“Desde el mismo comienzo de nuestra shlijut en Viena, Austria,” relata Rabbi Yaacov Yitzjak Biederman, “informamos al Rebe acerca de nuestras primeras actividades en la ciudad. El Rebe respondió favorablemente y nos deseó éxito en nuestros esfuerzos. Al final de su carta él agregó, 'específicamente en la labor sagrada de educación, en jardín de infantes.'”

“Fuimos alentados grandemente por las bendiciones del Rebe y la deferencia que mostró hacia nuestro trabajo al agregar un mensaje manuscrito. Sin embargo, no teníamos jardín de infantes."

"Varios días más tarde, se nos acercaron algunos padres. ‘Sabemos que Uds. son nuevos en nuestra ciudad’, dijeron, ‘pero hemos oído acerca de la Red Educacional mundial Lubavitch. Aquí en Viena, muchos niños Judíos no están recibiendo ninguna educación Judía en absoluto. ¿Considerarían la apertura de un jardín de infantes?.”’