Pregunta:

Intenté ser casamentera, pero ha sido un desalentador fracaso. Armé seis parejas, y ninguna funcionó. Sin embargo pensé cada vez que eran parejas perfectas. Tengo una amiga que ha formado exitosamente siete parejas —y realmente no conocía muy bien a esas personas. ¿Me falta algo? ¿Hay un secreto que yo no conozco para formar parejas?

Respuesta:

El alma humana es como la llama de una vela. Cada alma tiene una presencia, una luz que llena el cuarto. Cada uno de nosotros tiene su propia llama con un color que es únicamente nuestro.

Cuando dos personas se unen, así como se unen dos velas, el cuarto se llena no con dos luces, sino con una. Sus respectivas auras se combinan para crear una nueva luz que es más que la suma de las dos. Yo soy yo, y tú eres tú, pero cuando nos unimos creamos un nosotros que no es sólo tú mas yo —tiene una luz y un aura propia.

Es por eso que es difícil imaginar cómo dos personas estarán juntas. Usted puede conocer a cada uno individualmente, pero usted no conoce el tercer elemento —la nueva luz que llega cuando los dos están juntos. Podemos pensar que dos personas pueden ser perfectas una para la otra, sin embargo, cuando se encuentran no hay energía entre ellas. Pueden tener velas brillantes individualmente, pero no se fusionan bien. Similarmente, miramos una pareja y pensamos —Nunca los habría puesto juntos", sin embargo son obviamente uno para el otro. Mientras sus velas individuales pueden parecer diferentes, juntas sus llamas crean una hermosa luz.

Un casamentero no puede determinar si habrá química entre dos personas. Su trabajo no es intentar unir almas; es tratar de unir personas con similares valores. Un gusto similar en música o un interés común en las ranas no hacen que una relación dure toda una vida; actitudes comunes hacia la familia, el matrimonio, Di-s y la vida lo hacen. Si conoce dos personas cuyas prioridades y creencias son básicamente las mismas, aun si parecen caracteres tan diferentes, haga que se encuentren. El resto lo pueden descubrir por ellos mismos.

Cada nueva pareja es una nueva fuente de luz para el mundo. Aun si no ha tenido éxito, no se rinda de hacer parejas. Quien sabe, quizás un día usted encienda la llama correcta…