Los varios tipos de ofrendas traídas al Santuario y a Jerusalén eran clasificadas como Santidad Mayor y Santidad Menor. La ofrenda Minjá (alimento) del pobre es llamada Kodesh Kodashim (Santidad Mayor) “como la ofrenda por pecado” del penitente.

Abarbanel, el gran comentarista español, observa que mientras las otras ofrendas podían ser de una santidad relativamente menor, aquella del pobre, que la da con sacrificio y auto anulación, es de santidad mayor. Similarmente, la expresión de contrición del antiguo pecador, su remordimiento por actuar mal, es querida por el misericordioso Creador.

El significado de la ofrenda yace menos en su medida cuantitativa que en grado en que el donante está involucrado, cuanto de él mismo ofrece. Los ricos, con sus más pródigas filantropías, no necesitan tratar con condescendencia a sus menos dotados hermanos. Al mismo tiempo, en la medida en que Di-s está en el corazón, difícilmente hace que el contribuyente modesto para caridad desprecie al rico o que alardee de su propia generosidad relativa (“Si yo puedo dar cinco dólares, el puede dar diez mil…”). Mientras que el valor negociable de los grandes regalos de los ricos no es disminuido por el orgullo, pequeños donativos dados arrogantemente tienen poco significado material o espiritual.