Estimado Lectores:

En el final de la cuarta sección de nuestra Perasha, leemos la bendición sacerdotal, Birkat Cohanim. Di-s lego a los sacerdotes la fuerza y el poder de bendecir a su pueblo.

Es frecuente en las sinagogas que durante las festividades se recite el Birkat Cohanim, en las comunidades sefaradíes se recita todos los shabat, pero entre los Ashkenazies solo en las festividades, por lo que es un momento especial y esperado en cada sinagoga.

Los Cohanim pasan al frente parándose frente a la comunidad con las manos extendidas y los dedos abiertos en V, el resto de la comunidad se debe parar detrás de ellos mientras que se cubren los ojos para no dañarse la vista ante la revelación de la Shejina, la presencia divina, que en ese momento sobrevuela los Cohanim durante la bendición.

De chico este era mi momento favorito de las plegarias, normalmente rezábamos rápidamente y salíamos a jugar, pero para el momento de Birkat Cohanim nos llamaban a todos los niños y cada uno se acomodaba bajo el talit, el manto de plegarias, de su padre mientras el Jazan iba dictando palabra por palabra la bendición a los Cohanim. En mi caso al ser muchos hermanos, todos bajo el talit, era muy divertido, casi toda la bendición la pasábamos conteniendo la risa y haciendo caras graciosas. Hoy en día disfruto mucho de recibir la bendición sacerdotal con mis hijos bajo el talit, que también se impacientan y se divierten al estar cubiertos por el manto protector.

Di-s les pidió a los Cohanim que sean los encargados de enviar su bendición al pueblo de Israel y es su misión bendecir al pueblo. Pero todos los demás tenemos la obligación de estar listos para recibir la bendición de Hashem, y no solo eso sino que también debemos preparar a nuestros hijos a recibir la bendición.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy