Esta semana leemos la porción semanal de Tazria-Metzora. El midrash cuenta que el metzorá es castigado con una enfermedad cutánea por hablar mal de los demás, por hacer maledicencia, El Lashon Hara. Como parte del proceso de purificación de esta enfermedad, debe estar en cuarentena en las afueras del campamento sin contacto humano, hasta que cedan las manchas en la piel y sea dictaminado Puro por el Kohen.
Pienso que el aislamiento del metzorá además de ser un castigo bíblico es la consecuencia natural de una persona con incontinencia verbal, hay gente que tiene tendencia a hablar de más del prójimo, muchas veces sin mala intención, solo para tener un tema de charla, y disfrutan de tener algún chisme jugoso para compartir.
Con el tiempo su entorno tiende a ser cada vez más discreto y cerrado con este tipo de persona, sabiendo que todo lo compartido con ella puede ser vulnerado y eventualmente se alejaran dejándola sola, y manteniendo una prudente distancia.
El chismoso en su búsqueda incesante de ser el centro de la escena y acaparar la atención, el mismo termina siendo degradado en la estima de su entorno y despreciado como compañero. Por otro lado una persona recatada y reservada, con el tiempo se convierte en el depositante de nuestra confianza y en el guardián de nuestros secretos.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy
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