Era un príncipe de la Tribu de Iehudá. Era el cuñado de Aron, el Sumo Sacerdote. Cuando todos los demás vacilaron, el saltó dentro del mar. Era Najshon, el hijo de Aminadav.

Fue el tipo de persona que su callada acción dejó una gran marca en nuestra nación.

Origen de la familia

Najshon era la quinta generación descendiente de Iehudá, hijo de Iaakov.

Aparece por primera vez en la Torá cuando Aron se casa con su hermana: “Aron tomó como esposa a Elisheva, hija de Aminadav, hermana de Najshon”. La Torá generalmente escribe nombres sólo cuando mencionan a alguien nuevo, y los comentaristas se preguntan por qué el hermano de Elisheva es mencionado aquí también.

Sugieren que antes de casarse con Elisheva, Aron había averiguado sobre Najshon, su futuro cuñado. Aprendemos de Aron que cuando se busca una esposa, es importante saber de sus hermanos.

En la División del Mar

Siete días después de haber dejado Egipto, los Israelitas se encontraron atrapados entre el mar y el ejército Egipto. Luego Di-s le da una orden a Moisés que parecía imposible de cumplir: “Habla con el pueblo de Israel, deben viajar”.

La orden fue dada para que siguieran adelante, con o sin mar. Pero, ¿quién haría el primer movimiento?, en ese momento, la valentía y devoción de Najshon, salió a la luz. El Midrash y el Talmud cuentan lo siguiente:

Cuando Israel estuvo parado frente al Mar de los Juncos, y la orden de moverse hacia adelantada fue dada, cada una de las tribus se quejó diciendo: “Nosotros no queremos ser los primeros en saltar al mar”.

Najshon vio lo que estaba pasando, y saltó al mar.

En ese momento, Moisés estaba parado orando. Di-s le dijo: “¿Mis amados están ahogándose en el mar, y tú estás acá orando?

Moisés le respondió: “Amo del universo, ¿qué debo hacer?”

Di-s dijo: “Levanta tu palo y estira tu brazo sobre el mar, el cual de partirá e Israel entrará sobre tierra seca”

Así fue. Siguiendo al líder Najshon, los Israelitas entraron al mar y fueron salvados.

La recompensa de Najshon

El Midrash nos enumera las recompensas que Najshon recibió por su valentía:

Se le fue dado el nombre de Najshon, debido a que saltó dentro de las olas (najshol) del mar.

Hubo cinco héroes de Israel dentro de su descendencia: David, Daniel, Janania, Mishael y Azaria.

El eterno reinado de Israel fue dado a su tribu, Iehudá, y Moshiaj también va a ser de su descendencia.

Luego de que Moshé había completado el tabernáculo en el desierto, los príncipes de las doce tribus de Israel, ofrecieron sacrificios especiales de inauguración, y regalos. A pesar de que Iehudá no era el más grande de las tribus, Najshon, príncipe de Iehudá, fue el primero en traer el sacrificio. Esto debió haber sido una recompensa por su especial acción de devoción.

Najshon también estaba dentro de los setenta ancianos que Moisés les había conferido su espíritu.

Su fallecimiento

Haber sido nombrado como un anciano tuvo una trágico resultado. Leemos que el segundo año después de haber salido de Egipto, “el pueblo buscaba quejarse, y era malvado en los oídos de Di-s. El lo escuchó y Su enojo hizo que un fuego saliera, quemado los extremos del campo”. El Midrash explica que los “extremos del campo” es una referencia a los setenta ancianos, incluyendo a Najshon.

Un símbolo de fuerza

El nombre de Najshon se hizo sinónimo de coraje y deseo de hacer las cosas bien, incluso si no es popular.

Inspirado por Najshon, el Rey David escribió en los Salmos: “Me he hundido en las profundidades fangosas, y no hay ningún punto de apoyo, he entrado en las aguas profundas, y la corriente me ha arrastrado. . . No permitas que la corriente de agua me barra, ni la profundidad me trague, y deja que el pozo no cierre su boca sobre mí”

El Rebe vio la acción de Najshon como una llamada de acción:

“Un hombre llamado Najshon saltó dentro del mar, y causó el gran milagro de la División del Mar. Técnicamente, no tenía la obligación de hacerlo, pero el sabía que Di-s quería que Israel se dirigiera a Sinai. Entonces hizo lo que tenía que hacer. Tenía un mar en el camino. Saltó dentro del mar y se dirigió a su meta.

La lección para todos nosotros es, que debemos centrarnos en nuestra misión de la vida, sin tener en cuenta todos los obstáculos”