Pregunta:
¿Por qué comemos hamantashen (galletas tradicionales) en Purim? He escuchado que tienen un parecido al sombrero de Haman. Pero si Haman era quien deseaba exterminar a los judíos ¿Por qué deberíamos inmortalizarle comiendo galletas que llevan su nombre?
Respuesta:
Lo que describe puede ser producto de un error. Estos pastelillos fueron originalmente llamados mohntashen, lo cual quiere decir “bolsitas de semillas de amapola”. Actualmente, la mayoría de los hamantashen tienen rellenos de mermelada, pero antiguamente se utilizaban más las semillas de amapola para relleno. Fue un pequeño salto lingüístico de mohntashen a hamantashen, al asumir las personas que existía una conexión entre el postre típico de la festividad y el villano de la historia de Purim.
La verdadera razón para comer hamantashen es que simboliza la esencia del milagro de Purim. Si lees la historia de Purim, te darás cuenta que acontecieron una serie de aparentes coincidencias que salvaron al Pueblo Judío del exterminio total. No sucedieron milagros, no hubo apertura del mar, no hubo plagas, solo algunos giros y cambios de dirección en la historia, los cuales, vistos como eventos separados, parecen sencillamente normales. Solo al final de la historia se revela que un milagro tuvo lugar.
Los judíos siempre utilizan una comida para narrar una historia. En este caso, es el hamantash. El exterior del hamantash es solo una simple masa. El verdadero sabor es el que está en su interior. Debajo del barniz con que se cubre el pastelillo, está el corazón del hamantash, pleno de dulzura.
Nuestras vidas son bastante parecidas. En ocasiones pareciera que estamos siendo empujados y halados por fuerzas desconocidas. Nos ocurren cosas que parecen aleatorias y producto del azar; pareciera que no hay orden establecido ni sistema de sustento, aún menos dirección cierta para un universo frio y crudo. Esto no es cierto. Existe un sistema y un orden establecidos, pero está oculto. Subyacente bajo la superficie se encuentra una mano dulce y un corazón cálido los cuales dirigen el universo entero.
En pocas ocasiones nos percatamos de la existencia de esta mano que dirige. Purim es un día en el cual ésta dirección se revela, cuando un crujido rompe la cáscara exterior, podemos apreciar lo que hay en el interior y más allá. Purim nos recuerda que todas las coincidencias no son coincidencias, nada es aleatorio.
Estamos en la mitad de nuestra propia historia, así que es difícil apreciar el escenario completo. Pero al final de todo caeremos en cuenta que se trata simplemente de un gran hamantash.