Después de la muerte de los dos hijos de Aarón (en la Parashat Sheminí), Dios advierte que nadie puede entrar a la sala especial del Mishkán denominada “Santo de Santos”. Aarón era el único que podía entrar allí, una sola vez al año, en Iom Kipur, el día más sagrado de todo el año.

Una cosa que se hace en Iom Kipur es que se toman dos cabras y se hace una lotería. Una de las cabras se ofrenda a Dios y la otra a “Azazel”; a esta última, se la envía al desierto para que expíe los pecados de los judíos.

En la Parashá Ajarei, hay otras advertencias importantes: está prohibido ofrendar un korbán (sacrificio), excepto en el Templo Sagrado; está prohibido consumir sangre en cualquier forma que sea (es por eso que se sala toda la carne kasher –para quitarle la sangre– y es por eso que chequeamos los huevos antes de usarlos para ver si tienen sangre); y se enumeran las personas con las que no podemos casarnos.