Pregunta:
Recorrí su sitio y —realmente quiero convertirme en judío. Mi madre fue una fiel y devota católica y mi padre un anglicano escéptico que nunca fue a la iglesia. Siempre estuve tan confundido. Pero ahora su sitio me ha hecho volverme hacia el judaísmo, una verdadera vuelta a casa. ¿Cuál es mi próximo paso?
Respuesta:
Su próximo paso es convertirse en una persona mejor. Desarrollar una fe más grande en su alma, en su destino y en su Hacedor. Haga más actos de bien, llegue a más gente. Aprenda más sabiduría, aplique todo lo que aprenda, y haga su vida digna de ser vivida.
Pero usted no necesita hacerse judío para hacer todo eso. Cantidades de maravillosas personas que hacen hermosas cosas en el mundo no son judías, y no obstante Di-s está complacido con ellas. Y si está preocupado acerca de ir al cielo, la creencia judía es que todas las buenas personas tienen una parte en el Mundo Venidero, en tanto que conecten sus vidas con la unicidad de Di-s y cuiden las Siete Leyes de Noé.
Verá, Hay judaísmo y hay judeidad, y no son lo mismo. Judaísmo es sabiduría para toda persona del planeta y más allá. Lo llamamos la Torá, que significa "la enseñanza", y es un mensaje divino para todos los seres humanos conteniendo los principios que una gran parte de la humanidad ya ha aceptado como verdades absolutas. La idea de que la vida humana es invaluable es una enseñanza originada en la Torá, pues está relacionada con el concepto de que todos los seres humanos son creados iguales. Así también, el derecho de todo individuo al alfabetismo y a la educación fue traído al mundo a través de la Torá. Y la paz mundial como valor y meta fue predicada exclusivamente por la Torá y sus profetas miles de años antes que se hiciera popular en el resto del mundo. Y por supuesto la idea de que hay un solo, incorpóreo Ser que creó y mantiene toda la realidad, y se preocupa por todo lo que ocurre con cada individuo, dando de ese modo a cada persona, criatura, evento y objeto un significado, propósito y destino —es una enseñanza principal sobre la que descansa todo lo demás, y la enseñanza central de la Torá.
Esta enseñanza no sólo fue preservada, sino desarrollada, explicada, iluminada y aplicada en tantas maneras diferentes por los sabios judíos desde que fue dada, hace unos 3.300 años. Ellos la han aplicado a temas serios de ética media, ética comercial, política, ilustración personal —toda faceta de la vida humana. Hoy todo puede conseguirse rápidamente que toda la humanidad tome parte y aprenda, como una luz e inspiración para todos.
Eso es el judaísmo. Luego tenemos la judeidad. Ser judío significa pertenecer a una antigua tribu, tanto por nacimiento como por adopción. Es una tribu extraña y única, porque es la única que ha sobrevivido hasta la modernidad mientras mantiene la mayoría de las características de una tribu de la Edad del Bronce. El antropólogo Jared Diamond describe en su libro "Armas, Gérmenes y Acero" cómo un hombre de una tribu de Nueva Guinea, cuando visita una aldea cercana de la misma tribu, inmediatamente comenzará la conversación con una investigación de "¿Con quién estás emparentado? ¿Conoces a tal y tal?" Para establecer relaciones tribales. Bien, eso es exactamente lo que el pueblo judío hace hoy cuando se encuentra con otro en el mundo. Pues tanto si está viviendo en Manhattan, Joburg, Tel Aviv o Vladivostok, aun somos una tribu.
Y con buen motivo: Para preservar las enseñanzas de una Torá sin tiempos para el mundo, el pueblo judío mismo necesita ser sin tiempos, permaneciendo fuera del tiempo, como quien dice, aunque viaja por él..
Las tribus tienen rituales. Así también los judíos. Los hombres de la tribu usan vestimentas particulares, como tzitzit y kipot. Las mujeres cuidan cierto estilo de vestimenta modesta y las mujeres casadas cubren su cabello. Los hombres también atan cajas de cuero conteniendo rollos de pergamino en las cabezas y brazos cada mañana, mientras se envuelven en mantos de lana con más de esos hilos de tzitzit. En nuestros servicios cantamos en hebreo antiguo y leemos de un antiguo rollo. Tenemos festividades que conmemoran nuestras memorias tribales y establecen nuestra identidad como a un todo. Ciertos alimentos son tabú y otros alimentos son supervisados y declarados adecuados para la tribu. No, no puede tener más que eso.
El punto es, ninguno de esos elementos rituales fue pensado como una enseñanza universal, excepto quizás en una forma más generalizada. Vestimentas modestas —si, es una buena idea para todos. ¿Por qué el ser humano es reducido a un ícono corporal? ¿Una charla con su Hacedor cada mañana? ¿Cómo puede estar sin eso el ser humano? E inyectar algo de espiritualidad en su consumo de alimentos —que forma fantástica de trascender lo mundano. Pero en cuanto a los rituales particulares en su forma judía, significativas como son para nosotros, no hay simplemente significado si alguien fuera del la tribu los toma. (Si no me cree, de un vistazo en el texto de consulta, donde Di-s le dice a Moisés "Habla a los Hijos de Israel y diles…").
Lo que estoy diciendo no es precisamente la PC de hoy. Vivimos en un mundo de hipermovilidad. No sólo porque poseemos nuestros autos y reservamos nuestros pasajes online para ir a cualquier lado, en cualquier momento —sino porque imaginamos que nuestras identidades mismas sean tan móviles. Tómeme y lléveme a cualquier lugar. Hoy soy un empresario capitalista, mañana un activista Inuit, y al otro día un bohemo californiano. Y podemos mezclarnos e igualarnos —hoy usted puede ser italiano, nigeriano, chino y bostoniano todo en la misma comida. ¿Así que, quién es este personaje Freeman para decirme a qué tribu pertenezco y a cuál no?
Para ser franco, porque este personaje Freeman considera que toda esa idea de la híper identidad es una mentira, una falsa ilusión de las masas y una enfermedad social. Usted puede cambiar sus ropas, sus costumbres alimenticias, sus amigos, su comportamiento social, su perspectiva de la vida y quizás hasta puede cambiar una gabardina. Pero Di-s decide quién es usted, y lo mejor que puede hacer es descubrirlo.
Dos amigos míos se unieron a los Cuerpos de Paz allá por los años sesenta y fueron enviados al Sudeste Asiático. Juntos visitaron a un poco conocido gurú en la selva a quien le anunciaron "Queremos hacernos budistas".
"Bien, ¿qué son ustedes ahora?" Les preguntó.
"Nada" respondieron
"¿De dónde vienen? ¿Qué son sus padres?"
"Ellos eran judíos"
"¿Entonces para qué viene a mi?" Preguntó "Vayan y sean judíos".
Ahora es mi turno de devolver el favor y dar a los asiáticos, italianos, nigerianos, inuit y a todo el resto de la humanidad esta pequeña opinión:
Creo que lo que Di-s quiere de cada persona es que examine la herencia de sus antepasados, descubra las verdades ocultas ahí y viva de acuerdo a ellas, sabiendo que eso es lo que quiere el Creador de ella. Las verdades están ahí porque toda la sociedad humana originalmente estuvo basada en las leyes dadas a Adán y a Noé, junto con esas leyes que todos los hijos de Noé aceptaron sobre ellos. Esas verdades se encuentran al examinar la herencia de uno a través de la luz de la Torá. La tribu judía es la portadora de esa luz. Pero no necesita hacerse judío para participar de la. La luz brilla para todos los que tienen ojos.
Disfrute nuestro sitio. Ayude a propagar la luz.
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