De acuerdo a la tradición judía convencional, intentaré responderle haciendo otra pregunta.

Hay dos palabras que se usan indistintamente, pero en realidad tienen significados muy distintos. ¿Cuál es la diferencia entre “espiritual” y “sagrado”? La espiritualidad implica un apego a las cuestiones del espíritu, en vez de al mundo físico y material. Una persona espiritual es altruista, quizás ascética, alguien que se esfuerza por imbuir su vida con un sentido más elevado, pensar en y servir a otros, no a si mismo, ver el propósito y la bondad en la vida. Pero la espiritualidad está limitada al propio espíritu de uno, a las propias percepciones, a uno mismo. Un ateo puede ser una persona espiritual. Ciertamente puede ser una buena persona, una persona maravillosa. Puede ir tan lejos y tan alto como su propio espíritu lo mueva.

“Sagrado” se refiere a lo divino, lo que tiene santidad directamente de Di-s o está conectado con El. Cuando hacemos lo que Di-s nos dice que hagamos, accedemos a la santidad. Ascendemos más alto que nuestras propias limitaciones; nos conectamos con la esencia del Todopoderoso Mismo. No necesariamente podemos entender o identificarnos con esto, pero cuando un hombre se pone tefilín, o una mujer se sumerge en una mikve, tanto si se sienten espirituales o no, están accediendo a Di-s. Comer en Shabat es una mitzvá; las relaciones conyugales (en su momento correcto, y bajo las circunstancias correctas) son una mitzvá. Son sagradas. La santidad no está relacionada con el ascetismo; está relacionada con Di-s.

La espiritualidad proviene del hombre. La santidad proviene de Di-s.

Un ejemplo práctico: un judío puede ir a la sinagoga, rezar, recitar kidush sobre vino, etc. Puede no sentirse particularmente espiritual mientras hace esas cosas, pero al observar Shabat de la forma que Di-s lo pidió, se vuelve sagrado. Porque se está conectando con Di-s como Di-s lo desea. De la misma forma, puede decidir encender incienso y escuchar música en Shabat para realzar sus sentimientos espirituales, pero al violar las leyes del Shabat, se ha apartado de la santidad.

Por otro lado, puede haber una persona que cumple con las mitzvot de Di-s tal cual Di-s le ordenó, pero sin ningún intento de ser espiritual, sin amor o temor de Di-s, permaneciendo tan materialista y tosco después de cumplir con la mitzvá como antes de ello. El judaísmo enseña que en última instancia esas mitzvot no tienen alma, están muertas. La Torá nos ordena “elegir la vida”. Es el esfuerzo espiritual por conectarse con Di-s lo que inyecta vida dentro de las mitzvot.

Así que, ¿qué define a una persona como religiosa? Idealmente, una combinación tanto de santidad como de espiritualidad. Una persona que se esfuerza por cumplir los mandamientos de Di-s, logrando así la santidad, pero que se esmera por encontrar la espiritualidad en lo que hace. Una persona que no está satisfecha con la ejecución rutinaria de las mitzvot, sino que intenta conectarse con lo Divino en todas sus acciones. Una persona que, como parte esencial de su servicio a Di-s, pone a los otros, y a las “cuestiones del espíritu”, por encima de si mismo y las cuestiones del cuerpo.

Habiendo dicho esto, debe saber que el judaísmo es primero y ante todo una religión orientada a la acción. Así que mientras que la santidad y la espiritualidad son vitales, a la hora de la verdad se nos ordena realizar las mitzvot. La Torá nos dice: “Sé santo” (Levítico 19:2); no nos ordena “Sé espiritual”. A través de ser santos, en última instancia alcanzamos la espiritualidad también. Por lo tanto, en un sentido mucho más específico, una “persona religiosa” se define generalmente como aquel que observa los tres “grandes” en términos de santidad: Shabat, kashrut y pureza familiar.