Depende a quién le preguntes. Indaguemos un poco:

Leemos en la Torá: “Estos serán flecos para ustedes y, cuando los vean, recordarán todos los preceptos de Di-s para cumplirlos. Y no irán tras vuestro corazón y vuestros ojos, que tienden a desviarlos…”.

Con respecto a esto, el Rabí Iosef Karo (1488-1575) escribe en su Shulján Aruj que uno debe vestir los tzitzit encima de sus otras prendas para que constantemente pueda verlos y acordarse de las mitzvot.

En esta misma tradición, el Rabí Israel Meir Kagan (1838-1933), conocido como el Jafetz Jaim, objetó fuertemente a aquellos que meten los flecos de sus tzitzit en los pantalones. Escribe que hacer esto es denigrar las mitzvot. Compara a los tzitzit con un regalo autografiado por un rey, cuyo receptor seguro querrá mostrarlo de la forma más visible.

Sin embargo, el gran kabalista Rabí Itzjak Luria, el AriZal (1534-1572), vestía su talit katan (tzitzit con todo) debajo de las otras prendas. Su alumno, Rabí Jaim Vital, explicó que esto se debía a que el talit katan y el talit gadol están relacionados con dos tipos de realidades: la realidad interna (pnimiut) y la realidad externa (jitzoniut). El talit katan representa el nivel interno y, por lo tanto, se lleva dentro de otras prendas; mientras que el talit gadol representa lo externo y, por eso, se usa sobre otras prendas.

En una charla que se publicó, el Rebe dilucidaba sobre este concepto y explicaba que la “realidad externa” del talit gadol, donde la Torá dice sobre ver los tzitzit, se refiere a una visibilidad actual, exterior, porque esto afecta nuestro comportamiento externo, alejándonos del pecado y recordándonos cumplir con las mitzvot. En la “realidad interna” del talit katan, sin embargo, ver los tzitzit significa mirar introspectivamente nuestro propio ser para elevarnos a un nivel espiritual superior y cumplir con las mitzvot.