Hoy fue Lag Baomer, el día 33 de la cuenta del Omer. Un día muy especial en el calendario judío. En este día conmemoramos el fallecimiento de Rabi Shimon bar Iojai, o como se dice en hebreo la Hilula, que literalmente quiere decir la celebración.

Rabi Shimon fue uno de los más grandes exponentes del Talmud y sin duda alguna uno de los líderes de su generación. Vivió gran parte de su vida perseguido por los romanos, por su manera de pensar y sus convicciones. Es conocida la historia de sus 13 años oculto en una cueva junto a su hijo.

Este día es festejado por sefaradim y ashkenazim, jasidim y no jasidim, quien tuvo la oportunidad de ir a su sepulcro en la ciudad de Meron al norte de Israel en Lag Baomer, es testigo de una gran fiesta de unidad de todo Am Israel, cada uno con su matiz, con su costumbre, pero todos unidos para honrar a Rabi Shimon.

En la época del Talmud hubieron muchos sabios, miles quizás. Pero el único que es recordado con un día especial es Rabi Shimon. ¿Por qué? Porque el pidió que su fallecimiento sea recordado con alegría, aunque parezca extraño festejar un fallecimiento, el mensaje es muy poderoso. Siempre recordamos a los que se van con nostalgia y tristeza, pero debemos entender que toda persona pasa por este mundo y nos deja algo, una enseñanza, una anécdota, un mensaje. Rabi Shimon nos pide: “No me lloren, aprovechen todo lo que yo deje, estudien mis enseñanzas, difundan mi mensaje si lo hacen yo viviré eternamente”.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy