¿Para qué uno se casa? Los místicos explican que la compulsión natural a casarse expresa una profunda ambición del alma: su deseo de reconectarse con su otra mitad. Cada cuerpo está ocupado por la mitad de un alma. El cuerpo y el alma se completan cuando cada uno se reúne con su otra mitad.

Y es una mitzvá. De hecho, el hogar judío es una de nuestras más grandes mitzvot. Por eso, no nos quedamos sentados esperando a que haga su aparición el Príncipe Azul o la Mujer de tus Sueños, sino que activamente nos ponemos a buscarlos.

La mitzvá empieza, y la búsqueda comienza, a la edad de dieciocho años. No te preocupes de lo que te parece una falta de capacidad financiera. Di-s, quien mantiene a toda la creación, ¡puede y va a ofrecerle sustento a una familia más!

Con Quién Casarte

Obviamente, la persona con la que te vas a casar debe ser compatible con tu personalidad y con tus necesidades emocionales específicas. Pero he aquí el ángulo judío:

Antes que nada, el judío se casa con una judía. El matrimonio es la unión de dos almas, y eso es posible únicamente si las dos almas son espiritualmente compatibles.

Además, el matrimonio judío es un compromiso a la continuidad de nuestra nación. El hecho de que los padres judíos críen a niños judíos con valores judíos es nuestra forma no violenta de combatir a todos los fanáticos e intolerantes que trataron de relegar a nuestro pueblo a los anales de la historia.

Existen también ciertos asuntos técnicos que hay que tener en cuenta. Entre ellos: ciertas restricciones respecto a con quién puede casarse el kohen, y asegurarse de que tu cónyuge potencial haya recibido un guet válido (divorcio judío), en caso de que se haya casado anteriormente.

Las Citas

En la tradición judía, uno no sale con una pareja para pasarla bien, sino que las citas están reservadas a los hombres y las mujeres que activamente están buscando a su compañero-a de vida.

La ley judía prohíbe que un hombre y una mujer estén juntos recluidos. Por eso, el lugar preferido para las citas son lugares públicos o semi-privados.

Para que las citas tengan éxito, es necesario que la mente ejerza el juicio en un área que instintivamente le pertenece al corazón. Obviamente que el corazón también tiene que participar de la decisión. Pero cuando la mente va como ciega tras el corazón, eso puede causar terribles problemas. Está bien que “te enamores”, pero recién después de que tu mente haya decidido que tal vez esta sea la persona indicada para ti.

Para más información sobre este tema, visita nuestra sección de Encontrar a tu Pareja.