El Shemá es probablemente la porción mas famosa de la plegaria diaria. Ésta plegaria consta de tres partes: los primeros dos párrafos son de Deuteronomio, la primera del capitulo seis y la segunda del capitulo once. (El tercer párrafo, que habla sobre la Mitzvá de Tzitzit y el Éxodo de Egipto, es del capítulo quince de Números)

El Shemá es una plegaria fundamental, la única parte del rezo diario cuya recitación es un mandamiento bíblico, porque contiene varios fundamentos de nuestra religión, como ser creer en la unicidad de Di-s, y los preceptos de amor y temor hacia El. Una cantidad de conocidas Mitzvot como Tefilin y Mezuzot también son mencionados, como así también la obligación de estudiar Torá y enseñarle a nuestros hijos. De hecho, estas Mitzvot son tan importantes que están mencionadas en los dos primeros párrafos del Shemá.

En el primer párrafo se no dice: “enséñales palabras de Torá a tus hijos”, y luego “y te los atarás…sobre tu brazo” mientras que en el segundo párrafo se nos instrye :”y te lo atarás…en tu brazo”, y después :”enséñale a tus hijos”

¿Cuál es el significado de este cambio de orden?

La Mitzvá de educar a nuestros hijos en el camino de Torá comienza desde el momento del nacimiento, mucho antes de estar obligados a ponerse los Tefilin. La orden se ofrecer nuestro Primer Fruto a Di-s, la mitzvá de Bikurim, hace referencia alegóricamente a asegurarse que durante los primeros años de la niñez, un niño dedica sus “primeros frutos” a Di-s, recibiendo una educación con Torá.

Sin embargo, la Torá no se detiene ahí. Mientras que el primer párrafo del Shemá pone la eduación antes que los tefilin, el segundo párrafo lo menciona luego de los tefilin. Eso significa que incluso luego que el chico madura, después de su Bar/Bat Mitzvá, es todavía responsabilidad de los padres enseñarles Torá.

El Rebe Sholom DovBer de Lubavitch una vez dijo: “Así como es obligatorio que cada Judío se ponga los tefilin todos los días, así también es un deber inequívoco de cada individuo, desde el más sabio hasta el más simple, dejar media hora por día para pensar en la educación de sus hijos”