Pregunta

Escribo en nombre de mi madre. Ella es enfermera desde hace unos 15 años. En el hospital donde trabaja, están preparados para atender pacientes con ébola provenientes de un radio de 100 millas. El problema es que al tratar pacientes con ébola, se estaría exponiendo a una situación muy riesgosa. Pero si se rehusase a atenderlos, sin dudas, perdería su licencia.

¿Qué debería hacer ante una situación como esa?

Respuesta

El ébola no es un tema menor, y tu madre tiene toda la razón del mundo para estar preocupada. Pero antes de referirnos puntualmente a su situación, es preciso hacer mención a ciertos pensamientos generales respecto de este tema.

Resulta fundamental destacar la importancia que la Torá le otorga a salvar vidas. Se nos encomienda no permanecer inmóviles ante el derramamiento de sangre de nuestros hermanos1 . De hecho, nuestros sabios nos dicen que “aquel que salva una vida es como si hubiera salvado a toda la humanidad”2

Sin embargo, existen límites respecto de cuando uno está obligado a salvar la vida de otra persona, en especial, si esto conlleva un peligro en sí mismo3 .

Poner nuestra propia vida en peligro para salvar la de otros.

El Talmud Ierushalmi cuenta que Rabi Imi fue capturado y llevado a un territorio hostil. Cuando se enteró de esto, Rabi Yonatan declaró “envuelvan al muerto en su mortaja” (es decir, “es como si estuviera muerto, ya que no podemos ir a salvarlo”). Rabi Shimon ben Lakish responde “Yo mataré o seré muerto; iré con determinación y lo salvaré”. Finalmente, Rabi Shimon ben Lakshi tuvo éxito y puedo rescatar a Rabi Imi4

Siguiendo el relato anterior, algunos comentaristas concluyen que tenemos la obligación de salvar una vida, aunque al hacerlo estemos poniendo la nuestra en peligro5

Sin embargo, el Talmud Babli nos ofrece otro punto de vista. Según el versículo “Observarás mis mandamientos y mis leyes, los cuales el hombre deberá cumplir y vivir conforme a ellos. Yo soy el Señor, tu Di-s”6 , el Talmud Babli explica que los mandamientos deben ser observados cuando haya certeza de vida, pero no cuando al hacerlo exista la posibilidad de muerte7

Como ocurre en otros casos, cuando el Talmud Ierushalmi y el Babli presentan opiniones diferentes, la ley se inclina por lo que expresa el Talmud Babli8 9 . De hecho, según varias autoridades, en ciertas circunstancias, también, se nos prohíbe poner en riesgo nuestra vida para salvar la de otros10


En este sentido, el Código de Ley Judía dictamina que si se desatase una plaga en una ciudad, todos los ciudadanos deben intentar evacuar dicha ciudad antes de que la plaga se propague11

Profesionales de la salud

No obstante, Rabi Eliezer Waldenberg escribe que esta disposición no aplica a los profesionales de la salud, a quienes se les permite –y constituye una gran mitzva– cuidar de aquellos que están infectados, aunque esto suponga poner en riesgo sus vidas12. Al mismo tiempo, los profesionales de la salud deben hacer todo lo que esté a su alcance para minimizar el riesgo de infección13


Otras autoridades en la materia van más allá y dicen que, como los profesionales de la salud asumieron su profesión con total autonomía y voluntad, con completo conocimiento de los riesgos que podían llegar a enfrentar, no solo les está permitido, sino que constituye una obligación para ellos intentar salvar a los pacientes, incluso, si esto supone poner en riesgo su propia vida14. Más aún, siempre que el hospital cuente con el equipamiento adecuado para preservar a los trabajadores de infecciones (tanto como sea posible), los profesionales de la salud no pueden abandonar a sus pacientes15

Ya que su madre es enfermera y puede cuidarse de las infecciones siguiendo las normativas establecidas, aunque hubiera algún tipo de peligro involucrado, constituye un gran mitzva –y hasta podría decirse que es una obligación– permanecer en su trabajo. Sin embargo, si existen altas probabilidades de que ella contraiga dicha enfermedad mortal, entonces, no debe ponerse en peligro.

A su vez, cuando ponemos en la balanza los factores de riesgo, los rabinos nos advierten que uno debe ser extremadamente precavido respecto de proteger su propia vida, ignorando la difícil situación de aquellos cuyas vidas están en peligro –ya que si se salva una vida judía, es como si se salvase a toda la humanidad16