En agosto de 1990, Saddam Hussein, blandiendo amenazas de “quemar” la Tierra Santa con su armamento químico, dirigió a los ejércitos de Irak a Kuwait. Mientras que el mundo reaccionó alarmado y con miedo, el Rebe esparció un mensaje de confianza y seguridad.
El Rebe citó un pasaje del midrash de siglos de antigüedad, que predice con asombrosa precisión la evolución de los acontecimientos. “En el año en que Mashiaj se revelará,” dice el midrash, “los reyes de las naciones del mundo se provocarán unos a otros ... El rey de Persia, provocará al rey de Arabia, y el rey de Arabia irá a Aram para buscar consejo de ellos ... Y todas las naciones entrarán en caos y se aterrarán. También Israel será lanzado al caos y al terror, y gritarán: '¿A dónde iremos? ¿Qué debemos hacer? 'Y Dios les dirá: 'Hijos míos, no temáis! Todo lo que he hecho, lo he hecho sólo para su bien. ¿Por qué temen? No tengan miedo, porque el momento de su redención ha llegado ...”
Respecto a preguntas sobre si dejar Israel para ir a lugares más seguros, la respuesta del Rebe era clara e inequívoca: la Tierra de Israel es el lugar más seguro del mundo. Cuando fue preguntado acerca de las máscaras de gas que estaban siendo distribuidas en Israel anticipando el armamento químico, el Rebe opinó que éstas serían totalmente innecesarias. Él también declaró que la guerra terminaría antes de Purim.
Los intentos fallidos de destruir la vida judía con los misiles SCUD no fueron nada menos que milagrosos. Mientras que los misiles —cada uno cargado con más de 270 kilos de explosivos—llovían sobre Tel Aviv, los ciudadanos aterrorizados, amontonados en los refugios y habitaciones selladas, escuchaban incrédulos las noticias de última hora. Edificios llenos de gente habían sido impactados por los misiles pero no dañaron a nadie. “Di-s tiró colchones para amortiguar nuestra caída, empujó a las paredes afuera de nuestro camino,” dijo uno de los sobrevivientes.
En el día de Purim, tradicionalmente un día de alegría y regocijo para el pueblo judío, la guerra fue terminada oficialmente.
“No se está prestando atención adecuada a estos milagros,” dijo el Rebe en discursos públicos en las semanas que siguieron. “Los medios de comunicación populares alrededor del mundo tomaron nota de las ocurrencias milagrosas, sin embargo hay una tendencia de encontrar explicaciones racionales. Debemos publicitar que estos son milagros realizados por Di-os!”
El Rebe también afirmó que los eventos de la Guerra del Golfo son parte del milagroso preludio a la era mesiánica, un momento en el que la esencia divina de la creación se manifestará y los milagros serán corrientes.
Tradicionalmente, los líderes jasídicos eran conocidos por su habilidad para realizar milagros. El fundador del Jasidismo, Rabi Israel Baal Shem Tov, era un renombrado obrador de milagros. Dentro de la corriente del jasidismo de Jabad, sin embargo, a pesar de las abundantes historias milagrosas, el mayor énfasis era dado a las enseñanzas del líder.
Muchos vinieron a ver al Rebe para pedir consejo. Muchos mandaron pedidos para que él rezara por ellos, y muchos contaron milagrosos resultados de su intervención por ellos.
Un grupo de estudiantes de la secundaria vino un día a ver al Rebe. “Escuche decir,” dijo uno de ellos, “que el Rebe tiene el poder de realizar milagros. ¿Es cierto? ¿Podría realizar alguna hazaña sobrenatural?”
El Rebe respondió: “La habilidad de realizar milagros no es otorgada a un selecto grupo de individuos, sino que está al alcance de cada uno de nosotros. Todos poseemos un alma que es una chispa de Divinidad. Por lo que cada uno tiene el poder de trascender las limitaciones que nos impone nuestra naturaleza física, sin importar cuan formidables sean.
“Para demostrarles esto,” dijo el Rebe, “voy a realizar un milagro ahora.”
Sonriendo a los sorprendidos jóvenes alrededor de su escritorio, el Rebe continuó: “Cada uno en este cuarto deberá decidir mejorarse en un área específica. Cada uno de ustedes escogerá una mejora que les parezca necesaria pero que hasta el momento la percibieron como más allá de su alcance lograrlo.
A pesar de esto, serán exitosos, probándose a sí mismos que el alma tiene de hecho el poder de sobrepasar la ‘realidad’ natural.”
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