Los párrafos bíblicos de Matot y Masei son leídos, generalmente, juntos en un mismo Shabat. De aquí que seguro existe una relación conceptual de sus contenidos. Y en realidad, en ambos se habla acerca de la entrada a la Tierra de Israel: en el final de la Parshá Matot se relata sobre el pedido de los hijos de Reuvén, Gad y de la mitad de Menashé, de tomar posesión de la margen oriental del río Jordán, y sobre el proceso de conquista de la zona y la radicación en la misma. Parshat Masei sintetiza los 42 viajes del pueblo de Israel, desde su salida de Egipto hasta estar cercanos a entrar a la tierra.

La conquista de la margen oriental del río Jordán a manos de las tribus de Reuvén, Gad y la mitad de Menashé, fue en la práctica un símil de comienzo de ingreso a la Tierra de Israel. A continuación, en Parshat Masei, nos aprestamos a la etapa de la entrada a la margen occidental, a la Tierra de Israel propiamente dicha. Como está escrito (Bamidvar 33:48): "Y acamparon en las llanuras de Moav sobre el Jordán (que linda con la ciudad) de Jericó. Era el arribo del pueblo judío frente a Jericó, el cerrojo de la Tierra de Israel".

La Torá es Eterna

Siendo que la Torá es eterna, hay en todos estos sucesos también un sentido eterno aplicable a la vida de todo judío en todas las generaciones. Se explica en las enseñanzas jasídicas que, a pesar de que el éxodo de Egipto tuvo lugar en sólo viaje, sin embargo la Torá dice: "los viajes de los hijos de Israel que salieron de Egipto", los viajes, en plural, puesto que el proceso de liberación de "Egipto"- Mitzraim- no es un hecho de una vez, sino que es algo que continúa en cada generación, hasta hacernos meritorios de salir finalmente de Egipto e ingresar a la verdadera y completa redención a manos del Mashíaj. El deseo de las tribus de Reuvén, Gad y la mitad de Menashé debe ser visto también en este contexto. Su objetivo subyacente era un acto de preparación para recibir, cuando llegue el Mashíaj, la totalidad de la Tierra de Israel, la que abarcará también las tierras de Keiní, Knizí y Kadmoní, que incluyen a la margen oriental del río Jordán.

Redención Individual

La enseñanza de ello es que los judíos deben aspirar siempre a estar en una posición para recibir al Mashíaj. Especialmente en nuestra época, al encontrarnos en los últimos días del exilio diaspórico, debemos estar todos prestos a ingresar de inmediato a la redención mesiánica. El preparativo consiste en que cada judío ante todo se libere a sí mismo, a través de incrementar en todos los aspectos de la Torá y sus preceptos, con lo cual se alcanza la "liberación personal". Y esta es también la preparación para la redención general, la redención de todo Israel, en todos los confines de la Tierra.

Descenso y Ascenso

Además, aprendemos de Parshat Masei, que todos los viajes son parte del viaje hacia la redención mesiánica, puesto que en su dimensión interna también los descensos de la travesía son parte integral del ascenso.

Por lo tanto, cuando un judío se encuentra en las "llanuras de Moav", al final del exilio diaspórico del Galut (la palabra Arvot, llanura, en el sentido de Erev, noche y oscuridad) no se deja impresionar por las múltiples pruebas y obstáculos, y por supuesto que - Di-s libre- no entra en un estado de desánimo, sino al contrario, se fortalece con mayor intensidad y vigor, a partir de la firme convicción de que es justamente a través de este gran descenso florecerá la más grande y extraordinaria elevación- la verdadera y completa redención a manos del Mashíaj, realmente de inmediato.

(Sefer HaSijot 5750, tomo 2 pag. 581, 593)