El equipo de remo de la Yeshiva University siempre perdía en los encuentros deportivos universitarios. Decidieron mandar un espía a la Universidad de Yale, que siempre ganaba la competencia, para ver cuál era su técnica. Luego de unos días volvió el enviado con el secreto: Ellos tienen uno que grita y siete que reman…

Esta semana celebramos Shvií Shel Pésaj o sea el séptimo día de Pésaj. (En Israel es el último día de Pésaj; en la diáspora es el penúltimo día.)

La costumbre de Jabad, como también en otras comunidades, es de quedarse despiertos toda la noche, estudiando Torá hasta la madrugada.

¿A qué se debe? ¿Qué es lo que conmemora el séptimo día de Pésaj?

De acuerdo al relato bíblico fue el séptimo día luego de su salida de Egipto que el mar de juncos se partió y todo el pueblo judío pudo cruzar en tierra seca, salvándose de esa manera del ejército egipcio que los estaba persiguiendo.

Hay un detalle muy interesante que ocurrió en ese momento que llama la atención. Los judíos discutieron entre sí. Inusual, ¿no? Hubo cuatro grupos, cada uno con su opinión, sobre el camino a tomar frente al hecho de tener el mar delante y el ejército egipcio detrás.

Un grupo decía volvamos a ser esclavos. No vamos a poder luchar en contra del ejército armado de Egipto. No podemos avanzar ya que hay un mar delante. Tuvimos una semana de vacaciones. Volvamos a ser esclavos.

Otro grupo decía: Jamás volveremos a ser esclavos. Somos hombres libres. Luchemos contra los egipcios como hombres libres.

Un tercer grupo dijo: No podremos ganarles a los egipcios. Tampoco volveremos a ser esclavos. Tirémonos al mar.

El último grupo dijo: Calma, muchachos. ¿Qué problema hay? D-os es grande. Recémosle a D-os para que nos salve, tal como hicieron nuestros antepasados.

¿Cuál de los cuatro grupos tenía la razón?

Ninguno.

En dos versículos1 Moshé los refuta a los cuatro grupos y sus opiniones: ¡No teman! Quédense y verán la salvación de D-os que les hará hoy. (O sea, no se tiren al mar.) Así como ven a los egipcios, no volverán a verlos nunca jamás. (O sea, no volverán a ser esclavos.) D-os peleará por ustedes (No tienen necesidad de pelearse con los egipcios) y ustedes cállense. (No es momento para rezar.)

¿Qué había que hacer, entonces?

La respuesta está en el siguiente versículo2 : Y D-os le dijo a Moshé: ¿Por qué me gritas a mi? Háblales a los hijos de Israel y que viajen!

Fue ahí que Najshon hijo de Aminadav entró al mar y cuando ya no podía avanzar más Moshé levantó la vara y el mar se partió, posibilitando el cruce en tierra seca.

Hoy en día

La Torá no es simplemente un libro de historia, es un libro de instrucción. Cada historia que la Torá documenta es porque contiene enseñanzas aplicables a todos en todo momento y en todas partes.

Veamos cómo dicho conflicto entre los cuatro grupos se aplica a nosotros hoy en día.

Vivir como judío hoy en día no es fácil. El mundo que nos rodea nos amenaza y desafía continuamente. Hay tantos “ismos” que compiten con el judaísmo que hace que sea difícil ignorarlos y optar por vivir una vida como D-os manda. ¿Qué se hace?

Una opinión es que no es posible enfrentar a todo el mundo. Hay que ceder. Hay que ser “Normal” tanto a nivel individual como a nivel nacional. Hay que hablar y actuar de una manera que sea políticamente correcta. No sea cosa que nos miren a los judíos como bichos raros. Hay que aceptar a la sociedad occidental como nuestro amo y subyugarnos a sus valores.

El segundo grupo de opinión dice que no tenemos por qué temer a nadie, vamos a salir al choque. Vamos a mostrarles que no tienen razón y que no somos subyugados a ellos. Hagamos la guerra a las mentiras.

El tercer grupo dice lo siguiente: Mirá, no vamos a subyugarnos al mundo que nos rodea y tampoco vamos a poder vencerlos en un enfrentamiento. Vamos a “tirarnos al mar” de la Torá. Vamos a aislarnos en un mundo de estudio de Torá y religión e ignorar las amenazas culturales que nos rodean.

El cuarto grupo acude a la intervención Divina. No vamos a subyugarnos, no vamos a poder vencer en un enfrentamiento, tampoco corresponde escaparnos. Vamos a dedicar nuestros esfuerzos para pedirle a D-os que intervenga.

Ninguna de estas opciones es la correcta. Cada una de estas posturas es una distracción. En aquel entonces la meta fue clara: llegar al Monte Sinaí para recibir la Torá. Cualquier otra alternativa es un desvío de la consigna Divinamente definida.

Lo mismo pasa hoy en día. La consigna es traer al mundo al punto que esté en condiciones para recibir al Mashíaj. La manera de lograrla es seguir hacia adelante con una Mitzvá más. Cualquier otra ocupación es un desvío de la misión por más noble que pueda parecer ser. Es nada más que una alternativa humana que busca sustituir a un mandato Divino.

Y ¿Por qué nos quedamos despiertos toda la noche estudiando Torá? Porque todos los años al llegar la madrugada del séptimo día de Pésaj el mar vuelve a “partirse” a nivel cósmico. La dimensión “marina” que oculta la verdad se parte y el “lecho marino”, la verdad, se revela. Uno quiere estar preparado y estar presente cuando la “partición del mar” ocurre dentro de su propia alma.

Ajarón Shel Pésaj

Ajarón shel Pésaj quiere decir el último [día] de Pésaj.Antes de finalizar Pésaj (en la diáspora), se realiza una cena denominada Seudat Mashíaj. Es una costumbre instituida por el Baal Shem Tov y tiene como objetivo “tangibilizar” de alguna manera nuestra fe en la inminente llegada del Mashíaj. Se realiza el último día de Pésaj ya que en la lectura de la Haftará que corresponde al día habla de las profecías relacionadas con la llegada del Mashíaj.

En Jabad se acostumbra tomar cuatro copas de vino además de comer Matzá, cantar una serie de canciones jasídicas muy especiales y hablar sobre el significado del momento celebrado.

En tu Beit Jabad más cercano seguramente se celebrara este banquete, no te pierdas esta experiencia inolvidable.

Basado en las enseñanzas del Rebe de Lubavitch, que su mérito nos proteja