Hay quienes piensan que en los temas referentes a la relación del hombre con Di-s, es más importante respetar los detalles que en los relativos a la relación entre las personas.
Está claro que cualquier transgresión de las instrucciones de la Torá con respecto a las Mitzvot relacionadas con Di-s, implica un deterioro en nuestra aceptación de la autoridad Divina y del Yugo Celestial. Por otro lado, cuando fallamos en los preceptos referentes a la relación con nuestro prójimo nos parece que sólo menoscabamos a esa persona y no a Di-s.
En nuestra Parshá aparece una expresión tajante que demuestra que dicha presunción es equívoca de raíz. En esta porción la Torá se refiere entre otras cosas al caso de un individuo que miente y estafa al prójimo con un depósito recibido. Dice la Torá: "Si una persona pecare y cometiere un acto de expropiación contra El Eterno mintiendo a su prójimo". Aparentemente la persona ha cometido una falta contra otro individuo, más la Torá lo considera un agravio contra Di-s.
Defraudar a Di-s
Rabí Akiva explica la gravedad de la estafa por un depósito entregado en custodia (el comentarista Rashi lo cita en su explicación de la Torá):"En los préstamos y transacciones comerciales, las partes se apoyan en la presencia de testigos o en un documento. Pero "quien deja un depósito en custodia en lo de su compañero y no quiere que ninguna otra persona sepa de ello, sino sólo el Tercero de entre ellos. Entonces al cometerse una estafa, se miente al Tercero de entre ellos, (es decir, Di-s).
Cuando se deja algo en manos de un compañero para que lo cuide, generalmente no hay testigos ni documentos, se apoya en su compañero y por sobre todo en el que el "El Tercer mediador"- Di-s sabe de ese depósito. Por eso quien recibe un depósito y luego engaña, en realidad niega la presencia de Di-s, y esa es la razón por la cual la Torá dice:"un acto de expropiación contra el Eterno".
El Verdadero Dueño
No obstante, debemos entender el significado de "el Tercer mediador".Cuando dos personas hacen una transacción y junto a ellos se encuentra un testigo, éste no puede ser llamado "el tercero de entre ellos", ya que el sólo es un verificador y no parte del negocio. Por qué Hashem es llamado "el Tercero entre ellos".
Aquí queda de manifiesto el verdadero y grave significado de un pecado contra el prójimo, con el se atenta contra el Reino Celestial. En realidad el auténtico dueño es Di-s y todo Le pertenece, como versa: "de Di-s es la Tierra y todo lo que hay en ella", solo que Hashem le da a la persona esos bienes o dinero. Resulta entonces que hay tres dueños: el depositante (a quien pertenece el bien), el depositario (en cuyo poder está ahora el bien, y se niega a devolverlo) y el Tercero entre ellos-Hashem-verdadero dueño de todo. Cuando alguien pasa por encima de la Voluntad de Di-s, que entregó a alguien la posesión sobre un bien, porque comete un fraude, no solo ocasiona un daño a su compañero sino que niega la potestad de Hashem, el verdadero Dueño, que dispuso que el bien sea propiedad de determinado individuo.
Un Camino de Retorno
Por eso la Torá acentúa el hecho de que al engañar a otra persona, se está atentando contra Di-s, y no simplemente "perpetrando un engaño".Pero sabemos que "no existe nada que se interponga a la Teshuvá", y también en este caso la Torá le da al individuo la posibilidad de retornar y corregirse, y entonces se cumple de inmediato -como finaliza el versículo- "y expiará... y será perdonado". Y así se comporta Di-s con todo el Pueblo de Israel: aunque "a causa de nuestros pecados fuimos arrojados de nuestra tierra", en el momento en que los judíos hacen teshuvá, de inmediato son redimidos, con la llegada del Mashíaj Tzidkeinu, muy pronto en nuestros días ya!
(Likutei Sijot, tomo 7, Pág. 6)
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