La festividad de Shavuot que conmemora la entrega de la Torá en el Monte Sinaí hace 3327 años.
Apenas cincuenta días luego de haberse liberado de la esclavitud egipcia, todo el pueblo judío, unas 3.000.000 de almas, presenciaron el acontecimiento histórico único cuando D-os se presentó, diciendo: “Yo soy D-os, tu D-os, quien te sacó de la Tierra de Egipto.1 ”
A partir de ese momento, ni el pueblo judío ni la humanidad toda quedó igual. El Creador se había presentado para comunicarnos para qué nos creó y qué es lo que esperaba de nosotros. Ya no había que adivinar…
Para la mente occidental crítica puede sonar algo increíble. “Sí, seguro, D-os - que ni se puede comprobar si realmente existe - se presentó ante una tribu de esclavos primitivos y les habló. Anda saber qué es lo que estaban fumando…”
¿Cómo se hace para comprobar un hecho histórico que ocurrió hace miles de años y que nunca se haya repetido?
Tengo dos respuestas:
Lógica histórica.
Rabí Iehuda Halevi2 en su obra el “Kuzari” explica que el hecho que el mismo relato bíblico sobre la entrega de la Torá dice que ocurrió delante de millones de personas es la mejor prueba que es verdad, ya que si así no fuese, ¿cómo comenzó el mito? Es posible que uno crea en una mentira que un tercero le cuente que le haya sucedido, pero ¿acaso es posible que uno crea en una mentira que le digan que le haya sucedido a uno mismo? Aunque yo nunca haya visto un elefante rosado paseando por mi jardín, si mi amigo dice haberlo visto, puede ser. Pero jamás de los jamases me podrá convencer que yo lo haya visto si no lo vi y menos va a poder convencer a un grupo de gente que haya visto algo que en realidad no vieron. La Torá documenta acontecimientos que ocurrieron a los mismos que recibieron dicha documentación. ¿Acaso hubieran aceptado como verídica una descripción de algo que pasó con ellos mismos si no fuese verdad?
Memoria genética.
Una de las teorías de Jung es la de la memoria genética o racial. En resumen lo que dice es que uno hereda recuerdos. Si a mi abuelo le mordió un perro, por ejemplo, yo voy a tenerle miedo al perro aunque no sepa explicar por qué.
Según esto se puede explicar que si mis antepasados estuvieron presentes en el Monte Sinaí, tengo grabado ese recuerdo en mis genes. Aunque no lo pueda explicar o comprobar empíricamente, resuena dentro mío como verídico, ya que yo personalmente estuve ahí.
Es muy interesante señalar que Maimónides, cuando habla de la veracidad de los acontecimientos en el Monte Sinaí, dice3 que no creemos en la entrega de la Torá por los milagros que Moisés haya mostrado, sino porque “fueron nuestros propios ojos que lo vieron y nuestros oídos que escucharon los fuegos y la voz...”. ¿Qué quiere decir que fueron nuestros propios ojos que lo vieron? Maimónides vivió miles de años después de los acontecimientos, ¿cómo dice que fueron sus ojos que los vieron?
La explicación simple es que se refiere a los ojos del pueblo judío en general. O sea, la voz de los Diez Mandamientos fue algo que todos escucharon personal, directa y simultáneamente. Nadie les vino a contar. Según la teoría de Jung se puede entender más profundamente, que todos nosotros, descendientes de aquellos que estuvieron presentes personalmente, heredamos la memoria. Lo “vimos” personalmente, ya que nuestros genes estuvieron presentes.4
Sea como fuere, es la celebración de los hechos año tras año, durante miles de años, en comunidades en todas partes del mundo, la que reafirma y refuerza esa transmisión generacional. Puede que el cínico no lo crea, pero el cinismo puede dudar de todo. ¿No hay cínicos que dudan del holocausto aunque hay todavía testigos oculares que lo pueden atestiguar? Para el cínico no hay prueba que valga, ya que descalifica toda prueba como una conspiración, y para el creyente no hay pregunta o refutación que valga ya que su convicción no se basa en “pruebas”.
Recuerdo y vivencia.
Si bien la entrega de la Torá ocurrió una sola vez, el recibimiento de la Torá es un proceso continuo. O sea, en Shavuot no sólo recordamos lo que ocurrió en el pasado; tratamos de vivenciarlo nuevamente. Veamos cómo.
Si yo te mando un mail, está enviado. En cuanto a recibir el mail, no es tan sencillo. Si yo te preguntara si te llegó el mail que te mandé y respondes afirmativamente, ¿qué quieres decir? ¿Que te llegó al buzón? ¿Que lo abriste? ¿Que lo leíste? ¿Que lo entendiste? ¿Que estás de acuerdo? ¿Que te motivó? Son todos grados de “llegar”. Lo mismo ocurre con la Torá. Si bien D-os nos dio la Torá en un momento determinado, el proceso de recibirlo es un proceso contínuo. Hay quienes tienen el libro en su biblioteca. Hay quienes lo leen cada tanto. Hay quienes lo estudian asiduamente. Hay quienes lo entienden. Hay quienes se motivan por ella. En cuanto a “recibirla” a nivel intelectual y emocional, no hay límite. Cada vez puede ser más profundamente. El grado de “llegar” depende de nosotros.
Cuando llega Shavuot nos concientizamos de la necesidad y posibilidad de que la Torá nos “llegue” aún más profundamente de lo que nos haya llegado hasta el momento.
Tikun Leil Shavuot
Una de las costumbres de Shavuot, conocida como Tikun Leil Shavuot, la “corrección” de la noche de Shavuot, es quedarse despiertos toda la noche estudiando Torá hasta la madrugada. En Montevideo dicha costumbre olvidada se ha recobrado y la noche de Shavuot parece una especie de Feria Espiritual, con la gente visitando a las distintas sinagogas y participando de las diversas propuestas de estudio.
¿Cuál es el origen de dicha trasnochada de “corrección”?
El Midrash nos relata que cuando D-os vino a entregar la Torá en la mañana del 6 de Siván encontró a todo el pueblo judío durmiendo. Para arreglar semejante “bache”, nos quedamos despiertos la noche de Shavuot para llegar a la madrugada para recibir la Torá despiertos.
El Rebe explica que no es que los judíos se quedaron durmiendo, sino que se fueron a dormir ex profeso. Hicieron el siguiente razonamiento: D-os es infinito, la Torá es infinita, el alma es infinita, el cuerpo es finito. Para poder recibir la Torá sin la interferencia y distorsión del cuerpo conviene irse a dormir ya que cuando uno duerme el alma se libera de los confines del cuerpo y de esa manera podrá recibir la Torá de la manera ideal.
El error fue que el objetivo de la Torá no es sacarlo al judío del mundo físico y limitado sino darle las herramientas para elevar al mundo físico y limitado a un nivel espiritual superior. Eso es posible únicamente por medio del cuerpo. Para poder recibir la Torá en su forma óptima, entonces, hace falta hacerlo con la participación del cuerpo despierto.
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