Nuestra Parshá relata sobre las leyes de los diferentes sacrificios que se ofrendaban en el Sagrado Templo. Al respecto encontramos una ley en la Mishná1 (y así también en el Rambam2 ), que a simple vista está de más: "Todos los animales destinados al sacrificio tienen posibilidad de mezclarse, menos los sacrificios de Jatat y de Asham". O sea, es posible que ocurra que se mezclen entre sí diferentes tipos de sacrificios, pero el Jatat y el Asham no pueden mezclarse, siendo que el Asham es un carnero (macho) y el Jatat es una oveja (hembra), y no existe posibilidad de confundirlos. Surge aquí la pregunta3 : ¿Qué objetivo tiene destacar esta realidad, algo que se sobreentiende? ¡El Asham debe ser un macho y el Jatat una hembra, y por ende está claro que no es posible confundirlos!

Cuerpo y Alma

Tenemos aquí un caso palpable de lo que dice el Zohar4 , que la Torá está compuesta de dos aspectos, uno revelado y uno oculto, y la relación entre ambos es como la del cuerpo con el alma. De la misma manera que no puede explicarse al hombre sólo en términos materiales, y es menester entender la estructura de su alma, así también hay temas de la Torá que no pueden ser comprendidos sólo sobre la base de su faceta revelada, y requieren del aspecto oculto de la Torá.

En lo que se refiere a la dimensión revelada- la literal, concreta- de la Torá, evidentemente que esta ley que el Asham y el Jatat no puedan mezclarse no tiene implicancia práctica siendo que no hay posibilidad que ello ocurra; sin embargo en la dimensión interna, espiritual, de las ofrendas de Jatat y Asham, existe esta posibilidad, y es en relación a ello que la Torá nos indica que está prohibido mezclar a ambos.

La Faceta Interior del Sacrificio

El tema de los sacrificios, en términos generales, en su sentido interior posee dos significados:

1) Cuando la persona trae una ofrenda, debe pensar que en realidad deberían hacerle a él todo lo que se hace con el sacrificio, es sólo que el Altísimo- en Su gran benevolencia- aceptó permutar esto por lo realizado con el animal5 .

2) El sacrificio representa el acercamiento de las fuerzas y capacidades propias hacia Hashem. Se requiere del hombre 'ofrendar'- acercar y entregar al Altísimo las fuerzas de su alma; esto es posible cuando uno toma conciencia de que esencialmente uno siempre está unido a Hashem, y es sólo el instinto del mal el que lo incita a transgredir6 .

Macho y Hembra

El primer significado del sacrificio es en un estilo de "macho"- duro y amonestador. Esta reflexión la debe llevar a cabo aquel que debe ofrendar un Asham, que expía (también) por pecados cometidos a conciencia. Esta persona debe golpear su instinto y doblegarlo, en consonancia con el dictamen de las Sabios7: "Que el hombre siempre enoje a su instinto del bien en contra del instinto del mal".

A diferencia de ello, quien pecó inconscientemente y debe ofrendar un Jatat, es suficiente para él la segunda reflexión, el nivel de "hembra", los temas son suaves- el pecado fue causado sólo por causa del instinto del mal, pero su verdadero ser está siempre ligado al Altísimo.

Pecado Premeditado o Inconsciente

Es claro que un pecado premeditado es más grave que uno realizado inconscientemente, y a simple vista no es posible mezclar uno con el otro. Sin embargo, hay situaciones excepcionales donde es posible razonar que el pecado inconsciente es más grave que el premeditado.

Por ejemplo, alguien que pecó a sabiendas, pero lo hizo porque se dejó arrastrar por sus malos compañeros o porque nació con tendencias negativas. Por el otro lado, hay alguien que posee todas las condiciones para impedir el pecado, pero no tomó los resguardos que debía y sin darse cuenta cayó en un pecado. Parecería que el pecado del segundo, aunque tuvo lugar de manera inconsciente, es más grave que el del primero que fue producto de influencias externas que le fue difícil dominar.

Nos enseña la Torá que también en una situación como ésta no es posible mezclar entre los sacrificios. Es posible que por parte de la persona el pecado a conciencia sea más leve que el realizado inconscientemente, pero en lo que respecta al efecto negativo del pecado sobre el mundo en derredor y en lo que se refiere a la enmienda y el arrepentimiento, los pecados premeditados siempre son machos', y el arrepentimiento y la Teshuvá es a través de cosas duras, mientras que lo realizado inconscientemente puede expiarse con una 'hembra', cosas suaves.

(Likutei Sijot Tomo 32, Pág. 13)