Estimada Tzippora,
Tal vez puse a mi marido en un pedestal, mientras estábamos de novios y comprometidos, pero ahora que estamos casados, estoy muy decepcionada al descubrir que no es la persona que yo pensaba que era. No es sólo que mi "perfecto" marido no es realmente tan perfecto después de todo. En realidad tiene una serie de cualidades pequeñas pero molestas que hacen la vida difícil con él. Yo trato de ocultar mis verdaderos sentimientos de él para no hacerle daño, pero estoy muy desilusionada.
Tristeza post-luna de miel
Estimada Tristeza post-luna de miel
El matrimonio es una relación entre personas reales. Es una relación entre personas que se olvidan de los cumpleaños y aniversarios. Es una relación entre personas que dejan el asiento del inodoro levantado, y no tapan la pasta de dientes. Es una relación entre personas que se olvidan de recoger su mejor traje de la tintorería, o no sacan la basura hasta que se desparrama sobre el suelo de la cocina. Es incluso una relación entre personas que dejan sus calcetines en el piso en la esquina de la habitación, y aceptan sin preguntar cuando mágicamente vuelven al cajón recién lavados.
Con el tiempo, todos los cónyuges llegan a poseer una comprensión íntima de las imperfecciones de los demás. La cuestión es cómo evitar la familiaridad que, naturalmente, llega con el tiempo, oscurezca la estima y el amor que en una par siente uno por el otro.
Nadie es perfecto, y no hay cónyuge perfecto. Cualquiera con que se casara tendría cualidades difíciles de aceptar. Estoy segura de que después de más de diez años de matrimonio, mi esposo podría catalogar mis defectos mejor que nadie. Sin embargo, si se le preguntara, él se negaría a hacerlo, del mismo modo que se negaría a la misma petición para catalogar sus propios defectos. Esto es porque después de muchos años de matrimonio, el conocimiento de quién soy y quién es él ya no puede ser considerado como un relato independiente.
Un buen matrimonio depende del cultivo de esta visión de una realidad compartida. Este es uno de los retos al comienzo del matrimonio. Ahora es el momento en que los dos deben desarrollar un sentido de sí mismos como pareja, que es independiente de su sentido de identidad individual. Al cambiar su enfoque hacia el desarrollo de una conciencia de unión y conexión, sus pequeños defectos comenzarán a molestarle menos.
Concéntrese en el cuadro general. La familiaridad no necesita "alimentar desprecio". Por el contrario, en un buen matrimonio, la familiaridad misma puede ser una fuente de satisfacción y seguridad emocional.
Considere esta clásica historia que se cuenta una y otra vez sobre el santo Rabí Arieh Levin. Rabí Levin acompañó a su esposa al médico, y explicó "el pie de mi esposa nos está haciendo doliendo". Su simple declaración expresa esta verdad esencial del matrimonio, y revela la profunda conexión entre Rabí Levin y su esposa. Su matrimonio se basaba en una realidad compartida.
Si es honesta consigo misma, se dará cuenta que usted también tiene muchas cualidades que pueden plantear retos para su marido. Sin embargo, la belleza del matrimonio es que permite que dos personas imperfectas desarrollen una relación que les permite moverse más allá de sus limitaciones individuales. Dentro del contexto del matrimonio, que son capaces de alcanzar un mayor nivel de crecimiento y transformación de sí de lo que son capaces de alcanzar de forma independiente.
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