1) Es muy importante visitar la tumba del fallecido:
A) Al final del séptimo día (Shivá).
B) En el día trigésimo (Shloshim).
C) Al finalizar los doce meses.
D) Al cumplirse cada aniversario del fallecimiento.
2) El séptimo día (Shivá), el trigésimo día (Shloshim) y la finalización de los 12 meses se calculan desde el día en que se realizó la sepultura. El día de la sepultura se incluye entre los siete, etc.. El aniversario (Iortzait) se conmemora en la fecha del fallecimiento. (Algunos observan el primer aniversario de la sepultura, aunque los años subsiguientes se observen el día del fallecimiento.)
3) La fecha del fallecimiento y del aniversario deben ser consideradas de acuerdo al calendario hebreo. Las diferentes elevaciones místicas del alma se relacionan con el calendario hebreo, y es una lástima privar al alma de la observancia del Iortzait correcto.
4) En caso de que el séptimo día coincida con Shabat, se posterga la visita al cementerio hasta el domingo. Las restantes fechas, pueden ser adelantadas al viernes o postergadas al domingo.
5) Si alguna de estas fechas coincide con los días en los que no está permitido el ingreso al cementerio, hay que consultar con un rabino, para que nos indique cual es la fecha adecuada para realizar la visita y la ceremonia correspondiente.
6) Es aconsejable no visitar la tumba del fallecido durante el primer año, con excepción de las fechas mencionadas. Pero si una persona debe ausentarse por un período de tiempo muy largo, entonces, puede realizar la visita en cualquier otra fecha en que se pueda concurrir al cementerio.
7) Cuando se visita el cementerio por el aniversario del fallecimiento de alguno de los padres, se acostumbra a no visitar otras tumbas.
8) Antes de ir al cementerio o participar de un funeral, se acostumbra dar Tzedaká para la elevación del alma.
9) Si en ocasión de cumplirse el aniversario de un fallecimiento, el deudo no puede asistir al cementerio, debe de rezar la plegaria correspondiente y dar Tzedaká (no en Shabat ni fiesta religiosa) en su casa con el propósito de elevar el alma del difunto.
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