La primera orden que fue impartida al primer judío es1: "Y dijo Di-s a Abram, ándate de tu tierra, del lugar donde naciste y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré". Esta instrucción requiere explicación: cuando se instruye a alguien dirigirse a un lugar específico, lo más importante es indicarle a donde ir y describir las características del nuevo lugar; sin embargo, aquí no se menciona nada sobre el nuevo lugar, y en vez de ello la Torá se extiende hablando de la residencia actual –"de tu tierra, del lugar donde naciste y de la casa de tu padre". Una pregunta más esencial es la que despierte el propio contenido de la orden: ¿No es acaso esta la primer orden que se imparte al primer judío? Un mandato como este debería erigirse en el principio central del Servicio a Di-s y no solo de Abraham, sino de todo el pueblo judío. Sin embargo, este mandato trata de algo secundario, de transportarse de un país a otro. ¿Es esta acaso la base fundamental del Servicio a Di-s para todas las generaciones?

Por Encima de las Limitaciones

La respuesta es que, efectivamente, esta orden con sus características tan singulares, encierra la base central del Servicio a Di-s. La singularidad del pueblo de Israel consiste en que a pesar de vivir en este mundo, el cual está supeditado a las leyes de la naturaleza y a la conducta del mundo, y a pesar de que todo judío posee también características naturales y se ve afectado por las influencia del medio ambiente, etc. – con todo, posee las fuerzas para elevarse por encima de todo ello y unirse con el Altísimo, Quien es infinito.

Esta fuerza fue entregada al pueblo judío a través de la orden de "ándate" - Lej Lejá. Con este mandato Di-s le dice a Abraham el Patriarca, y por su intermedio a todo el pueblo de Israel, que su función y misión es elevarse por encima de la existencia terrenal, y más allá de las limitaciones naturales y estar ligado a Hashem.

Tres Componentes

Los tres detalles mencionados en el texto aluden a los diferentes tipos de limitaciones que el hombre debe enfrentar: "Tu tierra" – se refiere a las características naturales con las que nace la persona (es el suelo de su personalidad); "Donde naciste" – son las costumbres y actitudes adquiridas por la influencia del entorno; "La casa de tu padre" – es la educación que el hombre absolvió en su hogar, lo que cimentó su personalidad para toda la vida.

Lo que es la persona es el resultado de estos tres componentes.

Le dice Di-s al judío: "Ándate de tu tierra, del lugar donde naciste y de la casa de tu padre" –salí de todos los factores que influencian sobre tu personalidad. Debes superarte por encima de tu naturaleza, tus costumbres y tu educación previa. ¿Para qué? Para que puedas alcanzar "la tierra que Yo He de mostrarte".

Entrega del Alma

El Altísimo no dice a dónde se debe llegar y cuál es esa tierra. Él enfatiza: "a la tierra que Yo He de mostrarte". Se exige del judío un apego total al Altísimo (Yo), hasta la disposición de entregar la vida, y tener la disposición a cumplir todo mandato que Él ordene.

Este es el primer mandato que contiene en su seno la esencia de la existencia judía – la capacidad de superar todas las limitaciones naturales y apegarse al Altísimo de forma absoluta. Este mandato fue encomendado a todo judío, y esta es la base del Servicio a Di-s.

Y cuando nos conducimos en esta línea, nos hacemos merecedores de alcanzar "la tierra que Yo He de mostrarte" en su sentido literal – a la verdadera y completa redención a manos de Mashíaj Tzidkeinu, cuando todo el pueblo de Israel volverá a la Tierra de Israel, "Una gran congregación volverá aquí"2, realmente pronto.

(Sefer Hasijot 5750, Tomo 1 Pág. 96)