Seis días a la semana trabajamos, comemos, dormimos, hacemos gimnasia… y también oramos. Y entonces, al séptimo día, hacemos una pausa para reconectarnos con el Creador. Ahora bien, la plegaria no es solamente otro ítem más en la lista de actividades, sino que es parte de la definición misma de este día. Libres de las presiones y las distracciones de la semana laboral, nos volvemos más contemplativos y más centrados, alcanzamos así el estado mental necesario para realizar una plegaria genuina.
Recibiendo el Shabat
Mientras va cayendo el anochecer, recibimos el día sagrado con Kabalat Shabat (“Recibiendo el Shabat”). En la mayoría de las congregaciones, este servicio se inicia con seis salmos (que representan los seis días de la semana), seguidos de una canción profundamente mística que le da una alegre bienvenida a la Reina de Shabat, Lejá Dodí. Esta canción es seguida de otros dos salmos que se relacionan con el Shabat. A continuación, se lee una selección del Zohar que trata de la dinámica mística del comienzo del Shabat, o se recita un capítulo de la Mishná que comprende varias leyes básicas del Shabat, de acuerdo con la costumbre que se tenga.
Después de Kabalat Shabat, se recita el servicio vespertino, que está adaptado al espíritu del día y que incluye la Amidá de Shabat. Después la congregación santifica el día al unísono con los versículos bíblicos que proclaman el Shabat. Esto va seguido por una breve plegaria de Shabat, un salmo más y entonces el servicio concluye con el himno Aleinu.
Algo que muy probablemente van a notar: la Amidá semanal comprende diecinueve bendiciones mientras que la Amidá de Shabat tiene solamente siete. Las trece bendiciones intermedias en las que imploramos a Di-s por nuestras necesidades podrían desentonar con la tranquilidad del Shabat, así que las remplazamos con una bendición que proclama la santidad del Shabat y que le da las gracias a Di-s por este invalorable regalo.
Nota: El lugar preferido para la plegaria es la sinagoga. ¿No puedes llegarte hasta la sinagoga? Di-s escucha todas las plegarias que salen del corazón. Y ciertamente es preferible rezar en casa en Shabat antes que profanar el día sagrado yendo en auto a la sinagoga.
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