Estimados Lectores:

Esta semana leemos en la Torá, la negociación entre Moshe y el Faraón para tratar de liberar a los hebreos. A medida que se van sucediendo las plagas, el Faraón va ablandando su corazón, pero a último momento se endurece se niega a dar la libertad al pueblo de Israel.

En la novena plaga, fue la plaga de la oscuridad. Di-s envío esta plaga con una intención particular, permitirle a los hijos de Israel revisar y descubrir donde estaban ocultos los tesoros de Egipto, para tenerlos preparados en el momento de salir. La expresión que utiliza la Di-s con Moshe es, “Pide, por favor, al pueblo que pidan riquezas de sus vecinos”.

Una plaga especial, un pedido por favor. A que se debía esta obsesión con las riquezas de Egipto, los judíos querían su libertad, más que cualquier otra cosa. No les interesaba las riquezas, pero Di-s parecía estar obsesionado con este tema.

Di-s prometió a Abraham que sus hijos serian esclavos pero luego saldrían con grandes riquezas. Tenía que cumplir con su promesa. La palabra tenía que ser respetada y la promesa debía ser saldada.

Hasta qué punto vemos que cuando uno se compromete con alguien, no importa cuántos años pasen, o en que circunstancia estemos ahora, las promesas siempre se deben cumplir.

Si Di-s hizo tanto esfuerzo por cumplir una promesa con Abraham que esta mencionada una sola vez en la Torá, cuanto más y más por la promesa de la redención final que fue repetida en muchas ocasiones. Que pronto tengamos la redención con el Mashiaj.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy