“Hacer un compromiso total de un modo de vida Lubavitch era un proceso en marcha para mí,” explica Rabí Nachman Meir Bernhard, rabino de la prestigiosa Sinagoga Oxford en Johannesburg, Sudáfrica. “Antes de que saliera de América para Sudáfrica, fue el Rebe quien, en una primera larga Yejidut en 1964, me convenció que yo tenía la responsabilidad de volver al Rabinato, a pesar de mis inclinaciones para lo contrario y me dio coraje para aceptar mi puesto rabínico actual. ’’

"Después de diez años de servicio a la comunidad, comencé a considerar en dejar nuevamente el Rabinato. Durante muchos años había estado anhelando establecerme en Israel y sentí que el momento de hacer mi sueño realidad había llegado. Comencé a hacer planes y fijé un viaje piloto en busca de un puesto adecuado y de vivienda. En esa época estaba lo suficientemente involucrado con Lubavitch para saber que debía consultar al Rebe antes de tomar alguna decisión comprometedora. Así, después de mi visita a Eretz Israel, volé a Nueva York antes de regresar a Sudáfrica. ”

“Era el verano de 1974, y ésta era mi segunda yejidut con el Rebe. En forma extensa, el Rebe me explicó el por qué yo podría lograr mucho más continuando al servicio de la Comunidad Judía Sudafricana. ‘¿No crees que a mí también me gustaría estar allá (en Eretz Israel), cerca de la Kedushá (Santidad)? Pero nosotros tenemos responsabilidades!’.”

"A pesar de que obviamente dije que seguiría la instrucción del Rebe, no pude ocultar mi desilusión. Sentí la necesidad de discutir el asunto con el Rebe más ampliamente antes de mi vuelta a Sudáfrica y vacilante, pedí permiso para otra yejidut. Me sentí agradecido cuando el Rebe estuvo de acuerdo en verme otra vez el domingo, porque yo sabía que esto era de lo más inusual. ”

“Ese Shabat, el Rebe me concedió extraordinarias muestras de atención y estímulo. Aprecié esto muchísimo y la primera cosa que dije cuando entré en su estudio el domingo fue palabras de agradecimiento por la expresión de acercamiento (Kiruv).”

“‘Expresar acercamiento es un camino de doble vía,’ replicó el Rebe.”

“¿Debo yo también mostrar acercamiento al Rebe? pregunté con extrañeza. ”

“‘Sí!.’”

“¿Qué es lo que el Rebe quiere decir? Yo ya resolví aceptar el consejo del Rebe. Voy a quedarme en Sudáfrica. ”

“‘Sí’, dijo el Rebe, ‘pero tu decisión no debería ser tomada con la resignación de uno que ha aceptado un decreto de mala gana. Más bien debería ser felizmente y de buen corazón!'.”

“A pesar de que no me mudé a Israel, a través de los años el Rebe me habló en varias ocasiones sobre asuntos concernientes a la Tierra Santa. Una vez me contó de una conversación que tuvo con el Ministro de Defensa de Israel. El Rebe le había preguntado que plan o estrategia tenía el gobierno para los próximos diez años."

“El Ministro respondió.- ‘D-os ayudará’."

“'¿Qué pasa aquí?’ dijo el Rebe. ‘Estoy preguntándole como un lego (desde una perspectiva terrenal) y Ud. me está respondiendo como un Rebbe’. Luego se volvió muy serio y dijo ‘¡La verdad es que no tienen plan!’. ”

“El Rebe también expresó su opinión sobre la política interna de Sudáfrica. En más de una ocasión, él habló de la necesidad de que el gobierno reemplace las regulaciones del Apartheid por un sistema de justicia y equidad. Bajo la indicación del Rebe, Rabí Lipskar, el sheliaj jefe en Sudáfrica y yo, una vez visitamos al anterior Primer Ministro, John Vorster y lo estimulamos en sus cautos intentos pioneros a modificar estas políticas, transmitiendo las palabras proféticas del Rebe que Sudáfrica tenía un futuro brillante.”

“Algunos meses más tarde, recibimos una nota de los oficiales del gobierno que el Primer Ministro pedía vernos otra vez. Esto fue justamente poco antes del programado encuentro histórico en Europa con el Secretario de Estado americano, Henry Kissinger, el cual el gobierno sudafricano juzgaba vital para el futuro del país. ”

“Después de darnos la bienvenida, el Primer Ministro no perdió tiempo para expresar su deseo: ‘Me gustaría saber que tiene que decir ahora el respetable Señor de Nueva York’. Esta era sólo una de las muchas indicaciones de las que Judíos y Gentiles habían extraído gran consuelo de las repetidas reafirmaciones del Rebe que todo estaría bien en Sudáfrica — y que no había necesidad de temer, entrar en pánico o huir. ”

En un contexto más personal, el Rabí Bernard recuerda una de las numerosas ocasiones cuando el Rebe lo ayudó con respecto a su familia. “Una vez, durante yejidut, mencioné que una de mis hijas, quien había sido una estudiante excelente se estaba volviendo floja y quedando atrás con sus estudios. El Rebe escuchó atentamente y dijo: ‘Esto no es pereza. Ella tiene un problema médico particular’, el cual mencionó. ‘Su esposa debería llevarla a un especialista, quien encontrará la naturaleza de su estado y la tratará.”’

“Después de yejidut telefoneé inmediatamente a mi esposa. Ella llevó a nuestra hija a ver a un especialista, quien llegó al mismo diagnóstico y le recetó un tratamiento efectivo."