos. Enaltécete sobre los cielos, Dios, [muestra] Tu gloria sobre toda la tierra. Para que Tus queridos puedan ser liberados, ayuda con Tu diestra y respóndeme. Dios habló en Su santidad que yo me regocijaría, que dividiría porciones [de las tierras enemigas], mediría el Valle de Sucot. Mío es Guilad, mío es Menashé, y Efráim es la fortaleza de mi cabeza, Iehudá es mi príncipe. Moav es mi jofaina, yo lanzaré mi calzado sobre Edóm, sobre Filistea resonaré. )Quién me encaminó a la ciudad fortaleza? )Quién me condujo hasta Edóm? )No es Dios, quien [hasta ahora] nos ha abandonado, y no salió, (oh Dios!, con nuestros ejércitos? Danos ayuda contra el adversario; inútil es la asistencia del hombre. Por medio de Dios haremos valientemente, y El pisoteará a nuestros opresores.
Tehilim Diario
Capítulos 108-112
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.
Para el Director del Coro, por David, un Salmo: (Dios de mi alabanza, no guardes silencio! Pues la boca del malvado y la boca del embustero se ha abierto contra mí; me hablaron con lengua falsa. Me rodearon con palabras de odio, y me atacaron sin causa. A cambio de mi amor me odian; no obstante, soy [hombre de] plegaria. Pusieron daño sobre mí a cambio de mi favor, y odio a cambio de mi amor. Designa un hombre malvado sobre él; que un adversario se pare a su derecha. Cuando sea juzgado, que salga condenado; sea considerada su plegaria un pecado. Que sus días sean pocos; que otro tome su posición. Que sus hijos sean huérfanos, y su esposa, viuda. Que sus hijos deambulen y rueguen; que procuren caridad de entre sus ruinas. Que el acreedor se apodere de todo lo que tiene, y que forasteros de hagan [del fruto] de su labor. Que no tenga a nadie que le extienda bondad, y nadie sea piadoso con sus huérfanos. Cercénese su posteridad; que el nombre de ellos sea borrado en una generación posterior. Que la iniquidad de sus padres sea recordada por Adonái, y que el pecado de su madre no sea borrado. Que estén ante Adonái siempre, y que El corte su memoria de la tierra. Porque no recordó hacer bondad, y persiguió al hombre pobre y necesitado, de corazón quebrado, para matar[lo]. Amó la maldición y le vino a él; no deseó bendición, y quedó lejos de él. Vistió la maldición como su prenda, y vino como agua en sus entrañas, como aceite en sus huesos. Que sea para él como una capa en la que él se envuelve, como un cinturón con el que se ciñe siempre. Esto es de Adonái por los actos de mis enemigos, y [para] aquellos que hablan maldad contra mi alma. Y Tú, Dios, mi Señor, haz [bondad] conmigo en aras de Tu Nombre; pues Tu bondad es buena, (sálvame! Pues soy pobre y desvalido, y mi corazón ha muerto dentro de mí. Como la sombra efímera soy desterrado, sacudido como la langosta. Mis rodillas tambalean del ayuno, y mi carne es delgada sin grasa. Me he vuelto una vergüenza para ellos; me ven y sacuden sus cabezas. (Ayúdame, Adonái mi Dios! (Sálvame conforme Tu bondad! Hazles saber que ésta es Tu mano, que Tú, Adonái, lo has hecho. Que ellos maldigan, pero Tú bendecirás; se alzan, pero serán avergonzados, y Tu servidor se regocijará. Que mis adversarios vistan humillación; que se envuelven en su vergüenza como con una capa. Yo agradeceré a Adonái profusamente con mi boca, y entre la multitud Lo loaré, cuando El se alza a la derecha del menesteroso para salvarlo de quienes condenan su alma.
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.
Por David, un Salmo: Adonái dijo a mi amo: "Siéntate a Mi derecha, hasta que Yo ponga a tus enemigos por taburete para tus pies". El cayado de tu fortaleza enviará Adonái desde Tzión, para regir entre tus enemigos. Tu pueblo [vendrá] gustoso el día de tu campaña; a causa de tu espléndida santidad desde que surgiste de la matriz, todavía posees el rocío de tu mocedad. Adonái juró y no Se lamentará: "(Tú serás un sacerdote para siempre, así como Malki-Tzedek!" Mi Señor está a tu derecha; El ha aplastado reyes en el día de Su furia. El hará juicio entre las naciones, y éstas se llenarán de cadáveres; El aplastará cabezas sobre extensos territorios. Beberá del arroyo en el camino, y por lo tanto sostendrá su cabeza a lo alto.
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.
Alabad a Dios. Agradeceré a Adonái con todo mi corazón en el círculo íntimo de los rectos y en su congregación. Grandiosas son las obras de Adonái; accesibles a todos los que las desean [contemplar]. La majestad y el esplendor son Su obra; y Su rectitud perdura por siempre. El ha establecido un memorial para Sus maravillas; graciable y compasivo es Adonái. Dio alimento a quienes Le temen, siempre tiene presente Su pacto. Ha dado a conocer el poder de Sus obras a Su pueblo, para darles la herencia de las naciones. Las obras de Sus manos son ciertas y justas; todos Sus mandatos son fidedignos. Hallan apoyo por siempre, hasta el fin del tiempo, establecidos en la verdad y la rectitud. A Su pueblo envió redención. Su pacto ha ordenado para siempre; santo y temible es Su Nombre. El principio de la sabiduría es el temor a Adonái. Es sano juicio para quienquiera lo hace; Su alabanza perdura por siempre.
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.
Alabad a Dios. Dichoso el hombre que teme a Adonái, que inmensamente anhela Sus mandamientos. Su descendencia será poderosa sobre la tierra; será bendecido con una generación recta. La fortuna y la riqueza acudirán a su hogar, y su rectitud perdura por siempre. La luz brilla para los rectos, incluso en la oscuridad, [pues El es un Dios] graciable, misericordioso y justo. El hombre bueno da prestado con gracia, y mide sus propios asuntos con rigor. Jamás vacilará; de eterno recuerdo gozará el justo. No temerá noticias malas; su corazón es firme, confiando en Adonái. Su corazón se fía [de Dios]; no sentirá temor; finalmente, verá [la caída de] sus opresores. Ha distribuido [su riqueza], dando al necesitado. Su rectitud perdura por siempre; su cuerno se mantendrá alzado en honor. El malvado lo verá y sentirá enojo; rechinará sus dientes y se derretirá. El apetito de los malvados sucumbirá.
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.
Para el Director del Coro; un canto con música instrumental; un Salmo. Dios tenga gracia con nosotros y nos bendiga, que haga resplandecer Su semblante sobre nosotros para siempre; para que sea conocido Tu camino en la Tierra, Tu salvación entre todas las naciones. Las naciones Te alabarán, Dios, todas las naciones Te alabarán. Las naciones se alegrarán y cantarán jubilosamente, pues Tú juzgarás a los pueblos con justicia y guiarás a las naciones de la tierra para siempre. Los pueblos Te alabarán, Dios, todos los pueblos Te alabarán, pues la tierra habrá rendido su fruto y Dios, nuestro Dios, nos bendecirá. Dios nos bendecirá; y todos, desde los más remotos rincones de la tierra, Le temerán.
Para el Director del Coro; por David, un Salmo, una canción: Que Dios Se alce, Sus enemigos sean diseminados, y quienes Lo odian huyen de El. Como es apartado el humo, apártalos; como la cera se derrite ante el fuego, desaparezcan los malvados ante Dios. Y los justos se regocijarán, se alegrarán ante Dios y se deleitarán de júbilo. Cantad a Dios, entonad alabanzas a Su Nombre; exaltad a El que cabalga sobre los cielos con Su Nombre Iah, y regocijaos ante El. Padre de huérfanos y juez de viudas es Dios, en la morada de Su santidad. Dios ubica al solitario en un hogar, y libera a los aprisionados con grilletes; pero los rebeldes [son confinados a] morar en tierra árida. ¡Dios! Cuando saliste ante Tu nación, cuando marchaste por el desierto, sela, la tierra tembló, hasta los cielos gotearon delante de la presencia de Dios; este monte de Sinaí [tembló] ante la presencia de Dios, el Dios de Israel. Vertiste lluvia generosa, Dios; cuando Tu patrimonio estaba cansado, Tú lo sostuviste. Tu rebaño se radicó allí; en Tu bondad, Dios, dispusiste para el pobre. Mi Señor cumplirá la palabra de los heraldos a una gran legión: Reyes de ejércitos huirán, ellos huirán; y ella, que habita el hogar, repartirá botín. Aun si yaces sobre el fogón, [serás como] las alas de una paloma cubiertas con plata, sus extremos con oro brillante. Cuando el Omnipotente disemina reyes en medio de ella, aquellos a la sombra de la oscuridad se harán níveamente blancos. La montaña de Dios es una montaña fértil, la montaña de picos majestuosos es una montaña fértil. ¿Por qué alardean, montañas de picos? Esta es la montaña que Dios ha deseado como Su morada; Adonái incluso morará allí para siempre. Las carrozas de Dios son dos veces diez mil, [con] millares de ángeles; mi Señor está en su medio, en Sinaí, en santidad. Subiste a lo alto y tomaste un cautivo, tomaste regalos para el hombre; y [ahora] hasta rebeldes moran con Dios, Señor. Bendito es mi Señor, Quien cada día nos carga de [de beneficencia], el Dios que es nuestra salvación para siempre. Dios es para nosotros un Dios de salvación; y de Dios, mi Señor, son las muchas avenidas de muerte. Sólo Dios tritura las cabezas de Sus enemigos, la calavera vellosa de quien marcha con sus fechorías. Mi Señor dijo: "Yo devolveré desde Bashán, devolveré desde las profundidades del mar, que su pie pueda pisotear la sangre [del enemigo]; que la lengua de tus perros tenga su porción de tus enemigos". Ellos vieron Tus modos, Dios, las maneras de mi Dios, mi Rey, en la santidad. Los cantores comenzaron, luego los músicos, en medio de las doncellas tocando panderos. En asamblea bendecid a Dios; [bendice a] mi Señor, tú cuya fuente es Israel. Allí Biniamín, el más joven, los rige; los príncipes de Iehudá los apedrean, [como hacen] los príncipes de Zevulún, y los príncipes de Naftalí. Tu Dios ha decretado tu fortaleza. Muestra Tu poderío, Dios, Quien produjo esto en aras de nosotros. [Por la gloria de] Tu Santuario sobre Jerusalén, reyes Te traerán tributo. Reta a la bestia salvaje de los juncos, la asamblea de potentes toros entre las terneras de las naciones, [hasta] que cada uno se someta con pieza de plata. Dispersa a las naciones que desean guerras. Nobles vendrán desde Egipto; Kush apurará [a alzar] sus manos a Dios. Reinos de la tierra, ¡cantad a Dios! ¡Entonad [alabanza] a mi Señor siempre! A Aquel que cabalga sobre el más excelso de los antiguos cielos, mira, El pone Su voz, una voz de poderío. Tributad poder a Dios; Su majestad está sobre Israel, y Su poderío está en el cielo. Dios, temido eres desde Tu Santuario; es el Dios de Israel el que otorga fortaleza y fuerza al pueblo [Suyo]; bendito es Dios.
Para el Director del Coro, sobre el [instrumento] shoshaním, por David: ¡Sálvame, Dios, pues las aguas [me] llegaron hasta el alma! Me he hundido en profundidades fangosas sin lugar de apoyo; he venido a aguas profundas, y la corriente me arrastra. Estoy exhausto por mi clamor, mi garganta se reseca; mis ojos languidecieron en espera a mi Dios. Más numerosos que los cabellos sobre mi cabeza son quienes me odian sin razón. Poderosos son aquellos que me cercenarían, aquellos que son mis enemigos sin causa. Lo que no he hurtado, entonces tendré que devolver. ¡Dios! Tú conoces mi insensatez, y mis equívocos no están ocultos a Ti. Que no se avergüencen por mí quienes en Ti confían, mi Señor, Dios de las Huestes; que quienes Te buscan no sean humillados por mí, Dios de Israel, pues en aras de Ti he soportado deshonra, el bochorno cubre mi cara. Me he vuelto un extraño a mis hermanos, forastero a los hijos de mi madre, pues la envidia de Tu Casa me ha consumido, y la humillación de quienes Te desprecian se abatieron sobre mí. Lloré mientras mi alma ayunaba, fue para mi indignidad. Hice arpillera mi vestido, y [así] me volví su modelo [de desprecio]. Quienes se sientan en el portón hablan de mí, [fui] canción de borrachos. En cuanto a mí, sea mi plegaria a Ti, Adonái, en un momento propicio; Dios, en Tu abundante bondad, respóndeme con Tu verdadera salvación. Rescátame del fango, para que no me hunda; sea yo salvado de mis enemigos y de las aguas profundas. Que la corriente de agua no me arrastre, ni el abismo me trague; y que la fosa no cierre su boca sobre mí. Respóndeme, Señor, pues Tu benevolencia es buena; conforme Tus abundantes misericordias, vuélvete a mí. No ocultes Tu rostro de Tu sirviente, pues estoy afligido. ¡Pronto, respóndeme! Acércate cerca a mi alma y libérala; redímeme, para [que] mis enemigos [no se sientan triunfantes]. Tú conoces mi humillación, mi vergüenza y mi deshonra; todos mis mortificadores están ante Ti. La humillación partió mi corazón, y he enfermado. Anhelé comodidad, pero no la hubo; por quienes me consolaran, más no encontré. Ellos ponen hiel en mi alimento, y para mi sed me dieron vinagre de beber. Que su mesa se vuelva una trampa ante ellos, y [su] serenidad, una celada. Oscurézcanse sus ojos, que no puedan ver, y que sus caderas vacilen continuamente. Vierte Tu cólera sobre ellos, y que la fiereza de Tu enfado lo alcance. Que su palacio esté desolado, que no haya morador alguno en sus tiendas. Pues a quien Tú golpeaste persiguieron, y cuentan [con placer] el dolor del por Ti herido. Suma [este] pecado a su pecado, que no vengan a Tu justicia. Borrados sean del libro de los vivos, que no sean inscriptos con los justos. Mas yo, pobre y dolorido soy; que Tu salvación, Dios, me fortalezca. ¡Alabaré el Nombre de Dios con canción, Lo ensalzaré con agradecimiento! Ello placerá a Adonái más que [la ofrenda de] un toro con cuernos y pezuñas. Los humildes lo verán y se regocijarán; quienes buscan a Dios, [verán] y sus corazones revivirán. Pues Adonái escucha a los necesitados, El no desprecia [la plegaria de] Sus [propios] reclusos. Que cielo y tierra Lo alaben, mares y todo lo que se mueve en ellos, pues Dios salvará a Tzión, construirá las ciudades de Iehudá, y ellos se radicarán allí y la poseerán; y la semilla de Sus sirvientes la heredará, y quienes aman Su Nombre morarán en ella.
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.