Pregunta:

En varias oportunidades he escuchado decir que el mundo está listo y preparado para la era mesiánica. Sin embargo, yo no lo veo así. El mundo me parece un lugar bastante terrible y creo que aún nos queda un largo camino por recorrer.

Respuesta:

Es probable que esa apreciación del mundo sea el resultado de no tomar en consideración de dónde viene, cómo solía ser y lo mucho que ha cambiado.

Déjame ilustrar la siguiente situación: en la actualidad, es posible comunicarse con cualquier parte del mundo. Ahora imaginemos que podemos comunicarnos con el pasado, por ejemplo, con nuestros bisabuelos.

–¡Hola bisabuela, hola bisabuelo! ¿Cómo están? Soy yo, su bisnieto, llamándolos desde el futuro.

–¡Qué lindo escucharte! ¿Cómo es la vida en el siglo XXI? ¿Tienen suficiente comida?

–Bueno, cuando tengo hambre, simplemente abro la heladera, que conserva todos los alimentos fríos y frescos.

–¿Solo comen comida fría? ¡Pobres!

–No, la calentamos un minuto en el microondas y enseguida está caliente y lista para comer.

Y así continúas describiendo el menú, incluyendo productos de todas partes del mundo. Y no solo en cuestiones de comida, sino en lo que hace a las personas. Hoy podemos sacar un pequeño dispositivo de nuestro bolsillo y comunicarnos con personas que están literalmente al otro lado del mundo, en cualquier momento. Y si precisamos algún tipo de información, o estudiar acerca de un tema en particular, podemos acceder a millones de computadoras y cientos de personas estarán dispuestas a ayudarnos sin siquiera tener que salir de sus hogares.

Nuestros hogares son cálidos en invierno y frescos en el verano. Y no hay cosacos que quieran prenderles fuego o demolerlos. De hecho, el gobierno provee subsidios para que los niños puedan estudiar judaísmo. Incluso en Moscú, el gobierno ayuda a construir lugares de culto para los judíos, al igual que para personas de otras religiones. Las personas con las que convivimos les enseñan a sus hijos el valor de la tolerancia, el amor y la paz. El mundo produce suficiente comida para alimentar a cada uno de los seis mil millones de ciudadanos que lo habitan. Los científicos, en vez de oponerse a la religión, señalan las maravillas misteriosas del universo y su unicidad. Por primera vez en la historia, las guerras son condenadas y la paz mundial enaltecida.

Para nuestros bisabuelos, probablemente les estemos describiendo un mundo milagroso. Un mundo mil veces más distante de aquel que vivieron sus propios antepasados. Ante esto, solo pueden llegar a una conclusión: deben estar llamando desde la era mesiánica.

Sí, puede que hayamos omitido algunos detalles. Por ejemplo, que aún restan pagar algunas cuotas al banco por el hogar en el que vives. Que el alimento que se produce muchas veces no llega a aquellos que más lo necesitan. Que las vías de información rápida suelen utilizarse para contenido basura o pornografía en vez de para transmitir sabiduría y conocimiento. Que el mundo aún alberga mucha maldad y sufrimiento. Pero el punto es que el escenario ya está listo, todas las partes están en su lugar. Nunca antes el mundo había estado tan cerca de este punto. Lo único que resta es que las cortinas se corran y la luz brille en escena.