Estimados Lectores:
Mañana por la noche ya entramos en los dos últimos días de Pesaj (en Israel solo un día). El séptimo día de Pesaj según la tradición es el día en el que ocurrió el cruce del mar.
Hay pocos eventos tan significativos en la historia del pueblo judío como la partida del mar, y al mismo tiempo cuando analizamos los hechos puede resultar un poco llamativa la elección divina de quebrar las leyes naturales de este modo tan particular. Como bien sabemos los milagros no ocurren solo por razones prácticas, si Di-s quería llevar a los hebreos en forma milagrosa desde Egipto a Israel, los podía subir a una nube y estaban allí en un instante, o más todavía los podía hacer aparecer en Israel en forma automática con todo resuelto.
Por lo que el milagro de la partida del mar tenía una función aleccionadora al pueblo más que una razón concreta. Según la Cabalá las aguas del mar son una alegoría al mundo oculto, al mundo místico, lo que se oculta bajo las olas es inaccesible a nuestros ojos. Di-s corrió ese velo oculto antes de entregar a los judíos la Torá y las mitzvot, para permitirles ver el objetivo. Del mismo modo que uno incentiva a sus hijos con un premio para que hagan las tareas, y les muestra el premio que recibirán para motivarlos más, Di-s reveló a los hijos de Israel, todos los secretos de la creación y los secretos místicos más profundos en la partida del mar.
Nosotros somos los descendientes de aquellos que cruzaron la tierra seca del mar y que vieron todas esas maravillas, en nuestras retinas genéticas y espirituales quedaron grabadas esas fabulosas visiones y son las que nos motivan a aspirar la redención.
El último día de Pesaj está profundamente conectado con la llegada del Mashiaj, por eso hacemos en todos los Beit Jabad un banquete para esperarlo, aprovecha esta oportunidad y contactate con tu Beit Jabad para disfrutar de esta especial ocasión.
Rabino Eli Levy
¡Jag Sameaj y Shabat Shalom!
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