Janucá se destaca de entre las demás celebraciones por el hecho de que en todas las fiestas judías (así como en todos los Shabat) hay una obligación de llevar a cabo una comida festiva, mientras que los días de Janucá "no fueron fijados para banquete y alegría" sino "para agradecer y alabar" . Las comidas que se acostumbra realizar en Janucá son sólo optativas, y lo que impone la ley para esta festividad es alabar a Di-s y encender las luminarias en recuerdo del milagro de la vasija de aceite.
La causa de esta diferencia en cómo se celebran las fiestas es consecuencia del concepto esencial de cada fiesta: en las demás festividades el principal acoso era al cuerpo del pueblo judío, como ser la esclavitud en Egipto o el decreto de aniquilación (Di-s libre) en Purim. Por ello, la alegría por la anulación de estas calamidades, se expresa en una comida que alegra al cuerpo material. Mientras que en Janucá, el decreto fundamental era en el plano del espíritu- "hacerlos olvidar Tu Torá" - y por ende celebramos esta salvación con una manifestación espiritual- encendiendo la luminaria con aceite.
Pan, Agua, Vino y Aceite
A la luz de las explicaciones de la dimensión interior de la Torá, el tema adquiere un significado más profundo. Una comida está compuesta por pan, agua y vino. Estos tres elementos aluden a la Torá: pan y agua- vitales para la supervivencia humana- simbolizan el aspecto abierto y revelado de la Torá (lo literal, la ley, su desarrollo y análisis). Su estudio es indispensable, ante todo, para que el judío sepa cómo actuar y conducirse. El vino- que no es imprescindible para vivir y es para agregar alegría e inspiración- simboliza el plano de la mística de la Torá, que agrega profundidad y energía en el servicio al Creador.
Pero hay un cuarto elemento- el aceite. La diferencia entre el mismo y las otras cosas mencionadas, es que el pan, el agua y el vino pueden consumirse o beberse solos, mientras que el aceite no es apto para comer o beberlo tal cual, sino mezclado con otras comidas, pero entonces mejorará sustancialmente la calidad del gusto y causará gran placer.
La Celebración del Aceite
Es en este punto donde se expresa la extraordinaria virtud de Janucá sobre las demás fiestas judías, dónde la ley indica celebrar con una comida que incluye pan, agua y vino: Las demás fiestas están vinculadas con planos más abiertos y revelados de la Torá. Incluso el "vino" alude a ese nivel de lo oculto propenso a revelarse. Mientras que Janucá, que se marca por medio del aceite, simboliza la fuerza de los secretos más ocultos de la Torá- "los secretos de los secretos" ("razin de razin").
Pero aquí surge la pregunta: ¿No es acaso Janucá una celebración por disposición rabínica? Además, fue instituida en una época en la que el pueblo judío estaba en un nivel de decadencia espiritual y de santidad. ¿Cómo se explica que precisamente Janucá está vinculado con "el aceite" de la Torá?
Degustando la Redención Mesiánica
La respuesta es que éste es justamente el proceso de revelación de la Torá: a medida que la oscuridad espiritual se acrecienta y avanza, se van revelando niveles más elevados y extraordinarios de la Torá. Por ello, en Janucá, "cuando se levantó el perverso reino de Grecia sobre Tu pueblo Israel", había necesidad de una intensificación especial de la luz de la Torá, y es ahí que se reveló la dimensión "aceite" de la misma, "los secretos de los secretos".
Esto está relacionado también con el párrafo bíblico de Miketz -del término "ketz haiamim" - 'el final de los días', porque es precisamente al final del exilio diaspórico, el Galut, cuando se necesita de "los secretos de los secretos" para hacer frente a la oscuridad espiritual en avance, y a su vez también para "degustar" de los deleites de la redención del Mashíaj, que se está acercando.
(Sefer Hasijot 5752 Tomo I Pág 195)
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