El matrimonio judío comienza con la firma de la Ketubá (documento legal de matrimonio) en el cual el novio se compromete a ser un buen y fiel esposo. El primer párrafo establece que el esposo se ha comprometido con su nueva esposa diciendo: "Trabajaré para ti, te respetaré y te sustentaré".
Una palabra importante que parece faltar en este compromiso es "amor". Uno pensaría que un matrimonio exitoso es uno en el que los cónyuges se aman uno al otro profundamente. El amor es lo que los conecta y crea una unión profunda y armoniosa. Entonces ¿por qué falta este ingrediente crucial en el documento de matrimonio?
Para entender esto necesitamos examinar el desarrollo de las relaciones. Al nacer los bebés están totalmente absortos en si mismos, mirándose como si fueran el centro de toda la existencia, y durante sus primeros años, los niños continúan enfocándose en si mismos. Esto es necesario en los años formativos para que nos descubramos y creemos nuestras propias identidades.
Pero a medida que crecemos, comenzamos a formar relaciones. En esas nuevas experiencias, debemos aprender a ir más allá de nosotros mismos y considerar a los demás. Después de establecer nuestras propias identidades, las relaciones ofrecen una maravillosa oportunidad para ampliar nuestras experiencias y fortalecer nuestras personalidades conectándonos y relacionándonos con gente que piensa distinto, siente distinto y ve el mundo de una forma muy diferente a la nuestra.
Para que esto funcione, necesitamos respetar y valorar a la otra persona como un individuo independiente, con su propia identidad. Debemos reconocer que sus necesidades y perspectivas traen una nueva dimensión a la relación que nosotros no podemos proveer. Para que la relación se desarrolle y prospere, debemos aprender a respetar, valorar y mantener la individualidad de la otra persona.
El amor por si solo puede ser egocéntrico. Lo que a veces parece ser un amor intenso es realmente una expresión de autointerés y búsqueda de placer. Desafortunadamente no es raro ver relaciones, que comienzan con un romance intenso, deteriorarse rápidamente, apenas uno nota que el otro no es el ser humano perfecto que pensó. Para que el amor sea real y duradero debe estar construido sobre una base de respeto profundo. Solo cuando respetamos genuinamente la individualidad de la otra persona, podemos amarla de verdad.
La Ketubá sienta las bases del matrimonio. El objetivo del matrimonio es el amor y la conexión. Pero para alcanzar el verdadero amor, el respeto debe estar primero. Cuando la base es construida con respeto sano, el amor será duradero y feliz.
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