Pregunta:

Estimado Rabino:

Mi comunidad celebró Shabat en una sinagoga ortodoxa en Brooklyn. Por la mañana, noté que lo primero que hicieron los niños al levantarse fue lavarse las manos.

Esto me pareció un tanto extraño. ¿Podría explicarme el motivo de este ritual?

Respuesta:

Hace varios años, existía en la ciudad de Nueva York una política para el cumplimiento de la ley que suponía el procesamiento de delitos menores como un mecanismo de prevención frente a delitos más severos.

Por ejemplo, saltar los molinetes del subte no parece ser un delito mayor. Como mucho, equivale a dos dólares de multa, es decir, el costo del boleto. Sin embargo, cuando la policía comenzó a arrestar personas por este delito, el índice total de delitos en los subtes disminuyó considerablemente. Un delincuente que ingresa al subte con la intención de cometer un delito, probablemente, no tenga la delicadeza de pagar el boleto. Es decir que saltará el molinete en busca de su próxima presa. Al poner un freno al delito menor, evitamos un delito mayor.

En las familias observantes, hay ciertos rituales sobre los que somos extremadamente cuidadosos. Uno de ellos es negel vasser (en idish; o netilat iaadaim,en hebreo). Negel vasser literalmente significa ‘agua para uñas‘. Hace referencia a la observancia de lavarse las manos inmediatamente después de levantarse. Se llena un vaso con agua y se vierte sobre cada mano de manera alternada para lavarlas cada una tres veces.

Esta costumbre se basa en el proceso mediante el cual el koen se preparaba para servir en el Sagrado Templo de Jerusalem.

El versículo reza (Éxodo 30: 19): “Y Aaron y sus hijos se lavarán las manos y los pies… cuando se acerquen al altar para oficiar”.

El fundador de Jabad, Rabi Shneur Zalman de Liadi, también conocido como el Alter Rebe (1745-1812), fue el autor del Código de Ley Judía. A continuación, una cita textual de dicho código en la cual se hace referencia a los servicios de los sacerdotes y su aplicación en la rutina matutina de los judíos.

El hombre encomienda su alma [a Di-s por la noche] cansado y exhausto, y Di-s se la devuelve rejuvenecida y renovada para que pueda servir a su Creador con todas sus facultades, ya que este es el principal objetivo del hombre. Por lo tanto, debemos santificarnos con Su santidad, y lavarnos las manos con agua de un jarro antes de servirle, tal como hacían los sacerdotes cada día antes de comenzar con los servicios [en el Sagrado Templo de Jerusalem]1

Luego, Rabi Schneur Zalman agrega una explicación cabalística:

Nuestros sabios enseñan2 que, cuando dormimos [aproximadamente media hora3 ], nuestra alma se separa de nosotros y un espíritu de impureza se posa sobre el cuerpo. En cuanto despertamos, dicho espíritu se retira del cuerpo, salvo de las manos. Y no lo hace hasta que no vertemos agua sobre cada mano.4


¿Por qué somos tan cuidadosos de hacer esto a la mañana antes de hacer cualquier otra cosa? Existen varias costumbres importantes que debemos respetar a diario en la vida judía. Nuestra rutina matutina es el molinete que debemos atravesar para poder enfrentar el resto del día. Si tenemos la precaución de hacer lo correcto en la mañana ‒como si estuviéramos pagando el boleto de subte‒, es menos probable que nos veamos enredados en algún tipo de problema durante el resto del día.

Es mi deseo y anhelo que mis hijos siempre sean meticulosos en la observancia de negel vasser, y que esto los proteja de todos los desafíos inevitables de la vida.