Cuando Moshé y Aarón vinieron al Faraón con la exigencia de liberar al pueblo de Israel, les dijo "Moshé y Aharón - ¿por qué perturbáis al pueblo de sus quehaceres?, id a cumplir con vuestras obligaciones".
Explican nuestros Sabios z"l, que Moshé y Aharón, así como toda la tribu de Leví, estaban exentos del trabajo forzado, por eso les dijo el Faraón: siendo que ustedes están libres de ser esclavos, vayan a ocuparse de vuestros temas y no perturben al pueblo de su trabajo.
¿Por qué razón fueron liberados los levitas de la esclavitud de Egipto? Explica el Ramban (Najmánides): "es una norma que cada pueblo posea sus sabios que trasmiten sus enseñanzas". También el Faraón comprendió esto y posibilitó a la tribu de Leví que se dedique a la Torá y la enseñe a los hijos de Israel.
No se Entrometan
Basándose en esta explicación del Ramban, la conversación entre Moshé y Aharón con el Faraón, adquiere un sentido más profundo. Moshé y Aharón, tendían a que se permita al pueblo judío todo irse para servir al Creador. En contraposición a ello, argumentaba el Faraón, que era suficiente que la tribu de Leví estudie la Torá y no había necesidad de que cada uno de los hijos de Israel se dedique a la Torá y a servir a Hashem. "Vayan ustedes a estudiar vuestra Torá", cuestionaba el Faraón, "y no se entrometan con temas que no les afectan a ustedes personalmente, no intenten alterar el sistema ya instituido en el país".
Esta traído en el libro Zohar que la sabiduría de Egipto era "superior a la de todo el mundo", y que incluso el propio Faraón era un gran sabio. Analizando los planteos del Faraón veremos que detrás de ellos hay todo un enfoque de la vida.
La Torá Abarca Todo
El Faraón no niega a la Torá en forma absoluta. Entiende su importancia e incluso permite a una tribu entera que se dedique a ella. Pero exige división de dominios. La Torá por un lado, y la dirección del Estado por otro. No está de acuerdo con que la Torá intervenga en cómo debe manejarse un país. Respeta a Moshé y Aharón en su carácter de Rabinos y líderes espirituales, pero exige de ellos estar confinados en los límites de la Sinagoga y la Casa de Estudios, el Beit Hamikdash, sin inmiscuirse en el esquema de la vida cotidiana. Debemos recordar siempre que ése es el planteo del Faraón, el rey de Egipto. Esta visión del mundo es totalmente opuesta a la judía. La Torá fue entregada para dirigir la vida del judío y el mundo entero y no hay aspecto que esté fuera de los espectros de la Torá.
Preocuparse por otro Judío
Otro concepto que debemos aprender de este relato es que el judío nunca debe decir: "yo estoy salvado". Puede que un judío esté en el ámbito de la Torá, sumergido en sus profundidades, sin interesarse en absoluto de lo que ocurre afuera. Y si de vez en cuando, con su generosidad, procede a dictar un curso de Torá a otros- ¡ya no hay más que exigirle! Pero justamente esto es lo que pretende el Faraón. Si Moshé y Aharón hubieran hecho caso a estos argumentos "lógicos" hubieran perdido, Di-s libre, la redención. Pero ellos no aceptaron el planteo y se entregaron totalmente para que también los demás judíos pudieran estudiar la Torá y servir a Hashem. Ellos no podían sentarse tranquilos a estudiar la Torá y servir a Hashem, a sabiendas que había otros judíos que daban sus fuerzas para "el Faraón de Egipto" (en el sentido más amplio del término) Es específicamente en mérito a su firme posición frente a los argumentos del Faraón y su total entrega por el pueblo judío que lograron apurar la redención y sacar a los judíos de Egipto.
(Likutei Sijot tomo 16, Pág. 29)
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