En general hay dos tipos de líderes, los que logran que los liderados cumplan con su voluntad y los que llevan a que se ejecute la voluntad de sus “liderados”. En términos simples es la diferencia entre un dictador y un líder electo en forma democrática.

En realidad, ninguno de estos dos modelos implica un verdadero líder. El primero porque no “lidera”, oprime, y el segundo porque siendo que su poder depende de su popularidad y su popularidad depende del grado de satisfacción que da a sus “liderados” termina siendo más un liderado que un líder.

Es interesante que una de las señales que nuestros sabios1 dan para poder identificar la época pre-mesiánica es que la “cara de la generación será como la cara del perro”.

¿Qué quiere decir que la cara de la generación será como la “cara del perro”?

Si bien el perro anda siempre delante de su amo, mira constantemente para atrás para asegurarse de que el amo lo esté siguiendo y en el caso que no lo siga, cambia el rumbo acorde.

Del mismo modo, los líderes de esa época “liderarán” en base a lo que dictaminen los seguidores, tomando posiciones en base a encuestas que les informan cuál es la opinión pública.

El poder y el liderazgo se transforma en ese caso en un premio obtenido por ganar un concurso de popularidad.

¿Qué es, entonces, un verdadero líder?

Moisés como modelo de líder

El primer modelo bíblico de un líder es Moisés.

Analicemos, pues, lo que sabemos acerca de él para ver si podemos destilar la receta bíblica del liderazgo.

La primera apariencia de Moisés como adulto es cuando sale de la burbuja protectora del palacio del Faraón, donde se crió como “hijo” de la princesa Batia, a ver qué pasa con sus hermanos, los esclavos israelitas.

Ahí, en el campo, ve como uno de los oficiales egipcios está pegando sin piedad a uno de los esclavos israelitas. Moisés no vacila mucho y entra a defender al indefenso esclavo. Al no haber alternativa, mata al egipcio y lo entierra.

Al otro día Moisés se entera de que sus acciones son conocidas y se ve obligado a huirse de Egipto para salvarse la vida.

Huye a Midián donde se casa con Tzipora, hija de Itró, y se dedica a pastar las ovejas de su suegro. Pasan décadas hasta que un buen día ve una zarza ardiente que no se consume por el fuego. Se detiene a mirar el fenómeno que le llama la atención y sale la voz de D-os diciéndole que vaya a liberar a los Hijos de Israel de su esclavitud. Al principio Moisés rehúsa hasta que, finalmente, acepta la misión y la cumple exitosamente.

¿Por qué es que D-os le eligió a Moisés para esta tarea? El Midrash cuenta que un día Moisés estaba pastando el rebaño de su suegro cuando notó que una ovejita se escapó. Lo persiguió hasta que la ovejita llegó a una fuente de agua y prosiguió a saciar su sed. Cuando terminó, Moisés la levantó y la llevó sobre sus hombros de vuelta al rebaño. Cuando D-os vio esa conducta, la preocupación no sólo por el rebaño como un todo sino por cada integrante del mismo, dijo: “Este tiene las características necesarias como para encargarse de Mi rebaño.”

Sensibilidad y Coraje

Antes que nada vemos la cualidad de la sensibilidad y amor hacia el prójimo. Cuando vio que otro estaba en peligro, dejó de lado su comodidad personal y entró a “la cancha” para defender al inocente indefenso.

Un verdadero líder busca, antes que nada, el bien del prójimo aunque tenga que pagar por ello con su propia seguridad y beneficio personal.

Esta característica se manifestó nuevamente décadas después cuando fue a ocuparse de la ovejita que se había escapado del rebaño.

Huida del Poder

Un verdadero líder es uno que asume el rol por coacción, porque no hay otro. El verdadero líder asume el rol por abnegación personal y no por ambición personal.

Humildad

La Torá testifica que “el hombre Moisés era el más humilde que vivió jamás.”2 ¿Cómo se entiende esto? ¿Acaso Moisés no conocía sus cualidades? ¿Por qué es que se sintió inferior a cada persona con el cual se encontraba? ¿Cómo es posible que una persona que tenga baja autoestima asuma el rol de líder para enfrentar, más de una vez, una que otra rebelión?

La explicación es muy sencilla: Humildad no es sinónima de baja autoestima; todo lo contrario. La humildad es el sentimiento de que sí sé que tengo grandes cualidades, pero aunque yo tenga cualidades que vos no tengas esto no implica que yo sea major que tú. D-os me dio los dones que me dio y ¿quién sabe? quizás si los hubiera dado a ti, los hubieses aprovechado más y mejor que yo. Humildad no implica desconocer las cualidades personales, humildad implica reconocerlas y entender que las cualidades que uno tiene son porque D-os se las había dado. Implica más responsabilidad que derechos. Implican, entonces, un desafío más que un premio.

Moisés, el gran líder, sintió en cada momento que debe justificar el uso de los poderes que D-os le dio, ya que en cuanto al aprovechamiento del potencial personal, cada persona es capaz de ser superior a él.

Comunicación Transparente

Una de las cualidades que encontramos en cuanto a Moisés es que era tartamudo3 . Nuestros sabios nos relatan las circunstancias que lo llevaron a tener esa condición, pero la pregunta es ¿por qué D-os no lo curó?

Una respuesta interesante es que fue para que nadie pueda decir que Moisés logró lo que logró por medio de la demagogia, por saber manipular las masas con su palabra. Lo que queda claro y sin duda es que Moisés el tartamudo no convenció con la elocuencia de su oratoria, sus palabras pulidas, sin por el contenido de ellas.

El ejemplo personal

Un verdadero líder es el que inspira por el ejemplo personal: “Haz lo que hago y no sólo lo que digo.”

El verdadero líder

Nuestros sabios nos recomiendan que hagamos el esfuerzo para ver reyes cada vez que tenemos la oportunidad para poder apreciar lo que es un verdadero rey el día que venga el Mashíaj.

El Rebe

Todo lo antedicho explica la relación que muchos tuvimos y tenemos para con el Rebe. Vemos en el Rebe el Moisés de nuestra generación. Un verdadero líder judío que dedicó su vida luchando por la justicia, por el bienestar de cada integrante de su pueblo, como también por el de cada ser humano, independiente de su raza, color o credo. Lo hizo con dignidad, con humildad y con una clara sensación de responsabilidad hacia su pueblo y hacia su D-os.

El 3 de Tamuz, se conmemorará el aniversario de su desaparición física. Es un momento especial para inspirarnos en su ejemplo y tratar de emularlo en lo que esté a nuestro alcance para hacer lo que depende de nosotros para transformar este mundo en un mundo mejor.