Sabemos que las festividades son días de alegría, en los que hay una mitzvá especial de alegrarse. Sin embargo, en nuestra Parshá, también se denomina al Shabat como "día de vuestras alegrías". Y es así como interpretan nuestros Sabios este versículo, que se refiere al Shabat. La diferencia radica en que en las Festividades hay un mandato especial que ordena alegrarse, y la alegría de las fiestas posee reglas especiales establecidas por la ley judía, cosa que no existe en el Shabat. El Shabat es, de por sí, un día de alegría,también sin las leyes definidas y específicas que reglamentan la alegría de las festividades.
Dos Enfoques
En lo que respecta a la alegría especial de las festividades, encontramos dos enfoques:
Uno, la opinión del Rambam, que la mitzvá de alegrarse se cumple a través de la ofrenda "Shlamim" que se traía al Segundo Templo en la festividad, lo que incluye también un incremento de la alegría por medio de comer carne y beber vino.
La segunda opinión es citada por el Shulján Aruj HaRav que el precepto consiste en que la persona esté "feliz y con el corazón contento, él, sus hijos, su esposa y su hogar", sólo que cuando el Sagrado Templo estaba en pie los hombres cumplían esto por medio de la ingesta de la ofrenda del "Shlamim", y en la actualidad lo hacen a través de beber vino.
La diferencia entre estas dos posiciones está en cómo se interpreta la palabra "(y te alegrarás) en tu fiesta": de acuerdo al Rambam el término "en tu fiesta" se refiere a tu ofrenda, y de ahí que la alegría debía ser en el traer el sacrificio; mientras que de acuerdo al Shuljan Aruj HaRav, se refiere al tiempo de la fiesta- uno debe alegrarse en la fiesta, sólo que la Torá estableció que la principal alegría debe tener lugar por medio de consumir la carne de la ofrenda.
Espíritu y Materia
En la práctica hay aquí dos enfoques diferentes en cómo referirse a la alegría del cuerpo material. De acuerdo al Rambam, la alegría debe ser espiritual, la alegría de la ofrenda, sólo que para que no haya impedimento por parte del cuerpo material, debe alegrárselo con aquello que lo hace feliz.
Pero de acuerdo al Shuljan Aruj HaRav la propia alegría física del cuerpo es el objetivo; y no es sólo un tema de que no moleste a la alegría espiritual del alma; la alegría de la festividad debe penetrar también en el ámbito y la condición del cuerpo material. Es sólo que esta alegría debe estar ligada en el ingerir la carne de los sacrificios, y que en la consumición de la carne se sientan también la santidad Divina y la alegría con Di-s.
La Perfección más Ínfima
Esta diferencia de enfoque deriva de la discusión esencial entre el Rambam y el Rambán, en relación a la perfección de la creación. De acuerdo al Rambam la perfección se logra cuando el alma está despojada del cuerpo, ahí puede el alma alcanzar la cima de la espiritualidad. Mientras que la opinión del Rambán, y es la opinión definida en las enseñanzas jasídicas, en que la perfección más íntegra se logra cuando el hecho de que la santidad superior penetra en los confines de la existencia de este mundo material.
Es por ello que hay un objetivo en la propia alegría del cuerpo material, puesto que con ello la alegría de la festividad impregna también a la propia existencia y condición del cuerpo, y lo prepara para poder recibir a la santidad Divina que llegará a su cúspide y perfección con la verdadera y completa redención.
(Likutei Sijot Tomo 33, Pág. 62)
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