La madre de Joey (un niño de nueve años) le preguntó a su hijo qué había aprendido en la escuela hebrea a la que asiste los domingos.

“Bueno, mamá, la maestra nos contó cómo Di-s envió a Moshé más allá de las líneas enemigas en una misión de rescate para sacar a los israelitas de Egipto. Cuando llegó al Mar Rojo, hizo que sus ingenieros construyeran un puente flotante por el que cruzó todo el pueblo. Luego usó su walkie-talkie para pedir refuerzos por radio. Enviaron bombarderos para volar el puente y todos los israelitas se salvaron”.

“Joey, ¿de verdad es eso lo que les enseñó la maestra?”.

"Bueno, no. Pero si te lo contara como nos lo contó la maestra, mamá, ¡no me creerías!”.


Uno de los mayores desafíos que enfrentan hoy en día los rabinos y los maestros es hacer de la Torá algo importante. Es necesario explicar historias que sucedieron hace miles de años en un lenguaje contemporáneo, porque de otra manera pierden sentido.

Cuando Di-s se presenta a sí mismo por primera vez frente al pueblo judío, cuando les entrega los Diez Mandamientos, dice: “Yo soy Di-s, su Di-s, quien los sacó de Egipto”. Ahora, si Di-s intentaba con esto dar sus mejores credenciales a la nación que acababa de adquirir, ¿por qué eligió mencionar el éxodo? ¿No es la creación de los cielos y de la tierra una hazaña mucho mayor? ¿No hubiera sido una descripción mucho más impresionante?

Sin embargo, si bien la creación es una hazaña muy superior, la liberación de Egipto (para el mismo pueblo al que él se dirigía) era contemporánea y relevante. El Di-s de la creación era genial, pero muy lejano; el Di-s de la redención era actual, importante y estaba vivo.

Una de las prácticas diarias del pueblo judío, que constituye una parte esencial de nuestros rezos, es recordar el éxodo de Egipto. Cada día de nuestra vida. ¿Por qué la obsesión con un acontecimiento que sucedió hace miles de años? La respuesta es simple. Al recordar el éxodo de Egipto celebramos al Di-s de la redención.

Y este Di-s es personal, contemporáneo e importante. A fin de cuentas, todos tenemos un “Egipto” espiritual propio en nuestra vida al que podemos sobreponernos con éxito si contamos con la ayuda de Di-s.

Todos los días suceden en nuestra vida milagros que deben ser reconocidos. Necesitamos ver la mano de Di-s en nuestra vida. Di-s nos saca de Egipto cada día. ¡El éxodo es una experiencia viva que se repite y hace de Di-s una parte muy importante de nuestra vida!