Pregunta:

¿Cuál es el problema con usar los zapatos de una persona fallecida? He escuchado que los judíos no pueden usar el calzado de alguien que falleció. ¿Por qué es esto así?

Respuesta:

El Sefer Jasidim 1 dice que una persona no debe usar los zapatos de un fallecido. Sin embargo, esta norma ha sido interpretada de diferentes formas:

a) Algunos dicen que esta prohibición está basada en un fragmento del Talmud 2 que dice que en un sueño en el cual una persona fallecida aparece para llevarse cualquier objeto, es un sueño con connotación positiva, a menos que el objeto que se lleve sean zapatos. Ya que los sueños son, en gran medida, producto de lo que pensamos cuando estamos despiertos, existe el miedo de que al usar los zapatos de una persona fallecida la persona repare en ello mientras esta despierta y eso traiga como resultado un “mal” sueño.

Conforme a esta línea de pensamiento, no existe excepción a la regla.3

b) Otra razón para esto es que el cuero es transmisor de enfermedades contagiosas. Por lo tanto, y siguiendo esta lógica, si se sabe que la persona no falleció a causa de una enfermedad contagiosa, sino que tuvo un accidente o fue asesinada, no existiría razón alguna para no utilizar sus zapatos.4

Siguiendo esta teoría, algunos dicen que la norma aplica solo si la persona falleció usando esos zapatos. Otros dicen que no está permitido usarlos si se sabe que la persona fallecida los utilizó mientras estaba enferma. 5

c) Hay quienes plantea una interpretación completamente distinta en base a lo expresado en el Sefer Jasidim. Plantean que la prohibición aplica a zapatos que hayan sido confeccionados con el cuero de un animal muerto como resultado de una enfermedad – “no deberían usarse los zapatos de un [animal] fallecido”- en cuyo caso la restricción aplica por miedo a que dicha enfermedad se transmita a la persona que usa esos zapatos. 6

Según esta interpretación, no existiría problema alguno con usar los zapatos de una persona fallecida.

De todas formas es conveniente consultar a un rabino para tener en cuenta las tradiciones de la comunidad al respecto. De no existir una postura comunitaria sobre el tema, la persona puede elegir cuál de las interpretaciones seguir.