Pregunta:
Bastante seguido tengo déjà vu, la sensación de que antes ya he vivido el momento en el que estoy. Me pasó mientras viajaba a un destino desconocido con gente a la que nunca había visto, y sentí que ya había estado en ese lugar, con la misma gente, y que había escuchado ya todas las conversaciones. ¿Hay una explicación del judaísmo para esto?
Respuesta:
Algunos sugieren que el déjà vu es un signo de la reencarnación. Sientes que ya estuviste ahí porque así lo fue, en una vida pasada. Otros explican que tuviste un sueño que predijo la escena antes de que ocurriera, y ahora ves que tu sueño se materializa.
Quizás. Hay una explicación más mundana. En mi experiencia personal, sólo tengo un déjà vu cuando mi cerebro está un poco cansado. Lo que parece que pasa es que mi mente consciente está inactiva, pero mi memoria funciona en segundo plano. Entonces tengo la sensación de recordar la escena frente a mí antes de vivirla en el presente. Es como si la escena se hubiera escapado de mi conciencia y hubiera ido directo a mi memoria.
Hay una prueba simple para ver si el déjà vu significa que en realidad has visto esto antes o si tu mente te está jugando una trampa. ¿Puedes adivinar lo que otra persona está a punto de decir antes de que lo diga? Si puedes, eso debe venir de un lugar más allá del intelecto. Pero si sientes que supiste lo que iba a decir sólo después de que ya lo hubiera dicho, no creo que signifique nada, salvo quizás que necesitas descansar un poco.
Pero hay un tipo de déjà vu más profundo. Se llama resonancia. Escuchas un pensamiento, una enseñanza, una verdad, y aunque nunca antes la has oído, sabes que es verdad. La idea suena verdadera, parece familiar y confortable. Con ella, estás en casa. Es lo que siempre supiste pero nunca habías puesto en palabras. Te resuena.
Esto sucede cuando estudias la Torá auténticamente. Escuchas su mensaje y en lo más profundo sabes que es verdadero. Esto es porque ya lo has escuchado antes. A nuestras almas se les enseña la verdad divina antes de que entremos al mundo, pero al nacer lo olvidamos todo. De todas maneras, queda una huella, un recuerdo vago, para que reconozcamos la verdad cuando la encontremos.
Hay muchas ideas falsas y novedades pasajeras que suenan interesantes y pueden ganar mucha popularidad, pero en el nivel más profundo, no nos resuenan. Nuestra misión en la tierra es buscar el mensaje divino, poner de lado por el momento las distracciones y recuperar esa verdad eterna, la verdad que nuestra alma espera volver a escuchar.
Este es el verdadero déjà vu. ¿Lo habías escuchado ya?
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