Pregunta:

Mi novio y yo nos estamos haciendo más observantes desde que estamos juntos. Es adorable que tenga tantas enseñanzas en nuestra religión, y lentamente comenzamos a observar el Shabat y más mitzvot. Sin embargo hay algo que me molesta: mi novio ahora dice que para que nuestra relación dure/funcione debemos abstenernos de intimar entre nosotros hasta que nos casemos. Parte de mi comprende su posición, pero siento que la intimidad es una parte importante de una relación, y creará un vínculo muy fuerte entre nosotros. Se que lo amo y deseo casarme con él un día, por lo que no es una relación pasajera promedio. ¿Entonces qué hay de malo con la intimidad prematrimonial?

Respuesta:

Imagine que su taza de café favorita se rompe por la mitad, y usted quiere pegarla. Va a la ferretería y compra el pegamento más recomendado y fuerte. Luego lee las instrucciones. Limpia las superficies muy cuidadosamente, asegurándose que las dos mitades coincidan perfectamente. Entonces aplica el pegamento.

¿Pero que ocurriría si aplica el pegamento directamente? ¿Antes de leer las instrucciones, antes de preparar apropiadamente las superficies, antes de alinearlas perfectamente?

La intimidad es el vínculo más fuerte que existe entre dos seres humanos.

Porque el poder y el vínculo creado por la intimidad son tan grandes, es vitalmente importante que este "pegamento" no sea aplicado a la relación hasta que estemos seguros de que todo lo demás concuerde perfectamente. ¿Hay un vínculo/compromiso intelectual (respeto y cariño —un componente vital y muy subestimado en cualquier relación marital)? ¿Hay un vínculo/compromiso emocional (amor)? ¿Hay un vínculo/compromiso legal (matrimonio legal, ketubá)? ¿Un vínculo/compromiso público (boda)? ¿Un vínculo/compromiso espiritual (jupá y kidushin —matrimonio judío de acuerdo a los preceptos de la Torá)? Sólo cuando todos esos otros vínculos/compromisos están en su lugar, es el momento de aplicar el "pegamento" final —la unión física.

La intimidad no fortalece el cariño, el respeto, el amor o la conexión espiritual. Crea una unión. Esta unión puede realmente oscurecer el hecho de que falta algo en el cariño, respeto, amor o conexión espiritual. Oculta más que rebela. Y así, durante el período en que se fija la fecha, conociendo al otro y determinando si realmente es la persona con quien queremos pasar la vida, la persona que queremos que venga a casa aun cuando envejecemos, la persona que queremos que sea el padre de nuestros hijos —durante ese tiempo la intimidad es un estorbo, y no una ayuda, para asistirnos en la toma de toda decisión importante.

Una vez que se ha tomado la decisión, y se han proclamado los compromisos a todo el mundo, entonces es momento de aplicar el pegamento final.

En efecto, aun dentro del contexto del matrimonio hay momentos en que el marido y la mujer no deben intimar entre ellos. Son las leyes de Pureza Familiar, que mantienen el matrimonio como una relación multidimensional, no sólo una relación de dormitorio. Pero esa es otra historia. Si y cuando ustedes deciden casarse, entonces es momento de familiarizarse con esas importantes leyes.

Cuando quitan las manos, aprenden a comulgar con sus mentes y corazones. Y la intimidad es más especial entonces, cuando ustedes están casados…