He aquí dos explicaciones dadas por la tradición judía:

a) El Rey David escribió (Salmos 35:10) "Todos mis miembros proclamarán: Quién es como Tú…". Cuando alabamos a Di-s, lo hacemos con todo nuestro ser: La mente, el corazón y la boca expresan la plegaria a través del habla, y el resto del cuerpo lo hace moviéndose. Toda fibra de nuestro ser está involucrada en la conexión con nuestro Creador.

b) "El alma del hombre es una candela de Di-s" (Proverbios 20:27). La llama de la candela oscila constantemente y parpadea en sus intentos por liberarse de su mecha y ascender a lo alto. Nuestra alma también se esfuerza constantemente para escapar a la corporeidad de este mundo terrenal y adherirse a su fuente Divina. Esto es especialmente verdad en el transcurso de la plegaria, esas islas en el tiempo cuando nos concentramos y focalizamos en nuestra relación con Di-s. Nuestro cuerpo refleja este esfuerzo mientras oscila de atrás para adelante como una llama.