Pregunta:
Me encuentro ahora en Israel y se me ha presentado una situación en la que no se qué hacer; quizás usted me pueda ayudar. Le estoy preguntando a usted porque es la única persona religiosa que conozco.
Básicamente, me encontré con una vieja compañera de clase. Ella está estudiando aquí en algún seminario religioso, y se ha vuelto religiosa. Después de hablar con ella unos cinco segundos, sentí que le habían lavado el cerebro. La forma en la que estaba hablando era como si estuviera metida en una secta. Daba un poco de miedo.
No tengo nada contra la religión, pero ¿puede ser que el Judaísmo religioso sea un culto?
Respuesta:
Aunque no sea un culto, el judaísmo puede ser usado a veces en formas perturbadoras similares a como la gente se comporta en un culto.
¿Cuál es la diferencia entre un culto y una religión?
Mucha gente define el término “culto” tan vagamente que cualquiera con opiniones fuertes puede clasificarse como seguidor de un culto. La mejor definición que he oído es esta:
Una religión es un movimiento en el que la gente se encuentra a si misma; un culto es un movimiento en el que la gente pierde a si misma.
Un culto secuestra tu identidad y te convierte en alguien que no eres. Una religión verdadera debería realzar y profundizar tu identidad, hacer de ti un mejor tu mismo.
La gente que encuentra religión atraviesa cambios. Aprenden a explorar partes de su personalidad que nunca habían sabido que existen. Como resultado, frecuentemente se reevalúan a si mismos y a sus vidas. Todo crecimiento es acompañado por un poco de conmoción e inestabilidad, por lo que pueden pasar por un corto período de tiempo en el que parecen un poco raros para sus amigos y familiares. Pueden, incluso, ponerse como misioneros, e intentar “convertir” a todo el mundo a su alrededor. Tienen una buena intención, sólo quieren compartir una inspiración recién descubierta con aquellos a los que aman. Esto es normal, y la familia debería intentar ser paciente.
Sin embargo, si comienzan a convertirse totalmente en otra persona, y se vuelven irreconocibles, entonces, puede haber motivos para estar preocupado. Si pierden su personalidad, su sentido del humor, su interés en los otros, o su capacidad de pensar, entonces se pueden estar perdiendo de si mismos. Si estos síntomas persisten, se debe buscar consejo rabínico. Pueden haber caído presas de un culto, o pueden estar usando la religión como un culto.
Los cultos exigen que uno se introduzca en ellos incondicionalmente. Pero cuando uno hace cambios tan repentinos, tendrá que dejarse a si mismo atrás. Esta no es la forma judía. El Judaísmo alienta el cuestionamiento, incluso el escepticismo honesto. El desarrollo espiritual judío se hace en forma gradual y pensada. De esta forma los cambios serán reales, al irse integrando y armonizando con tu personalidad en vez de aplastarla.
Dale a tu amiga un poco de tiempo. Si realmente le han lavado el cerebro, probablemente no durará mucho, saldrá de allí tan rápido como entró. El Judaísmo no puede ser usado como un culto por mucho tiempo. Pero lo más probable es que ella se establezca en un término medio balanceado, donde su ser anterior volverá nuevamente, pero con una profundidad y dirección que nunca tuvo antes. A veces uno tiene que perderse un poco para encontrarse de nuevo consigo mismo.
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