"Yo había estudiado en una yeshivá por muchos años, pero no había estado expuesto al Jasidut,” relataba un hombre joven en Eretz Israel. “Cuando comencé a cuestionarme mi propósito en la vida y buscar un significado más profundo, conocí a algunos de los jasidim de Lubavitch, y quedé muy impresionado por la profundidad, significado y gozo de su forma de vida. Comencé a estudiar Jasidut y pasé más tiempo dentro de la comunidad jasídica.”

“A pesar de que sentía una atracción fuerte, muchos elementos de su modo de vida jasídica diferían de aquellos de mi familia y de mi yeshivá. Decidí preguntar al Rebe acerca de mis preocupaciones y aprehensiones."

“Unas pocas semanas más tarde, el Rebe me envió una respuesta detallada a cada una de mis preguntas. Me sentí satisfecho y no dudé más acerca de mi envolvimiento con el Jasidut. El Rebe también agregó una postdata enigmática.- ‘No hay ninguna necesidad de preguntar por qué el Jasidut no fue revelado en generaciones previas' y procedió a explicar este concepto enteramente1 ." Este asunto no me había molestado en absoluto, y no había mencionado nada a este efecto en mi carta."

“Pronto mi interés en jasidut se volvió conocido en la Yeshivá donde estudiaba. Un día, un profesor de Torá a quien yo admiraba y respetaba, me pidió tener una conversación a solas. Sabía que él quería desanimarme con respecto al nuevo camino que yo empezaba a explorar. Me presentó muchos argumentos contra el estudio de Jasidut, y yo respondí a todos ellos exitosamente. Me di cuenta de que sus objeciones provenían de su falta de familiaridad con el tema.”

“Luego él esgrimió lo que él pensaba sería su argumento más convincente. 'Si Jasidut es tan valioso, entonces ¿por qué’ preguntó él, no fue su estudio revelado a generaciones previas?.”’

“Se sorprendió de ambas, la velocidad y la profundidad con las cuáles respondí a su pregunta.”