Bendecir la luna nueva en el momento correcto es como aceptar a la Divina Presencia. Talmud.
Una vez al mes, a medida que la suave y dulce luz de la luna ilumina el cielo, recitamos una bendición especial llamada Kidush Levaná.
Esta oración puede ser recitada tres días después del nacimiento de la nueva luna, conocido como el molad. La kabalá nos dice que es mejor esperar una semana completa. Una vez que hayan pasado quince días, la luna comenzará a entrar en declive una vez más, y la época de bendecirla habrá pasado. El mejor momento para esta recitar esta oración es inmediatamente después de shabat, a medida que abandonamos la sinagoga vestidos con nuestra ropa de shabat.
El procedimiento es el siguiente:
Al anochecer, cuando la luna está completamente visible y no está obstruida por las nubes, ubíquese al aire libre y mire una vez a la luna. Luego, mire al este y recite la oración junto a otras plegarias. Cuanta más gente participe, mejor se sentirá usted en el momento de aceptar a la Presencia Divina. Si tiene un quórum de diez personas, se recitará el kadish.
No hay que confundirse, por supuesto que no estamos adorando a la luna, sino a su Creador, y lo hacemos por su maravilloso trabajo al que llamamos astronomía. La luna tiene el ciclo mensual más obvio entre todas las estrellas y los planetas por lo que tomamos la ocasión de su renovación para orar por toda la obra.
Además, nuestra nación se parece a la luna, al igual que ella, también, se ilumina y se apaga, esto ha pasado a lo largo de toda la historia. Asimismo, lo ha hecho la Presencia Divina (la Shejiná), lo que explica por qué la luna también representa eso. Por lo tanto, bendecir la luna cuando reaparece es una manera de renovar nuestra confianza en que la luz de la presencia de Di-s pronto llenará toda la tierra y en que nuestro pueblo será redimido del exilio muy pronto. Esa es la razón por la que la oración se concluye con canciones y con un baile para celebrar el evento con alegría.
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