En nuestra Parshá la Torá enumera las leyes del año sabático de shmitá. Se explica en los libros sagrados que el año sabático estaba destinado a afianzar en el corazón del judío la fe en el Creador del mundo. Mientras que durante los seis días de labor agrícola su pan era el producto de su trabajo y esfuerzo, en el año sabático, cuando cesaba totalmente la actividad del campo su confianza y seguridad estaba puesta exclusivamente en el Altísimo.
De esta manera, el año sabático enseña al hombre que es Hashem Quien alimenta y sostiene al mundo entero, y por ende cuando el hombre regresa al trabajo en el campo durante los seis años de labor agrícola estaba entusiasmado e imbuido de la conciencia que su sostén económico proviene de Di-s (y no, Di-s libre, de "mi fuerza y el poderío de mis manos")
No Es Algo Natural
El Talmud (Shabat 31, a) dice que el judío se caracteriza porque "cree en Quien da vida al mundo y siembra", es decir, cuando siembra el campo, no ve en ello nada más que un acto natural, además actúa en base a las leyes de la naturaleza, sino que siembra tan solo porque cree en Di-s en Él esta puesta su esperanza que le enviará su sostén a través de sembrar la tierra.
En esta fe en Di-s, hay dos niveles en lo que respecta al asignado a los medios naturales a través de los cuales se recibe el flujo Divino de bendición:
Niveles de Fe en Di-s
Una posibilidad es que el hombre se apoya en Hashem que continuará manejando a la naturaleza. Sabe que es el Altísimo el Creador y es Él Quien fijó las leyes de la naturaleza, en un sistema en el cual "la siembra y la cosecha... no cesarán" (Bereshit 8,22). Por ello, cree que Di-s proseguirá manejando la naturaleza en esta manera, y por ende la siembra será exitosa.
Es verdad que le asigna importancia a las leyes naturales y las toma en cuenta, pero posee la convicción de fe que la importancia que tiene la naturaleza y sus reglas se debe tan solo a que Di-s fijó este sistema.
Otra posibilidad es que la persona no se apoya en absoluto en las leyes naturales y no les asigna valor alguno, puesto que siente que Di-s crea al mundo en su totalidad cada instante desde la nada absoluta, y por ende, todo absolutamente todo, incluso los fenómenos naturales y sistemáticos son realizados por Él.
Sin embargo - siembra, porque Di-s encomendó sembrar y trabajar la tierra. Por ello tiene la confianza y seguridad de que por esta vía Di-s le enviará Su bendición. Este es el nivel de fe que esta por encima de la razón lógica.
Sin Instrumentos Naturales
Superior a ello es la fe del año sabático.
Durante los seis años de labor agrícola, incluso estando en el segundo y más elevado nivel de fe en Di-s, siendo que hay aquí una acción natural al sembrar, puede ello opacar la fe de que la bendición viene exclusivamente de Di-s. Es verdad que en su parte interior el hombre tiene puesta su fe solo en Di-s y no le adjudica a la vía natural importancia alguna, pero a ojos vista el pan es el producto del trabajo de la tierra.
Solo en el séptimo año, cuando se cesa totalmente la actividad agrícola y se lo dedica al estudio de la Torá sin preocupaciones externas - ahí queda claro, a los ojos de todos, la poderosa fe en Di-s, una fe absolutamente pura, que trasciende todas las reglas de la razón lógica humana.
Este es el nivel de fe requerido de todo judío, y este llegará a su nivel más perfecto en "el día que es totalmente Shabat"- cuando sea la verdadera y completa redención del Mashíaj.
(Likutei Sijot, tomo 32, Pág. 159)
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