El capítulo de los profetas (la Haftará) que cierra la lectura de la Torá de la Parshá 'Zajor', relata como el rey Shaul se rebeló contra la palabra de Di-s, al apiadarse de Agag el rey de Amalek y sobre lo mejor de su ganado vacuno y ovino. Shaul se justificó luego frente al profeta Shmuel diciendo: "He cumplido la palabra de Di-s" 1, mientras que el profeta le respondió: "Has despreciado la palabra de Di-s" 2 . Di-s castigó a Shaul por su manera de accionar en este tema y le quitó la monarquía.

El Talmud3 atestigua sobre Shaul que él era un hombre puro, limpio de pecado como un niño de un año de edad (tal cual surge del versículo "Shaul tenía un año cuando reinó" 4 ). Está claro entonces, que Shaul no pensó por un instante transgredir la voluntad de Hashem, y más aun, justificar su pecado con una declaración mentirosa: "He cumplido la palabra de Di-s". Es sólo que se equivocó y pensó que estaba haciendo algo bueno coincidente con la Voluntad Divina.

El Gran Error

El pecado de Shaul consistió en no haber eliminado la totalidad del ganado de Amalek, tal cual el mandato de Hashem, sino que lo utilizó para ofrendarlo a Di-s. Su error provino de su profundo entender la grandeza espiritual de los sacrificios. Conocía el significado místico del sacrificio, que a través de tomar un animal burdo, que representa el materialismo y la materia tosca de este mundo, y su posterior ofrenda a Hashem, con ello se transforma la oscuridad de la materia, y la dimensión de lo animal en luz espiritual y Divina. Shaul sabía algo más: la cumbre de la perfección es alcanzada cuando se logra transformar exitosamente a la misma oscuridad en luz. "La luz adicional" proviene específicamente "del seno de la oscuridad". Y aquí se le presentó a Shaul una oportunidad de oro: tomar el ganado de Amalek, la cúspide de la maldad, y elevarlo en ofrenda a Hashem. Shaul pensó que no existía mejor camino para santificar el nombre de Di-s que sacrificar para Hashem el ganado de Amalek. Por eso declaró con total seguridad: "He cumplido la palabra de Hashem".

Se Mezcló la Lógica

El gran error de Shaul fue que su razón lógica se mezcló con el mandato de Di-s. La intención era buena y el razonamiento era básicamente correcto, pero carecía de lo fundamental: Eso no era lo que quería el Altísimo. ¡Hashem ordenó hacer algo totalmente diferente!

Las intenciones más puras y más sagradas, los pensamientos más excelsos, son todos considerados 'Avodá Zará' (servicio ajeno a Di-s- idolatría) cuando estos se oponen a un mandato explícito de Hashem- Éste es un servicio ajeno a la voluntad de Hashem y antagónico al mismo. Shaul se equivocó en el hecho "que siguió los dictámenes de la lógica" (como dicen los Sabios5 ). Prefirió sus razonamientos lógicos a la Voluntad de Di-s, en lugar de aceptar el Yugo Celestial. Y lo principal no es el intelecto y la lógica, sino la auto anulación completa frente a la voluntad de Hashem.

Aceptar el Yugo

Esto es lo que le dijo Shmuel a Shaul6 : "mejor escuchar que ofrendar, prestar atención que el cebo de los carneros". El cebo y la grasa simbolizan la razón lógica. Pero 'escuchar' y 'prestar atención' –aceptar el Yugo Celestial- son superiores al "cebo y la ofrenda".

En el libro Zohar está dicho7 que la aceptación del Yugo Celestial es el portón de entrada para todos los asuntos de santidad. La obediencia constante y absoluta a la palabra de Hashem es la llave para elevarse en el servicio al Altísimo y para el éxito en la acción del hombre. Por supuesto que se debe entender y comprender con la lógica, pero sólo sobre la base previa de la auto anulación a Hashem y la entrega total a cumplir la Voluntad de Di-s, sin mediar cálculos racionales propios.

(Likutei Sijot tomo 3, pág. 913)